Prueba Land Rover Defender 110, el señor de la nieve

El reto no era nada sencillo, si no más bien bastante complicado. ¿Cómo resucitar un modelo tan icónico como el Defender? Land Rover debía adaptar al siglo XXI un todoterreno puro del siglo XX. Mantener sus señas de identidad sin renunciar al espíritu original. ¿El resultado? En esta prueba del Land Rover Defender 110.

Una prueba tan especial como exigente, pues tiene una parte sobre el circuito de nieve de la estación andorrana de Grandvalira. El terreno ideal para examinar a fondo todos sus modos de conducción, empezando por un Eco ideal para carretera. 

Porque uno de los requisitos para lanzar el nuevo Defender era que también fuera un SUV confortable a la hora de afrontar viajes por carretera y ahora muestras en ese sentido las mismas cualidades que un Land Rover Discovery. Guiado, eso sí, desde un volante demasiado grande completa recorridos interurbanos como un buen rutero.

Con este Defender puedes afrontar viajes para cinco adultos sin problemas de espacio y reserva un maletero de 853 litros. Detrás de él, la clásica rueda repuesto, icónica desde su lanzamiento y que no podía faltar... aunque desde el punto de vista práctico no sea lo mejor tanto por pérdida de visibilidad (el retrovisores con cámara ayuda) como para abrir el portón en huecos estrechos.

Así funciona su motor PHEV

Se mueve con un motor híbrido enchufable que rinde 404 caballos de potencia y se beneficia de la Etiqueta Cero de la DGT para moverse por todos los entornos. Es un bloque de entrega de potencia suave, algo más ruidoso de lo esperado a altas revoluciones y que no tiene grandes problemas para mover sus excesivos 2.500 kilos de peso.

Salto del asfalto a la nieve, estamos en invierno y esta vez no buscamos pistas de tierra sino el blanco elemento. Ideal para probar los modos del sistema Terrain Response, un prodigio de la electrónica que permite al Defender subir por pistas de nieve hasta más de 2.000 metros de altura.

Allí nos espera el circuito donde hay un parte de slalom, una subida con pendiente del 20% y una bajada del 14%. Los porcentajes de desnivel se visualizan en la pantalla multifunción de la consola central, donde se manejan todas las funciones de navegación e infoentretenimiento. 

Empiezo suave con el modo ECO y todos los controles de estabilidad/tracción conectados. Aquí el Defender permite pocas alegrías y corta la potencia a la mínima perdida de tracción. De hecho el slalom es mejor hacerlo a baja velocidad porque si te pasas con la dirección te quedas sin fuerza. por eso yo prefiero el modo Sand, donde puedes jugar con la trasera y llega toda la potencia del motor.

Ahora lo probamos sin usar los pedales

Y con el sistema ATPC conectado es capaz de recorrer todo el circuito a una velocidad definida mientras solo tengo que controlar la dirección para ir por la trayectoria correcta. Se trata, básicamente, de un control de crucero para el campo., que se encarga del acelerador y los frenos minimizando las pérdidas de tracción en situación de deslizamiento, dejando al conductor únicamente el control del volante.

Las rampas de ascenso y descenso con pendientes cercanas al 20 por ciento se afrontan sin problemas gracias a los controles de descenso, que permiten que el coche se sujete sin problemas, incluso en tramos de nieve ya completamente rota. Después de varias vueltas, cada vez a más velocidad, queda claro que el este Defender es tan capaz fuera de asfalto como siempre lo fue.

Bajo el nombre "Experiencia bajo cero", Land Rover ofrece hasta el 23 de marzo un paquete de actividades que engloba una estancia en el hotel Hermitage de Andorra y un curso de conducción (teórico y práctico) sobre nieve. Los precios varían según el número de noches, pero oscilan entre 650 y 1.250 euros. El precio de curso es de 400 euros.

Y hablando de precios, el reto de Land Rover a la hora de crear el nuevo Defender se complicaba más con este aspecto, pues antes constaba unos 35.000 euros y ahora (repleto de electrónica y con mejores acabados por dentro), parte de 65.000 euros. Pues viendo los pedidos (más de 1.300 en Europa cuando la previsión era de 400 unidades) está claro que ese obstáculo se ha superado.