Si sufro un accidente de tráfico, ¿qué daños personales son indemnizables?

Es de amplio conocimiento que la ley 35/2015 regula los daños y perjuicios derivados de accidentes de tráfico, estableciendo como conceptos indemnizatorios la muerte, las lesiones temporales y las secuelas. 

Cada uno de estos conceptos presenta perjuicios básicos, particulares y patrimoniales, exceptuando el criterio indemnizatorio por muerte y el patrimonial, permitiendo así que un lesionado pueda reclamar, de manera prioritaria, indemnizaciones por lesiones temporales y secuelas.

Cuando una persona se ve involucrada en un accidente de tráfico, las consecuencias pueden ser imprevisibles y de diverso tipo, incluyendo deficiencias físicas, intelectuales o sensoriales a corto o largo plazo. 

En tales casos, se abre la posibilidad de solicitar una indemnización por secuelas, la cual se determina según la gravedad de las lesiones sufridas en el accidente.

Tras la ocurrencia de un siniestro, las víctimas pueden experimentar una variedad de secuelas, algunas de las cuales afectan a la movilidad a largo plazo y se clasifican según los parámetros establecidos en la ley de Baremo de Tráfico. 

Estas secuelas pueden ser funcionales, concurrentes (cuando una persona sufre más de una secuela como resultado del accidente), intergravatorias (que implican un deterioro en los sentidos básicos como la audición o la visión) e intergravatorias de estado previo (caracterizadas por agravar patologías preexistentes). 

Además, se mencionan las secuelas estéticas que incluyen aspectos como quemaduras, amputaciones y cicatrices, junto con otras consecuencias valoradas en función de su nivel de gravedad, como los posibles daños psicológicos. Sin ir más lejor, por ejemplo, la amaxofobia: un trastorno que desemboca en un temor obsesivo a conducir un vehículo tras haber sufrido un incidente de carácter traumático.

La valoración precisa de las secuelas por parte de un médico especialista se presenta como un componente esencial, especialmente dada la clara tendencia del sector asegurador a minimizar las indemnizaciones. 

Con este contexto, los abogados especializados en el tema recomiendan a las víctimas de estos infortunios contar con informes médicos detallados y actualizados, disponibles en todo momento y desde el principio para ser utilizados durante todo el proceso legal, especialmente si surgen secuelas persistentes después del accidente.

También se contemplan los derechos de los afectados por secuelas de accidentes de tráfico, destacando la indemnización como un derecho que les permite reclamar a los conductores responsables del percance una compensación económica por el perjuicio sufrido. 

En esta situación excepcional, se señala la posible confusión y los pasos inadvertidos que pueden surgir debido al shock del momento después de un accidente, subrayando la importancia de presentar informes médicos y periciales desde el inicio del proceso de reclamación. 

De hecho, es muy recomendable que se formalice un documento detallado en el momento del accidente, notificar a las autoridades pertinentes toda la información sobre el incidente y buscar rápidamente un asesoramiento profesional independiente. Una serie de procedimientos que pueden asegurar un seguimiento efectivo y sin fisuras del proceso médico y la gestión adecuada de la reclamación para las correspondientes indemnizaciones.

Este enfoque integral garantiza que los afectados reciban el resarcimiento económico y el tratamiento médico al que tienen derecho, minimizando la posibilidad de enfrentar obstáculos durante el proceso y asegurando una compensación económica y de salud justa y completa.