Prueba: Volvo V60 D3 Summum

Este Volvo V60 D3 Summum que pruebo no deja de ser de lo más curioso. Ha pasado de ofrecer un motor diésel de 2,0 litros de 163 CV y lo ha sustituido por otro de la misma cilindrada, pero con solo 136. En el mundo del automóvil había visto actualizaciones como unas dimensiones exteriores más pequeñas, faros con tecnología LED por todos lados... Nunca una disminución en la potencia máxima. Me explico, el bloque es el mismo cinco cilindros en línea de 1.984 centímetros cúbicos y se ha optimizado para que ofrezca un consumo medio de solo 4,5 l/100 km y unas emisiones de 119 gramos.

Como puedes ver, son unas cifras muy optimistas para un coche que pesa 1,6 toneladas. No obstante, desde el mes de mayo de 2012, este coche incluye de serie el sistema Start-Stop que le ayuda a reducir al máximo el consumo. Como te he adelantado, este propulsor no destaca por su potencia, pero sí por el carácter que te ofrece. Para empezar, el sonido que emite el bloque de cinco cilindros es de lo más particular. A más de un aficionado a los coches clásicos le recordará a la agradable sintonía del Mercedes 300 D W123, que también confiaba en un tradicional propulsor de cinco cilindros.

Técnicamente, ofrece unas cifras muy interesantes. Aunque con 136 CV no va a asustar a nadie, sí se enfrenta con garantías a productos como el Volkswagen Passat Variant TDI de 140 CV. Además, el coche sueco te ofrece una curva de par prácticamente plana: desarrolla 350 Nm entre 1.500 y 2.750 rpm. Si tienes en cuenta que su fuerza máxima llega a 3.500 vueltas y que se suele cambiar de marcha a eso de las 2.800 rpm... Siempre te encontrarás con un coche dispuesto a adelantar con mucha energía.

Por otro lado, también me ha gustado el consumo medio de 5,9 litros que he obtenido en mi circuito de pruebas habitual. Este Volvo V60 D3 tiene otras de sus virtudes en su bastidor. No va duro, no es incómodo, no maltrata tu espalda en los baches... pero se sujeta como el mejor de su categoría. Dinámicamente no está a la altura de coches como el BMW Serie 3, aunque te aseguro que aquello de que los Volvo balanceaban como el Titanic forma parte del pasado. Es más, si dejas de dar gas en pleno apoyo en una curva, el eje trasero comienza a moverse de forma muy rápida. Por supuesto, los chicos de la marca sueca no te dejarán que desconectes el control de estabilidad ni un segundo. También me ha llamado gratamente la atención el equipamiento de serie del Volvo V60 D3 Summum. ¡No le falta nada! Por eso, cuesta nada menos que 38.131 euros.