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¿Cuál es el mejor coche para conducir relajado?

Juan Antonio Corrales

Puedes ser de los que conduce relajado o de los que actúan de manera nerviosa y agresiva. Pero no es sólo una cuestión de carácter. El tipo de coche que lleves puede ayudarte a ver el tráfico de manera menos estresante.

Los expertos en salud promulgan cuatro hábitos que todos deberíamos seguir para mantenernos en buena forma: ejercicio habitual, moderar el consumo de alcohol, ingesta diaria de fruta y verdura y, sobre todo, no fumar. Los autores de diversos estudios aseguran que tener estas cuatro saludables tradiciones equivale a ser 14 años más joven en edad cronológica. Yo voy a añadir un quinto hábito: tener (o conducir) un coche tranquilo.

Pero… ¿qué vehículo puede ser calificado con este adjetivo? Antes de contestarte, la primera premisa es estar a gusto con tu propio coche. Que te guste conducirlo, que te sientas cómodo a bordo. Da igual que sea un deportivo, un descapotable o un histórico con 40 años.

Pero lo más habitual, si tienes un deportivo, por ejemplo, es que seas (o intentes ser) el primero que sale del semáforo y disfrutes como un niño cuando pises el acelerador a fondo y veas por el retrovisor cómo los demás conductores se quedan clavados. Al final, cuanto más rápido vayas, más cerca estarás de llevarte un buen susto. Este grado de ansiedad al ir siempre de carreras te proporcionará muchas papeletas para que un día te dé un infarto y tú también te quedes clavado.

Dicho esto, ¿cuál es el mejor coche para conducir relajado? No hay uno en concreto, pero sí que puedo decirte algunas de las características que debe tener. Para empezar, lo mejor es que sea diésel. Su elevado par motor le proporciona mejor respuesta a bajas revoluciones, con lo que no es necesario subirlo como un molinillo para que ande con brío, cosa que te ocurrirá si tienes un gasolina. Al girar alto de vueltas, ya sólo el ruido mecánico te alterará, aunque tú no lo notes. Además, pasarás menos por la gasolinera, algo que estresa bastante, y cuando lo hagas pagarás menos, por ser más barato que el gasóleo. Si la compra del diésel es más cara, no te preocupes, es sólo un momento de nervios al pagarlo, que compensarás con una menor frecuencia de visitas a la gasolinera y con un valor de reventa superior.

Respecto a su potencia, mejor que no pase de 200 CV. Los que tienen más caballos, ya tienen mucho nervio, y te lo pueden contagiar. Aunque no siempre es así, ya que si se trata de un coche grande y pesado, tener algo más de potencia no significa que se convierta en un deportivo y te puede venir muy bien en un momento dado.

Otra característica: que tenga tracción integral. ¿Por qué? porque este sistema te hará conducir más tranquilo si la situación meteorológica o del asfalto, se complica. Además, si es tipo SUV o todoterreno, su elevada altura te permitirá prevenir mejor posibles frenadas de emergencia y a vislumbrar el horizonte y a los que te rodean bastante mejor. Y cuanto más espacio ofrezca dentro, mejor. Más relajado irás si tienes que buscar hueco para el equipaje de toda la familia o de todos tus amigos.

El cambio de marchas, automático, por favor. No sabes lo cómodo y relajado que es conducir un automático hasta que no lo pruebas. Si todavía no lo has hecho, puedes solicitar una prueba en un concesionario. Eso sí, que un vendedor te explique unos secretillos para no hundir el pedal de freno con el pie izquierdo y que ambos salgáis por el cristal delantero. Para cambiar de marcha no tienes que apretar el embrague, ni tienes que mover la palanca. Todo lo hace el coche solo. Esto relaja, y mucho.

No voy a poder comprobar si con todo esto vivirás más, pero creo que así será. O por lo menos, conducirás más relajado.

No sólo el coche influye

Para conducir relajado también debes tener en cuenta otras cosas. Para empezar, en todos los trayectos que vayas a realizar debes tener en cuenta que puedes tardar un poco más de lo previsto así que… ¡sal antes! Si vas a emprender un viaje, tomar una serie de medidas evitarán que te pongas nervioso en el recorrido, como tener el trayecto controlado de antemano, el depósito lleno y alimentos y bebidas a bordo por si ocurre cualquier imprevisto. Lleva, siempre que puedas, la ropa más cómoda posible. No dejes objetos sueltos por el coche, ya que irán dando tumbos y golpeando los laterales del coche ya sea en el maletero o en el habitáculo. Y escuchar los golpes, desviará tu atención.

Y si tienes otro coche…


pues no pasa nada. Lo más importante es que tú lo disfrutes y que te sientas a gusto conduciéndolo. Que seas feliz cuando te subas a él. Si cada vez que coges el coche lo haces contrariado, porque nunca te gustó su diseño, porque te parece que consume mucho más de lo que debería o porque sus mil y una averías ya te tienen harto, permíteme un consejo: cambia de vehículo cuando puedas. Ya es una prueba para tu paciencia la conducción diaria con sus atascos, con algunos conductores maleducados, con un reglamento de circulación cada vez más sancionador, etc… como para, encima, estar a disgusto con tu propio vehículo.

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