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Prueba del Ford S-Max 2015: multidivertido

No creas que por tener la forma que tiene el S-Max te vas a aburrir al volante. Con una puesta a punto envidiable, te proporcionará mucha diversión. Ah, y podrás cargar con toda la familia, claro.

El día a día suele pasar entre madrugones, atascos y, cómo no, el trabajo (con suerte). Al menos, eso dicen los diferentes estudios del tráfico y los hábitos de los españoles. Claro, llega el fin de semana y lo que buscas es disfrutar de la familia, de tus aficiones o de ambas a la vez. Y para eso puede que necesites espacio. Si pasas de los SUV porque su conducción no es todo lo dinámica que te gustaría y de los monovolúmenes por lo mismo, puede que optes por un familiar. Si valoras una conducción que se podría definir como activa, y descartado el Audi RS6, es probable que te acabe dando pereza tener un break. Así que tus opciones se quedan en muy poca cosa.

Bueno, hasta que eches un vistazo al Ford S-Max 2015. A medio camino entre un monovolumen medio y uno grande, luce una estampa muy dinámica que deja entrever su carácter sobre el asfalto. Y, además, cuenta con todas las ventajas de los monovolúmenes grandes, pero sin el carácter blandorro de estos.

Y es que este modelo, con 4,8 metros de largo y un peso que ronda las 1,8 toneladas, es el más enfocado al conductor de todos sus rivales. Y a decir verdad, por estética, hay pocos: si acaso el Renault Espace actual, con su peculiar aspecto de crossover, pero es más comodón que dinámico (lo que no tiene por qué ser malo). 

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En el interior del Ford S-Max, una vez que te consigues acomodar, hay mucho espacio; visualmente da sensación de ligereza gracias a un pilar A estrecho y adelantado que es el culpable de la principal pega que se le puede poner: la visibilidad diagonal hacia la izquierda es mejorable. Tanto, que tienes que estar alerta cuando te acercas a un paso de peatones.

Puede que antes hayas caído en la frase "una vez que te consigues acomodar". No, no es que me haya puesto en plan enigmático: el coche de las fotos contaba con los asientos multicontorno, y la verdad es que hasta que encuentras tu postura ideal necesitas unos minutos de ajustes y reajustes, ya que puedes regular banqueta y respaldo con 10  movimientos. Parece un invento propio de la NASA, pero si lo pides por separado (también forma parte de un paquete con cuero por el que piden la friolera de 2.600 euros), tendrás que preparar apenas 300 euros.

Antes de pasar a las plazas traseras me quedo buceando en la lista de extras: el navegador que ves en las fotos, con pantalla de 8”, cuesta 200 euros; el climatizador trizona, 350. Interesante. La cosa se pone seria con los 1.500 euros de los faros LED antideslumbrantes y el acceso y arranque sin llave... Y me atraganto con los 1.300 euros del Rojo Rubí de las fotos.

Gran amplitud atrás

Aún con el susto del precio de la pintura paso a los asientos de atrás. Me olvido gracias al ángulo de apertura de las puertas: es tan generoso que no tendrás problemas para entrar, o para poner a un bebé en su sillita correspondiente. Los pasajeros de la zona trasera irán tan anchos que si alguien necesita más es porque mide 3,5 m de alto. El respaldo se puede ajustar en inclinación y la banqueta se regula en longitud 15 cm para estar más cerca del conductor, ampliar el maletero o dejar más hueco para las piernas de los ocupantes de la tercera fila. Ahí no abunda el espacio, pero tampoco es de los peores sitios.

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Cuando tienes las siete plazas montadas, el espacio del maletero es pequeño: no existen los milagros, así que te tendrás que conformar con poco más de un palmo para dejar alguna que otra mochila. Según vas plegando asientos, el espacio se multiplica. Con cinco plazas, las necesidades de una familia están más que cubiertas. En cuanto al borde de carga, el primer escalón al que tienes que hacer frente es el paragolpes, que está a 50 cm del suelo, un buen dato, aunque deberás subir 12 más para alcanzar el portaequipajes.

En marcha, con 180 CV y 400 Nm a tan solo 2.000 vueltas, tienes todo lo que necesitas, especialmente en autopistas y buenas carreteras secundarias, donde no te ves obligado a jugar con el acelerador demasiado: así logras un consumo aceptable y una suavidad envidiable, aunque se empaña un poco por el perfil bajo de unos neumáticos deportivos que no le pegan demasiado.

De su puesta a punto no me puedo quejar: va mejor que algún que otro compacto. Además, con la suspensión adaptativa (normal, confort y sport) puedes ajustar el nivel de firmeza a tu gusto. Una pega, y gorda: necesitas darle 11 veces a un botón para llegar al menú y activar el modo que quieras.


Prueba Ford S-Max (por Vicente Cano)

Si necesitas un coche muy espacioso, con hasta siete plazas, un interior versátil y lleno de tecnología, pero no quieres renunciar a un chasis dinámico, vas a tener que esperar al mes de julio de este año porque tras probar el Ford S-Max 2015 me ha quedado claro que no tiene rival en cuanto a deportividad. Encima, a Ford se le podrá criticar que no ofrece muchas alternativas en su gama, pero no que no eche el resto para lanzar este nuevo modelo cargado de extras y repleto de tecnología.

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Y es que para la gama del Ford S-Max 2015 solo hay disponibles los dos acabados habituales en la marca (Trend y Titanium) y, si decides optar por cualquiera de las versiones más potentes solo podrás elegir el color de S-Max porque forzosamente será de la versión más equipada. Abajo tienes todos los precios y acabados de la gama, pero el modelo de acceso será el Ford S-Max Trend 2.0 TDCi 120 CV, que costará 31.900 euros, sin incluir posibles descuentos o la ayuda del plan Pive.

En el apartado del diseño, sobre todo en el exterior, es donde probablemente sean menos perceptibles los cambios en este salto en la nueva generación del Ford S-Max. Las alteraciones son más una evolución del predecesor para darle un aire más dinámico y exclusivo, gracias a la nueva rejilla frontal cromada y a las luces traseras y faros delanteros LED. Estos últimos, además, incorporan en exclusiva la nueva luz de largo alcance que no deslumbra, una de las 20 tecnologías de Ford que estrena este modelo y que permiten iluminar la carretera hasta 800 metros por delante del vehículo.


Otra de las novedades del monovolumen deportivo de Ford, que puedes ver en el vídeo de abajo es su limitador inteligente de velocidad con aviso permanente del máximo permitido. Lleve o no activado este limitador, una de las cosas que más me gustó en cuanto a tecnología tanto durante la prueba del nuevo Ford S-Max, como la del Ford C-Max es que la cámara que reconoce las señales de tráfico funciona a la perfección, desde luego, mucho mejor que los primeros sistemas de esta clase. En este caso, está disponible entre 30 y 200 km/h. El interior del Ford S-Max 2015 es casi idéntico al del Ford Mondeo Vignale, aunque parece que el S-Max no va a llevar este denominador. Abajo del todo puedes consultar la lista de precios del Ford S-Max 2015.

Lo que más me ha gustado del interior, además de la posibilidad de abatir la segunda y la tercera fila de asientos con solo tocar un botón, es el aislamiento acústico del nuevo S-Max. Ford asegura que el ruido percibido en el habitáculo se ha reducido en 2,5 decibelios en la primera fila y en 3 decibelios en la segunda. No pude probar el S-Max 2015 a altas velocidades, pero a 120 km/h el ruido acústico que se percibe desde el interior es bastante bajo, minúsculo para ser un monovolumen. Ninguna de las dos unidades que cogí estaba equipada con el nuevo sistema de masaje en los asientos del Ford S-Max, como opción por supuesto.


Mi impresión del interior del Ford S-Max es que se trata de un coche con aspiraciones Premium, aunque quizá un escalón por debajo de lo que están las alemanas en cuanto a materiales y ajustes. El panel de la consola central con una pantalla de 10 pulgadas configurable totalmente por el usuario y que ofrece visión partida y gráficos en 3D para el navegador, está recubierto de un plástico pulido negro, muy sufrido sí, pero echo de menos algo un poco más lustroso. Los botones son pequeños y redondos, sello de Ford, pero no estaría de más que, con tanto espacio hubieran hecho algo más vistoso y agradable al tacto. Eso sí, todo funciona de maravilla y la ergonomía desde el puesto de conducción es perfecta.

Durante la presentación del nuevo monovolumen deportivo de Ford tuve ocasión de probar el Ford S-Max 2.0 TDCi 180 CV y probar el Ford S-Max 2.0 EcoBoost. Sin lugar a dudas, me quedaría con el primero de los dos, porque los 240 CV que ofrece el segundo no se notan especialmente, sobre todo cuando el motor está girando a regímenes bajos de vueltas. Además, el consumo del propulsor de gasolina es también superior. El 2.0 EcoBoost, eso sí, tiene un comportamiento bastante más progresivo, silencioso y suave.


En la unidad probada del S-Max 2.0 EcoBoost (concretamente el Ford S-Max Titanium Powershift 2.0 EcoBoost 240 CV), al tener que llevar obligatoriamente el acabado Titanium, el único cambio que ofrece Ford es el automático Powershift de seis relaciones con levas detrás del cambio. Su funcionamiento es correcto y los saltos entre marchas casi no se perciben, pero me quedo con el cambio manual y es que la ergonomía del S-Max y la situación de los controles de conducción es de los aspectos que más me han gustado de este modelo.
Además, durante la prueba del Ford S-Max 2.0 TDCi la unidad estaba equipada con un selector de modos de conducción que permite modificar la dureza de la dirección y la respuesta del acelerador en tres fases (sport, normal y confort), de las que las dos primeras me parecieron bastante adecuadas para cambiar el tacto del vehículo. Y es que una de las novedades del S-Max es que incorpora el sistema de conducción frontal adaptativa de Ford opcionalmente, que cambia el radio de giro de manera constante según la velocidad a la que se circula. Durante la presentación tuve ocasión de probarlo en un pequeño circuito de conos y, aunque su progresividad se nota más cuanto menos es el trabajo sobre el volante, me parece del todo recomendable.


En cuanto a las impresiones de conducción del nuevo Ford S-Max, debo decir que su chasis me ha encantado. Equipado con ruedas 245/45 R19 ContiSportContact 5, devora las curvas con pasmosa facilidad y, aunque a la hora de acelerar siempre se nota un poco su peso y dimensiones, resulta un coche ágil en todo momento. Lo que más me ha sorprendido ha sido sin duda su facilidad para maniobrar en espacios reducidos, durante la prueba no había arcén en las carreteras y tuve que dar la vuelta en un par de ocasiones por entradas de estrechos caminos, me pareció por momentos que lo que estaba conduciendo era un compacto.

El tacto del volante de piel, sin demasiadas aristas y bordes como en otros modelos de Ford –para mi gusto- es muy agradable y la situación del cambio, casi justo a su lado, facilita la conducción deportiva. En el salpicadero, que no tiene casi nada que ver con el del nuevo Ford C-Max, resalta por encima de todo el equipo de sonido Sony de alta fidelidad, aunque los controles pequeños y redondos –sello de Ford-del tablero central y los de la pantalla táctil creo que quedan un poco lejos del conductor, parecen más bien pensados para que los manipule el acompañante y eso no me parece lo más adecuado.

Precios del Ford S-Max 2015

Ford S-Max Trend 2.0 TDCi 120 CV   31.900 euros

Ford S-Max Trend 1.5 EcoBoost 160 CV 31.900 euros

Ford S-Max Trend 2.0 TDCi 150 CV 33.900 euros

Ford S-Max Titanium 1.5 EcoBoost 160 CV 34.000 euros

Ford S-Max Titanium 2.0 TDCi 150 CV 36.000 euros

Ford S-Max Titanium 2.0 TDCi 150 CV AWD CV 39.000 euros

Ford S-Max Titanium 2.0 TDCi 180 CV 38.000 euros

Ford S-Max Trend Powershift 2.0 TDCi 150 CV   35.900 euros

Ford S-Max Titanium Powershift 2.0 TDCi 150 CV 38.000 euros

Ford S-Max Titanium Powershift 2.0 EcoBoost 240 CV 39.500 euros

Ford S-Max Titanium Powershift 2.0 TDCi 180 CV 40.000 euros

Ford S-Max Titanium Powershift 2.0 TDCi 180 CV AWD CV 43.000 euros

Ford S-Max Titanium Powershift 2.0 TDCi Bi-Turbo 210 CV 42.000 euros

Valoración

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No creas que por tener la forma que tiene el S-Max te vas a aburrir al volante. Con una puesta a punto envidiable, te proporcionará mucha diversión. Ah, y podrás

Lo mejor

Amplitud del habitáculo. Siete plazas. Suavidad de su motor.

Lo peor

Visibilidad diagonal hacia la izquierda es mejorable. Precio de algunos extras.

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