Porsche Panamera Diesel: ¿el 'barato' es el ideal?

Voy a 120 km/h a 1.800 vueltas. Ni aire ni ruidos parásitos: solo escucho la música a través de los altavoces de serie. Graves redondos, agudos con mucho brillo... Confort total. Y clase, mucha clase. Conduzco un Porsche Panamera Diésel. Me encanta. Sí, una berlina de gasóleo es el modelo que recomendaría todo un porschista como yo. ¿Por qué? Déjame que me explique.

Para empezar, por el gran confort interior que te encuentras en los Porsche Panamera. En las plazas traseras, disfrutas de dos asientos individuales de corte deportivo y con mucho espacio. Delante... qué te voy a contar: respiras aire racing pese a que estés ante un rival casi natural de un BMW Serie 7 o Audi A8. La postura de conducción, muy baja y con un volante de tamaño ideal y bastante vertical, ayuda bastante, aunque (sobre todo en mi caso) ver el escudo de Stuttgart al frente me predispone aún más.

Y, claro, también está el motor. Es cierto que el V6 de 250 CV tiene los días contados (va a ser sustituido por una versión de 300 CV en enero), pero me parece que encaja perfectamente aquí. En serio. El GTS me pone los pelos de punta de lo que anda y por cómo suena. Y el Porsche Panamera Turbo S... ¡Cómo le vas a decir que no a un coche de 570 CV! Pero para ir y venir a trabajar, como coche de representación e incluso como la elección para viajar con la familia (si sois cuatro) es ideal.

Este V6 de origen Audi no suena basto y desde el habitáculo apenas oyes un murmullo. A partir de 2.000 vueltas empuja con mucha fuerza, es capaz de llegar más allá de las 4.000 en un momento y, aunque la marca roja empieza en las 4.600 rpm, lo cierto es que rara vez vas a ver la aguja acercarse a esa zona.

Si optas por el modo manual, cuando llegues al límite de revoluciones no vas a pasar de marcha. Un toque muy racing (¡recuerda, estamos hablando de un Porsche!), que debes tener en cuenta cuando decides darte un homenaje y subir el ritmo: te puedes quedar cortado en pleno adelantamiento (y... sí, esto es autobiográfico).

Por cierto, el cambio no es la caja PDK, sino el Tiptronic de ocho velocidades con el objetivo de darle un mayor toque de confort a las transiciones.

Y ya que estamos de adelantamientos con el Porsche Panamera Diesel, nada mejor que aderezar la historia con un par de horquillas. Es cierto que 1.880 kilos en vacío no parecen en principio una cifra ideal para curvear, pero lo cierto es que cumple, y con solvencia, gracias a una dirección tan bien puesta a punto como su chasis. También tiene que ver el modo Sport de la suspensión PASM (1.700 euros), ya que los balanceos y cabeceos quedan casi eliminados.

Además, ¿sabes por qué me parece el Panamera que hay que tener? Por los 1.000 km de autonomía que te llega a ofrecer... Y no, no tiene truco: durante la prueba el consumo real no ha pasado de 7,5 litros.

Si te digo que con un coche de 90.000 euros ahorras, me puedes mandar a un psiquiátrico. Pero lo cierto es que este Panamera Diesel consume solo un poco más que su primo lejano el VW Passat. Para mí es el Panamera que hay que tener... con la cabeza.

Aquí puedes leer la prueba del nuevo Porsche Panamera Diesel de 300 CV.