Logo Autobild.es

Test 100.000 km: Mercedes C 250 d Estate

Nacho de Haro

En un color blanco inmaculado se lanzó este Mercedes Clase C a nuestro test de larga duración. 100.000 kilómetros después ha llegado a su destino casi igual de reluciente

El Mercedes C 250 d Estate se enfrenta al test de 100.000 kilómetros. Llevar una estrella sobre la parrilla delantera puede ser, en contra de lo previsto, un incordio. Porque representa a una marca que, históricamente, busca la perfección. Por eso, un Mercedes no se puede permitir quedarse averiado. Y menos aún en nuestro exigente test de los 100.000 kilómetros, donde lo miramos con lupa, día a día. El eslogan 'Lo mejor o nada' es una gran responsabilidad, más allá de un mero reclamo publicitario.

Comparativa Audi A4, BMW Serie 3 Touring y Mercedes Clase C Estate

Comparativa Audi A4, BMW Serie 3 Touring y Mercedes Clase C Estate

Si hablamos de refinamiento, lo cierto es que el Clase C Estate de nuestra prueba va sobrado. Tanto, que es casi tan lujoso como todo un Clase S: materiales de calidad elevadísima, acabados impecables... Y en el caso de nuestra unidad, madera noble y cuero Designo en tono marrón con costuras claras. Esta combinación no ha gustado a todos. "Horrible", apuntaba uno de nuestros probadores en el cuaderno de bitácora. Pero, claro, esto ya es cuestión de los gustos de cada uno. Compramos un Mercedes C 250 d 4Matic Estate para el test de larga duración equipado con un ejército de asistentes electrónicos. La lista de extras tiene el grosor de un libro de bolsillo. En total, más de 26.000 euros en equipamiento opcional. El precio final, con todo incluido, es de unos 75.000 euros. "Excesivo", dicen algunos compañeros.

Pero eso es algo que los directivos de Mercedes llevan escuchando toda la vida, con la diferencia de que la marca vive ahora uno de sus mejores momentos. Especialmente, el Clase C: el último año, se han vendido 425.000 unidades en todo el mundo de este coche del segmento D. Ningún otro Mercedes es tan exitoso y ninguno tan importante para la buena marcha económica de la firma de Stuttgart.

Eso sí, al poner en marcha el motor por las mañanas, algunos probadores han anotado con bastante frecuencia: "Al arrancar suena como un taxi". Pero solo sucede en los primeros kilómetros. El motor biturbo de 204 CV que monta el C 250 d se tranquiliza enseguida en el apartado acústico, no así en su empuje: rinde nada menos que 500 Nm de par que se envían a las cuatro ruedas. Así que, apenas se notan las 1,8 toneladas que pesa este Clase C Estate equipado hasta los topes. El cambio automático de siete velocidades tiene una respuesta correcta a cada solicitud. No obstante, cuando el conductor decide improvisar y, de forma espontánea, pisa a fondo el acelerador, eso sí, la transmisión titubea un poco y a veces sube a la marcha superior, restando alegría al motor.

Pero no olvidemos que hablamos de un nivel de exigencia muy alto. El conjunto motor/cambio del C 250 d 4Matic Estate da muchas alegrías, aunque en este nivel hay aspectos (como su tosco sonido inicial) que no deberían ser así. Sin embargo, muchos han anotado sus virtudes: "Un sueño para viajar", escribía uno de nuestros redactores. Un compañero, precisamente, que es fan de la marca y por eso ha valorado tanto que este Clase C recupere los valores clásicos de Mercedes: asientos firmes y cómodos con muchas posibilidades de regulación, cristales acústicos que apenas dejan entrar los ruidos aerodinámicos, un sistema de climatización perfecto y una "suspensión que, en su modo más suave, hace desaparecer cualquier irregularidad y convierte el asfalto en una superficie totalmente plana", escribió.

Otro redactor anotaba: "El Clase C siempre responde como se espera, sin aspavientos, sin alterar nunca al conductor. Esto es lo que yo espero de un Mercedes".

Si ha habido algo que ha alterado a nuestros probadores ha sido el sistema de multimedia y de navegación que equipaba nuestra unidad de pruebas, el Command Online, por 3.521 euros extra. La conexión del smartphone por Bluetooth era inestable y todo menos intuitiva, moverse por sus menús requiere un tiempo para habituarse y, sobre todo, para no desviar en exceso la vista de la carretera. Y el navegador, con sus mapas anticuados, nos ha metido en un atasco en alguna ocasión, cuando debería haber hecho todo lo contrario. En muchos casos, por avisarnos demasiado tarde. El sistema de reconocimiento de señales tampoco es un ejemplo de perfección total, de vez en cuando, mostraba mensajes erróneos. Eso sí, el Distronic Plus ha funcionado de forma impecable hasta el último momento. Es capaz de controlar la distancia de seguridad con el coche precedente hasta a una velocidad de 200 km/h y en tráfico denso activa el Start/Stop e incluso actúa sobre el volante con pequeñas maniobras. "En viajes largos, es el rey del confort", anotaba un entusiasmado y aventurero redactor, que se hizo una escapada de 1.000 km de distancia.

Aparte de los leves defectos mencionados y que este Clase C viene hasta arriba equipado con complicada tecnología, todo ha funcionado bien hasta el final. Solo una vez se encendió una luz en el panel de instrumentos: fallo en el asistente de mantenimiento de carril. Fue en la última etapa de la prueba de 100.000 kilómetros con el Mercedes Clase C Estate, de modo que llegamos al desmontaje del coche con este aviso. Pero el problema no estaba en el sistema; solo era un simple sensor. Eso sí, ha salido perjudicado por en nuestro protocolo por este pequeño error.

El decisivo análisis por endoscopio atestiguó, finalmente, el buen estado del Clase C. Lo que más nos sorprendió fue la calidad de los materiales en el interior. Tras 100.000 kilómetros, pasar por muchos conductores y 663 días de exigentes pruebas, el Clase C estaba increíblemente nuevo. Parecía que solo hubiera pasado una semana desde que salió del concesionario. Los asientos permanecen firmes, los tapizados relucientes y los plásticos prácticamente ausentes de arañazos. Además, el nivel de rumorosidad en marcha se mantiene mejor que cuando era nuevo con un ruido interior a 100 km/h de 65 dB.

De acuerdo, esto es lo que uno podría esperar de un coche de este precio, pero hemos vivido experiencias peores con modelos de esta categoría. Llevar una estrella sobre la parrilla puede ser una gran carga económica... Pero también un gran acierto. El Mercedes Clase C nos ha demostrado que la alta tecnología puede ser fiable con el paso de los kilómetros.

Valoración

Nota9

Este Mercedes C 250 d Estate blanco se enfrenta a nuestro test de larga duración, 100.000 kilómetros donde lo miramos con lupa, día tras día. ¿Aprobará?

Lo mejor

Cualidades para el uso diario y largos viajes, fiabilidad, prestaciones.

Lo peor

Precio de adquisición, sonido del motor en frío, sistema de navegación.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.