Test de los 100.000 km: Kia ProCeed GT

Después de 100.000 kilómetros con el Kia ProCeed GT Fusion Orange Metallic, de leer 78 páginas en el libro de viaje y muchas discusiones polémicas en la redacción, podemos decir en este punto: este Kia es como el Real Madrid: o lo amas o lo odias, pero no deja a nadie indiferente.

Después de 20 meses de uso continuado, el Kia ProCeed GT yace ahora desarmado en sus partes individuales en el taller. Pero vayamos por orden.

El miércoles 19 de febrero de 2020, entra en el garaje de nuestra redacción de Hamburgo el coche con matrícula F-PR 7211; motor de gasolina turboalimentado de 1,6 litros, 204 CV, cambio de doble embrague de 7 velocidades, tracción delantera. 

El Shooting Brake cuesta 36.260 euros, con un cargo adicional por la pintura metalizada y el paquete de confort con ajuste eléctrico del asiento del conductor. 

Por dentro

A bordo lleva un sistema de navegación en tiempo real que se ha ido actualizando constantemente a lo largo de los meses, y al final incluso teníamos un detector de radares de velocidad. 

Tenemos climatizador automático, cockpit digital, portón trasero eléctrico… También llantas de 18 pulgadas y, lamentablemente, no hay opción para ruedas más grandes que le quedarían muy bien al Kia. También se incluyen cómodos asientos deportivos de cuero velour que, sin embargo, no tienen soportes variables para los muslos para los conductores altos. 

Hablando de asientos gigantes: nuestro jefe de pruebas (1,97 metros) no fue el único que criticó la posición detrás del volante deportivo aplanado por abajo: "Incluso con el cojín del asiento completamente bajado, mi pelo tiene contacto con el revestimiento del techo". 

No fue la única crítica registrada en el cuaderno de bitácora. Otro de nuestros compañeros de AUTOBILD, fan de la suavidad de los coches franceses,  maldijo al ProCeed de la siguiente manera: “Este sonido como de voz de adolescente y el chasis tan rígido no me han gustado nada”. 

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Otro de nuestros colega apuntó: “Nada en contra de un buen sonido de escape, pero realmente es el sonido sintético más falso que he escuchado. 

Uno de nuestros pilotos profesionales, Dierk Möller, escribió: "Rodadura demasiado tosca, respuesta de dirección peligrosamente directa en la posición Sport". 

Entonces, ¿todo es malo?

Para nada: este Kia está cargado de virtudes.  Por ejemplo, el cockpit de este coreano, que se fabrica en Žilina, Eslovaquia. Nos cautivó con su claridad y funcionalidad. El monitor táctil lleva un verdadero control giratorio para el volumen y teclas de acceso directo para mapas y radio o multimedia. 

También es muy accesible y manejable la unidad de aire acondicionado debajo con botones para ventilación y calefacción de asientos y controles giratorios para la temperatura. 

Todo es fácil de entender aquí dentro, no necesitas un título en informática. Es bueno que todavía haya empresas que recurren, para las funciones relevantes, a botones físicos, en vez de ocultarlas en engorrosos submenús por motivos de diseño.

Y ya que hablamos de diseño: "La vista hacia atrás a través de la pequeña ventana trasera es una broma", señaló uno de nuestros colegas.  Otro escribió: “La combinación de asientos elevados y techo inclinado impiden cualquier posibilidad de vista panorámica”. 

Pero no olvidemos una cosa: es un coche que apenas sobrepasa los 35.000 euros, y ofrece buenos acabados, un diseño práctico y, sobre todo, más de 200 CV. En calidad/precio es prácticamente imbatible. 

Y, aunque no sea precisamente el más confortable de su clase, sí es de los más divertidos de conducir.  “Creo que la combinación de motor y transmisión es excelente. La aceleración es genial, te olvidas que el ProCeed solo tiene una cilindrada de 1,6 litros, que podrían ser dos perfectamente”, señalaba uno de nuestros colegas. 

Y además, es duradero. Llenamos exactamente 0,4 litros de aceite de motor a lo largo de 100.000 kilómetros, y el aceite del doble embrague parecía como si lo acabaran de echar de la lata. De alguna manera coincidía con el estado de la caja de cambios. Sin sacudidas de arranque, inserciones limpias, nada de titubeos. En este apartado, está entre lo mejor de su clase. Y si eres de los que prioriza las emociones fuertes, el dinamismo y la diversión al volante, sin duda este ProCeed puede hacerte muy feliz. 

Y le perdonarás algún pecadillo venial, como el del depósito: deberían entrar 42 litros cuando el ordenador de abordo dio la alarma, pero nunca pudimos recargar con más de 34. O los intervalos del taller. Sí, siete años de garantía hasta los 150.000 kilómetros, pero hay que hacerle un mantenimiento cada 15.000 kilómetros o cada año, cambio de aceite y revisión simple, que suele rondar los 200 euros.

La sala de despiece

¿Qué dice nuestro experto de DEKRA después desmontarlo? En su informe final apuntó: ¡Primeras señales de óxido después de menos de dos años!” Los largueros del interior izquierdo y derecho estaban afectados, lo descubrió con la cámara de su endoscopio. 

El experto también descubrió los primeros signos de corrosión debajo de la cubierta de protección térmica trasera en el área del maletero, en los 13 puntos de soldadura y en un borde. Todavía no es preocupante, pero, ¿dentro de unos años? 

El hombre DEKRA tiene una explicación para esto: "¡Aplicación desigual de cera protectora!" Kia tiene que trabajar en esto y en la calidad de los plásticos en el interior. 

El experto tiene una teoría diferente para uno de los cojinetes de biela, que muestra signos de desgaste en su parte superior: "¡Eso debe haber sucedido durante la fase de rodaje!" Pero, según el experto, el motor aún tiene mucha vida por delante: su prácticamente nulo consumo de aceite habla en su favor. 

Finalmente algo personal: cuando vimos el esqueleto del ProCeed en el taller, nuestros ojos se humedecieron un poco. ¡Rara vez un coche en este rango de precio nos ha conmovido tanto como este Kia!