Las etiquetas llevan ya varios años entre nosotros, pero ha sido a raíz de la popularización de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y de la actualización progresiva de la de Madrid cuando muchos conductores han empezado a interesarse por ellas. Una duda habitual que hay es saber qué ventajas de un Etiqueta C frente a un coche Etiqueta B en ciudad.

Para empezar, hay que dejar claro que no son las mejores etiquetas de la DGT y es que las que gozan de verdaderos privilegios son las ECO y CERO, que circulan y aparcan sin problemas en cualquier lugar.

Lo siguiente es aclarar a qué coches corresponde la etiqueta B y a cuáles les toca la etiqueta C.

La pegatina B es para los turismos y furgonetas ligeras de gasolina homologados con la normativa Euro 3 y los diésel con las Euro 4 y 5. Así, los primeros son los gasolina matriculados a partir de enero de 2000 y los segundo los de gasóleo matriculados a partir de enero de 2006.

La pegatina C es para los turismos y furgonetas ligeras de gasolina que cumplan con la normativa Euro 4, 5 y 6; y para los diésel de la Euro 6. Así, los primeros son los gasolina matriculados a partir de enero de 2006, y los segundos los diésel matriculados a partir de enero de 2014.

Una vez establecida la diferenciación entre ambos grupos, ¿hay ventajas de los C frente a los B a la hora de entrar a ciudad o, concretamente, a las ZBE de éstas? La verdad prácticamente ninguna: ante la normativa tienen los mismos permisos y restricciones salvo por una excepción.

Así, ambos pueden acceder a la mayoría de ZBE sin restricciones, con la excepción de la ZBEDEP Distrito Centro de Madrid en la que solo podrán hacerlo si acceden con invitaciones o si aparcan en parking público o privado, pero nunca en la calle.

A la hora de aparcar fuera de las ZBE si que hay una diferencia entre ambas etiquetas y es que (aunque depende de cada ayuntamiento) puede haber diferencias entre las tarifas que tienen que pagar en las Zonas de Servicio de Estacionamiento Regulado (SER).

Así, los coches con etiqueta C disfrutan de una reducción del 10% respecto a la tarifa base, mientras que los que tienen etiqueta B tienen que pagar un recargo del 20%.