Prueba nuevo Suzuki Burgman 400 2017: de berlina a coupé

Había dos opciones posibles de desarrollo: hacer una moto como la que había, manteniendo todas y cada una de sus muchas virtudes de este icónico modelo… o cambiar el concepto ¿radicalmente? para hacerlo más práctico aún frente a una competencia feroz -y cada vez más abundante- en el segmento de los maxiscooters de cilindrada media-alta. Y claramente, el fabricante japonés ha optado por este segundo camino. Te lo contamos al detalle en nuestra primera prueba del Suzuki Burgman 400 2017. 

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Fotos Suzuki Burgman 400 2017 (8 imágenes)

En las imágenes que ya conocíamos, se veían muchas cosas: la elegancia de siempre, sí, pero adecuada a los nuevos tiempos, con unas líneas más compactas; un frontal con bastante más ADN de Suzuki de lo que parecía en un principio, un lateral con apéndices agradables y modernos y una zaga mucho más rompedora... o, si se prefiere, despersonalizada.

 Aunque si te acercas, sí se nota ese juego de diseño con guiños al pasado del modelo, con dos grupos ópticos más voluminosos ‘unidos’ en su parte central. Sin embargo, en cuanto tomas un poco de distancia y los LED (ahora, en el frontal y en la trasera) se iluminan, el ‘look’ es totalmente diferente. Si sólo fuera eso… Y que conste que este comentario no es para nada negativo (sigue leyendo).  

La postura de conducción lo cambia todo

Es el momento de elegir unidad (todas en negro mate) y arrancar para esta primera toma de contacto de casi 100 km por Madrid y alrededores. Y al sentarme, ya tengo más de la mitad de la moto ‘probada’: la postura de conducción ha variado totalmente, algo de lo que te darías cuenta con lo ojos cerrados. Ya no vas ‘repanchigado’ y hacia atrás, protegido por un carenado grande y un parabrisas gigante. Ahora, erguido, el 'sofá de casa' con ruedas -que tenía su encanto en trayectos largos por carretera- en el que te apoltronabas en la anterior Burgman 400 se ha convertido en un asiento mucho más ergonómico (sigue siendo regulable en longitud), mullido, de formas y apariencia más deportivas (hasta hay una llamativa costura doble en rojo sobre gris para acentuar esta percepción) y bastante más estrecho, que te hace viajar erguido y siempre a punto para dar gas a fondo y meterte debajo de la pantalla (ahora, notablemente más pequeña y sin las molestas vibraciones que se producían en el modelo antiguo), para tumbar en curvas cerradas o para serpentear entre el tráfico urbano. "Si hubiera que compararlo con un coche, el antiguo Suzuki Burgman 400 sería una berlina y ahora, un coupé", dicen desde la marca. Muy revelador.

Lo que sí mantiene son las plataformas laterales recortadas para poder bajar las piernas rápidamente en los semáforos, así como el acertado diseño de los apoyapiés delanteros, que si antes ofrecían una alternativa extra y venían bien para cambiar un poco de postura, sin más, ahora son un importante desahogo para que las personas altas, más encajadas en el sillín, podamos hacer de forma descansada muchos más kilómetros y no ir tan encogidos (de hecho, durante estos primeros kilómetros, yo los usé más que los inferiores). 

Agilidad y dinamismo

El nuevo motor de 399 cc Euro 4 ha perdido dos caballos de potencia (ahora tiene 30,8 CV), pero a cambio, te entrega más par en los regímenes bajos y medios, que es lo que en realidad te interesa en la urbe para un scooter así. El peso se ha reducido en 7 kg hasta los 215 kg, con lo que su respuesta brilla más y antes. El sonido es agradable y no tienes ese desesperante retardo que hay en otros modelos cuando quieres una aceleración más contundente. A su vez, cuando estás encima de alguna trampa propia del asfalto (línea blanca de pintura plástica, rejilla metálica...) se puede controlar perfectamente el giro de la rueda, al iniciar la marcha, con lo que, aunque no se dispone de control de tracción, puedes coger velocidad de una manera progresiva y segura.

Seguimos rodando por ciudad, carreteras secundarias y de circunvalación, tráfico denso, ciudad, rotondas rápidas de diferentes diámetros... Y, sin duda alguna, está claro que este nuevo Burgman es casi igual de confortable en carretera pero supera a su predecesor en que es mucho más adecuado para la ajetreada vida urbana, aunque su capacidad de carga se haya reducido un poco. Además, tal y como hemos podido constatar en esta primera prueba del Suzuki Burgman 400 2017, hay varios factores que también son responsables de que ahora este scooter sea tan ágil y manejable: formas más contenidas, nuevo chasis tubular, suspensión trasera por bieletas con precarga y muelle ajustable en tres posiciones... 
Por si fuera poco, el reparto de pesos también ha cambiado para bien y al desplazarse hacia el centro y la parte delantera, la dirección no resulta tan flotante, es más directa y el neumático -ahora, de 15"- transmite más información que antes, con lo que la conducción resulta mucho más precisa.

A todo este conjunto, se le añade un ABS de serie que ahora es algo más ligero y que no resulta intrusivo en las frenadas bruscas, en las que, por cierto, el Burgman cumple hasta mejor que el modelo precedente. Sólo se echa de menos la posibilidad de manetas regulables para quienes no tengan los dedos muy largos.

Menos espacio

Llevo ya un centenar de kilómetros por todo tipo de terrenos y me cuesta cada vez más ponerle peros a esta motocicleta. Así que saco la lupa y redoblo esfuerzos. La llave, en el centro del escudo, cuenta de serie con el inmovilizador antirrobo S.A.I.S que complementa un apéndice oculto en el lateral para atar la moto con un candado a un objeto fijo de la calle. Junto al bombín, con tapa antilluvia, está el freno de mano para estacionar con garantías en cualquier pendiente que mantiene un diseño práctico y elegante -se activa y desactiva con un sólo 'click'-. A ambos lados, sólo sobreviven las dos guanteritas de nuevo diseño (se pierde la grande que había en el centro), con 2,8 y 3,5 litros, respectivamente, más toma de carga para aparatos electrónicos.

Suzuki: todos los modelos y sus precios actualizados.

La botonería es conocida en la marca, completa, sin estridencias, con 'warning' y tacto preciso. Y el cuadro, muy completo y elegante, con mucha información mixta (analógica y digital), pero un poco bajo, para mi gusto. Tiene el testigo verde 'Ecodrive' para irte contando lo eficiente o no que conduces y, como no molesta a la vista, pues anima jugar con el acelerador para que se encienda todo lo posible. Por cierto, también te animará saber que Suzuki fija el consumo oficial en 4 litros a los 100 km (antes, 4,48 l/100 km) y su autonomía pasa de los 301 a los 337 km. 

En cuanto al espacio, el nuevo Burgman 400 ya no destacará tanto por todo lo que podías meter bajo el asiento, como hasta ahora. Sin embargo, sus 42 litros son suficientes para meter, bien colocados, hasta dos cascos integrales, tal y como he podido comprobar yo mismo en la presentación del modelo y, dispone, además, de accesorios como el 'top-case' de 47 litros, los puños calefactables a los que puedes añadir protectores. La puedes elegir en el Negro Mate 2 que ves en la unidad de pruebas, en Blanco Glaciar o en Gris Mate.   

Una nueva referencia

Este maxiscooter supone un nuevo punto de partida de la marca japonesa en el segmento, que frente a la competencia, pretende volver a ser la referencia en el competido mercado de las 'cuatrocientos', con una renovación mucho más que estética (quizás aquí sea lo que menos importa por todas las bondades que ofrece), cumpliendo con muchas exigencias de los nuevos tiempos (tecnología, eficiencia, agilidad) pero con sus propios argumentos en calidad y espacio de carga. 

Por si todo lo anterior no fueran argumentos suficientes, te gustará saber que el Burgman 400, que nació en 1998 como pionero de los scooters de alta cilindrada, tiene un precio de 7.799 euros, pero viene con una promoción de lanzamiento, con lo que se queda en 6.999 euros. Además, puedes financiarlo por 125 euros al mes, sin intereses, y ampliar sus dos años de garantía a cuatro, con la fórmula Suzuki +2.  

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Prueba Suzuki Burgman 125 ABS (11 imágenes)