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Test de los 100.000 km: Mercedes E 220 d Estate

Test de los 100.000 km: Mercedes E 220 d Estate
Viajar rápido, llegar relajado, consumir poco... Esto es lo que le gustaría a todos los que recorren muchos kilómetros cada año, justo quienes deberían prestar atención a esta prueba, para descubrir cómo el Mercedes E 220 d Estate nos impresionó a lo largo de estos 100.000 km.

Nunca antes habíamos hecho menos anotaciones en el libro de viaje de una prueba de larga duración de AUTO BILD. En el Mercedes Clase E Estate, llenamos apenas 17 páginas y media durante los 100.000 kilómetros que hemos recorrido. ¿El motivo de esta moderación? Sencillamente: quien haya tomado asiento en el familiar alemán lo entenderá y sabrá que cuando te subes ya no quieres bajarte. Por eso decimos que es el coche ideal si quieres llegar lejos, rápido y bien.  

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Y realmente fue siempre lejos y rápido, porque el tiempo que ha estado en nuestro garaje apenas estaba aparcado unos minutos, ya que enseguida lo pedía algún compañero para un viaje personal o de trabajo. Y lo habitual es que se lo quedaran durante días y completaran miles de kilómetros. 

Test de los 100.000 km: Mercedes E 220 d Estate

El Mercedes Clase E apenas conoció distancias cortas ni frecuentes cambios de conductor. Y si no hubiéramos establecido un estricto plan de cesiones, nuestros compañeros habrían terminado casi discutiendo por ver quién necesitaba más este coche.

Con más de 14 millones de unidades, el Clase E es el modelo más vendido en la historia de la Mercedes. Y para algunos es un coche tan idóneo que lo definen así: "entras y desde el principio te sientes bien". Punto. 

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Ofrece un espacio generoso y cómodos asientos. Sin embargo, el manejo de las sensibles zonas táctiles del volante y de la pantalla táctil requiere de cierto periodo de aprendizaje, porque al principio harás demasiados toques accidentales. Además, el botón para las luces de emergencia es pequeño y queda lejos del conductor. En Mercedes han prometido mejorarlo en el futuro. 

Hay poco o nada que mejorar al conducir. "Gran devorador de kilómetros", señaló un colega a principios de 2018. El Mercedes fue recopilando elogios así durante todo el período de prueba. Y hay tres buenas razones para eso.

Test de los 100.000 km: Mercedes E 220 d Estate

Primero: el motor. El diésel de dos litros con 194 CV encaja perfectamente con este familiar grande; cualquier otra mecánica no llegaría en este coche a semejante nivel de perfección. Mantener cruceros confortables y circular rápido por autovías, sin apenas esfuerzo, es pan comido. Y el consumo fluctúa entre los seis y los nueve litros. Además, gasta alrededor de 1,5 litros de AdBlue cada 1.000 kilómetros y así logra mantener a raya las emisiones. No es de extrañar que en España casi el 85% de los compradores de este modelo elija el diésel. Lo único negativo que uno puede notar del E 220 d es un sonido algo gruñón en el tráfico urbano. En Mercedes afirman que se puede mitigar, una vez que en el servicio técnico aflojen todos los tornillos del sistema de escape y los aprieten nuevamente. 

En segundo lugar: el chasis. La suspensión neumática opcional hace que el Clase E sea un verdadero colchón viscoelástico. Se desliza suavemente sobre las ondulaciones del asfalto, sin provocar nunca mareos, y al mismo tiempo es suficientemente firme y consistente, y pasa por baches y hendiduras sin afectar a nuestra espalda. Un redactor anotó una conclusión de lo más escueta después de recorrer 4.600 kilómetros en el Mercedes: "Fue un placer". No hacen falta más explicaciones. 

Test de los 100.000 km: Mercedes E 220 d Estate

En tercer lugar: el aislamiento acústico. Así como hubo quejas de su rumorosidad a baja velocidad, el Clase E se vuelve inauditamente silencioso en la conducción rápida en carretera. El elaborado aislamiento del interior ha valido la pena, desde luego. Uno de nuestros compañeros indicó: "Incluso más allá de 200 km/h (en autovía alemana sin límite de velocidad), el pasajero puede hacer llamar por teléfono tranquilamente". El único peligro es que va tan suave que, si viajas de noche en compañía, posiblemente quienes van contigo se quedarán dormidos y no tendrás con quién hablar. 

¿Y por qué esta prueba de los 100.000 kilómetros termina solo con un 8 como nota final, si ni siquiera en el momento del desmontaje, tras mirar en cada recoveco del motor y la carrocería, se han encontrado puntos débiles? Te lo explicamos: con solo 15.328 km se estropeó la antena del GPS y nos quedamos sin navegador. La culpa fue de una carcasa del espejo poco estanca (ahí va alojada la antena). Al reemplazarla por piezas de otro proveedor, ya no entraba humedad. Y aún más amargo fue cuando, poco antes del final de la prueba, el sistema de aire acondicionado entró en huelga. El taller oficial reemplazó el compresor de refrigeración debido a una fuga, aunque según las instrucciones de trabajo de Mercedes hubiera sido suficiente con simplemente aumentar la cantidad de aceite. Por suerte, en las versiones sucesivas ese añadido ya viene de serie. 

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Los puntos perdidos debido a estos fallos explican el 8 como nota final. Hubiera merecido más, sobre todo si tenemos en cuenta que hablamos de un coche de prueba que costaba 83.000 euros (casi 51.000 la versión básica). 

Test de los 100.000 km: Mercedes E 220 d Estate

Técnicamente, debería tener una nota de 10

1. Tarea intensiva: Las suspensiones del chasis Air Body Control son totalmente sólidas.

2. Bien pintado: El rojo metalizado no es ciertamente el color típico para un Clase E.

3. Síntomas de uso: El aceite se ha depositado en las válvulas de admisión.

4. Más vale grande... Mercedes no ha escatimado en el sistema de escape. Se ve enorme, sólido y duradero. También el turbo, el catalizador y el filtro de partículas están en buenas condiciones.

5. Desprendida: En la parte inferior de la carrocería, descubrimos una placa protectora que se movía.

6. ¿Corrosión? Al retirar los pistones, nos inquietamos cuando miramos los cilindros. Pero las huellas marrones son consecuencias inofensivas de un recubrimiento especial.

Reparaciones

15.328 km Después de que el navegador se perdiera varias veces, se reemplazó (dentro de la garantía y sin coste alguno para nosotros) la antena del GPS. No es fácil, porque se ubica en el retrovisor izquierdo.

97.804 km En los calurosos días de abril de este año, el sistema de aire acondicionado dejó de enfriar de manera apropiada. Para arreglarlo, el taller oficial reemplazó el compresor de refrigeración averiado en garantía.

Test de los 100.000 km: Mercedes E 220 d Estate

¿Comprar o no comprar?

No podemos más que recomendar el E 220 d Estate. Ofrece espacio, suspensiones cómodas, es rápido y, al mismo tiempo, económico. La calidad general es muy buena. Eso sí, no es barato.

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Puntos de fiabilidad

Obtiene un 8 como nota final, pero los motivos que produjeron los fallos ya han sido solucionados por Mercedes. Además, el Clase E Estate se ha mostrado tan sólido tanto en la prueba como en el desmontaje final, por lo que hubiera merecido mucho más. 

Ya que hemos llegado hasta aquí, ¿quieres saber cuál es tu coche ideal?

Valoración

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El Mercedes E 220 d Estate nos impresionó a lo largo de estos 100.000 km. La calidad general es muy buena. Eso sí, no es barato.

Lo mejor

Comodidad. Chasis. Motor diésel de dos litros con 194 CV.

Lo peor

Las sensibles zonas táctiles del volante y de la pantalla táctil requiere de cierto periodo de aprendizaje.

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