Aunque la industria automotriz avanza decididamente hacia la electrificación y los distintos fabricantes están invirtiendo grandes cantidades de dinero en el desarrollo de vehículos eléctricos, existen todavía algunos puntos de incertidumbre. A continuación, te mostramos tres retos que nadie cuenta y debe resolver el coche eléctrico.

Ya hay fabricantes que, directamente, han puesto fecha de caducidad al motor de combustión, como Audi, que anunció que solo fabricará motores eléctricos a partir de 2026. Y prácticamente la mayoría de los fabricantes del mundo trabajan en el desarrollo de modelos movidos por baterías. 

Esta aceleración en la electrificación del sector viene impulsada, en buena parte, por las diferentes autoridades mundiales, especialmente, la Unión Europea por la parte que nos toca, que ha marcado el objetivo de reducir en un 55% las emisiones de CO2 en 2030. 

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En este contexto, en el Gobierno ha incentivado la compra del coche eléctrico mediante iniciativas como el Plan MOVES III, así como con algunas ayudas fiscales como ya existen en otros países. 

Sin embargo, los vehículos cero emisiones están todavía muy lejos de ser una opción viable para la mayoría de los usuarios. Y no solo por su elevado precio y la falta de una infraestructura de recarga desarrollada, que también. 

Cuánto tarda en cargar

Uno de los retos que tiene que afrontar el coche eléctrico es el relativo a los tiempos de recarga de las baterías. Actualmente, existen cuatro tipos de recarga: lenta, normal, semirrápida y rápida. Cada uno de ellos, tiene un tiempo de recarga considerablemente diferente.

La carga lenta es utilizando un enchufe doméstico convencional, de tipo Schuko, pero requiere de un tiempo que oscila entre las 12 y 16 horas. El sistema normal es el más recomendable, ya que mantendrá la batería en mejores condiciones y es más barato.

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Es el famoso sistema wallbox, con potencias de hasta 7,4 kW, cuya instalación ya ofrecen muchas marcas mediante acuerdos con operadores. En este caso, el tiempo de recarga se reduce a unas seis a ocho horas, pero no todo el mundo puede disponer de un punto en su casa o garaje. 

Luego están los puntos de recarga semirrápida, de 11 a 22 kW, y los de recarga rápida, que pueden alcanzar los 150 kW, que pueden recargar el 80% de la batería en dos horas y algo más de media hora, respectivamente. Por último, los cargadores ultrarrápidos pueden alcanzar el 80% en menos de media hora. 

Como vemos, en el mejor de los casos, tardaríamos casi media hora en recargar el 80% de la batería, mientras que en llenar el depósito de combustible tardamos apenas unos minutos. 

Cuánto dura la batería

En segundo lugar, está el reto de la duración de las baterías. Muchos conductores, cuando se interesan por un coche eléctrico, suelen preguntar por la vida útil de una batería, porque la fuente de energía en estos vehículos es cara de reemplazar y difícil de amortizar si no se recorren muchos kilómetros. 

Actualmente, de media, las baterías tienen una duración de ocho años o 150.000 kilómetros, lo que equivale a unos 3.000 ciclos de recarga. 

Algunos fabricantes están trabajando en el desarrollo de nuevas baterías de estado sólido, una tecnología que promete mayor seguridad, una mayor densidad energética y, por tanto, mayor autonomía y mayor duración. 

Qué hacer con la batería cuando ya no se puede usar

Por último, otro reto importante del coche eléctrico es ¿qué hacer con la batería, una vez que ya no se puede utilizar? Esas baterías no pueden terminar en un vertedero, porque producirían graves problemas medioambientales. 

En la mayoría de los casos, por no decir todos, esas baterías que ya no se pueden utilizar más se reciclan para disfrutar de una segunda vida, a veces, en sectores completamente diferentes, como el fotovoltaico. Esto es un ejemplo de economía circular. 

Pero el reciclado de baterías también puede ser peligroso, según advierten algunos científicos, como Dana Thompson, de la Universidad de Leicester. Entonces, cómo reciclar millones de baterías en el futuro, si el desarrollo del coche eléctrico sigue avanzando como se pretende. 

Además, el reciclado no es fácil, ya que las baterías difieren en química y construcción, lo que dificulta la creación de sistemas de reciclaje únicos y eficientes.