Prueba: 'driftando' sin recato con un Kia Stinger
El Kia Stinger tiene una variante específica para Estados Unidos: el Stinger GTS, limitado a 800 unidades. No llegará a Europa, pero no te preocupes. Hay formas de tener uno casi igual aquí, aunque tendrás que tirar de la lista de opciones para igualarlo. Una de sus características más alucinantes es su sistema de Drift. Y eso es lo que hemos probado en un modelo europeo. Prueba: 'driftando' como sin recato con un Kia Stinger.
Esta versión tan especial para el mercad americano lleva el nuevo y exclusivo color "Federation", un naranja brillante, muy llamativo, pero que la verdad es que no le sienta nada mal a esta berlina-coupé. Además, incluye muchos componentes en carbono, como el marco de la parrilla delantera, las entradas de aire, las tapas de los espejos, las salidas de aire de los pasos de rueda, el espoiler inferior del faldón delantero y el difusor de la zaga.
Bajo el capó del Stinger GTS bulle el 3,3 litros V6 de 370 CV. En Europa. debido al ciclo homlogado WLTP, pierde un par de CV, y llega con 366. Pero la verdadera novedad en Estados Unidos es la tracción integral modificada: la D-AWD, en relación al Stinger normal, da mucha más prioridad a la zaga. Y un diferencial con bloqueo se encarga de repartir de forma más eficaz la fuerza al eje posterior.
VÍDEO: Con un Stinger en circuito
Lo que pocos saben: en Europa, este Kia también puede driftar. El modelo de 2019 ya lleva la misma función, exactamente la misma que recibirá el GTS americano. Y desde septiembre de 2018 monta el diferencial con bloqueo.
O dicho de otro modo: los conductores de un Stinger AGT AWD puede pulsar el modo Sport+, desactivar el ESP y, voilá! Ya tiene la función Drift. Aunque tenga tracción integral, el 93% de la fuerza va a las ruedas traseras.
¡A ponerse de lado!
Para empezar a cogerle confianza al Stinger, hemos optado primero por un slalom en seco. La verdad es que lo supera con eficacia y en un suspiro, pero nosotros hemos venido aquí a driftar. De modo que, ¡al anillo mojado!
En modo manual, cambio a segunda y con un golpe decidido de gas provoco el drift. Pero lo que suena fácil, tiene su miga. Y es que, a través de la caja con convertidor de par, hay que dar el acelerón en el momento preciso, algo que sería algo más sencillo con un cambio manual. Pero bastan un par de intentonas para cogerle el punto y empezar a driftar a placer.
Gracias a sus 2,91 metros de batalla y el nuevo diferencial con bloque, realmente, uno no siente que va en un tracción integral. Y es que el Stinger tiene especial querencia por ponerse de lado. Con el pie derecho puedo regular fácilmente el ángulo de drift, y es fácil sentirse como Ken Block tras el volante de esta berlina.
Hacer cuatro, o hasta cinco vueltas de lado, es perfectamente factible. Y es que frente a muchos otros coche de su segmento, el Stinger sí que permite desconectar el ESP del todo. Y además, la caja automática mantiene la marcha hasta el límite, de modo que la potencia necesaria permanezca permanentemente.
La confianza es tal, que me pongo un reto: driftar hasta ponerlo en dirección contraria. Pero claro, esto ya es para manos realmente experimentadas en el asunto, y con el Stinger, solo lo logré parcialmente.
En cualquier caso, queda claro: gracias al reparto de fuerza de hasta un 93% al eje posterior y a su diferencial, el Stinger se convierte prácticamente en un propulsión trasera. Y en una máquina de driftar, pero eso sí: con manos experimentadas.
Por cierto: el color naranja al que nos hemos referido también está en Europa disponible desde esta primavera. De modo que, prácticamente, puedes tener un GTS sin necesidad de cruzar el charco.
Valoración
Nos hemos puesto al volante de un Kia Stinger GT para probar su modo Drift. Y la verdad es que se siente como un propulsión trasera. ¡Es pura diversión!
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