Audi A5/S5: el niño guapo de Audi cambia de cara

Nació en 2007 y rápidamente pasó a ser el niño bonito de la gama Audi. Se trata del A5, un modelo que cuenta con versiones Coupé y Cabrio de dos puertas, y Sportback de cinco. Hoy, cuatro años después, todas ellas se renuevan y reciben una serie de cambios que modernizan su imagen y mejoran su dinámica.

En el apartado estético, la parrilla singleframe suaviza la forma de sus equinas y da continuidad a un paragolpes que integra unas entradas de aire pronunciadas con nuevas rejillas y faros antiniebla planos. Especialmente importantes, también, son los faros delanteros, que dan otra personalidad al frontal de la familia A5 y recogen la herencia de los nuevos diseños de Audi. La pretensión es conseguir una línea que trasmita mayor dinamismo a la vista.

En el interior, los cambios más relevantes se dejan ver en los nuevos volantes, los colores empleados en los embellecedores del cuadro de instrumentos y la consola central, y en las tapicerías que visten los asientos y puertas. También se ha refinado la zona de la consola que maneja la climatización y se han eliminado botones fijos en el mando del MMI para conseguir un manejo más intuitivo que antes.

El renovado A5 cuida de forma especial la reducción del consumo y las emisiones. Por ello, la gama mecánica está formada por propulsores más eficientes e incorpora elementos como la nueva dirección electromecánica (de serie en toda la gama, rebaja el gasto de combustible en 0,3 l/100 km). Tres motores de gasolina y cuatro diésel, todos ellos sobrealimentados, dan vida al modelo alemán. En el primer grupo destaca el 1.8 TFSI, que supone el punto de partida y ha recibido una serie de mejoras en busca de un mejor compromiso entre prestaciones y consumo. Ahora rinde 170 CV, que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos… con un registro de 5,7 l/100 km de media y el examen de la normativa Euro6 aprobado con creces. El siguiente escalón lo ocupa el conocido 2.0 TFSI de 211 CV, al que seguirá próximamente el 3.0 TFSI de 272 CV. Mientras tanto, el apartado diésel lo ocupan sendos 2.0 TDI, de 143 y 170 CV, que se ven complementados por dos V6 TDI, de 3,0 litros (rinden 204 y 245 CV).

Las dos versiones más potentes, que son las que he tenido ocasión de probar más a fondo durante esta toma de contacto son todo un ejemplo de finura y prestaciones. En el apartado chasis, las modificaciones llevadas a cabo en materia de suspensión y dirección mejoran la experiencia de conducción. Y si de tecnología se trata, el A5 ofrece, de serie en toda la gama, el sistema Start-Stop. Otros elementos que pasan a formar parte de la lista de opciones son el de reconocimiento del cansancio, que recomienda parar cuando detecta signos de fatiga en el conductor, el control de crucero adaptativo con función de frenado a velocidades inferiores a 30 km/h o el sistema de mantenimiento de carril, que corrige la dirección por sí solo en caso necesario.

Mención aparte merece la gama S5, que se diferencia de la familia A5 por pequeños detalles como el embellecedor de la parrilla del radiador en color gris, las carcasas de los retrovisores o las molduras de las taloneras pintadas en el mismo color de la carrocería. En la zaga, el difusor y el emblema V6 T, entre otros elementos, dejan claro que lo que tenemos entre manos es la versión más deportiva de la gama. Bajo el capó ya no hay rastro del V8 atmosférico que antes animaba al S5 Coupé. Desde ahora, todas las versiones montan el TFSI de seis cilindros en V, que rinde 333 CV.

Los precios de la gama A5 se mueven entre los 36.900 euros del Coupé 1.8 TFSI manual y llegan hasta 59.480 del Cabrio 3.0 TDI 245 S tronic.