La solución a la contaminación de los neumáticos, que ya es tan grave como la de los motores de combustión

La Unión Europea se ha puesto seria en materia de contaminación y ya no solo obligará a crear Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Ahora estudia cómo regular la contaminación producida por la degradación de los componentes del vehículo, aunque el camino será largo. 

Un ejemplo de ello son las emisiones de los frenos de partículas PM2.5 y las nanopartículas que se desprenden. Estos materiales son tan pequeños que el fenómeno es conocido como "contaminación invisible". El problema no es el impacto ambiental, sino la facilidad con la que se pueden respirar estas partículas, que acaban en los alveolos pulmonares o el torrente sanguíneo.

Este es el verdadero motivo por el que los neumáticos tienen unos "pelitos"

Los residuos de los frenos y las gomas de los neumáticos son unos de los más contaminantes del vehículo, aunque no se vean como sucede con el tubo de escape. El impacto medioambiental se ha ignorado durante años, pero unos estudios demuestran que tiene consecuencias para la salud incluso comparables a la contaminación de un motor de combustión, ha informado Xataka.

Estas nanopartículas pueden agravar las enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Los niños son de nuevo el grupo de población más sensible. Una exposición prolongada a dicha contaminación aumenta el riesgo de sufrir alergias y empeora las existentes.

Cómo reducir la contaminación de los neumáticos

Un estudio de Emission Analytics ha evidenciado que los neumáticos contaminan igual que los motores de combustión en lo que a emisiones de partículas se refiere. El aumento del tamaño y el peso de los vehículos implica que los neumáticos necesitan mayor agarre, por lo que producen mayores emisiones. Los coches eléctricos no se libran aunque en la proporción final salgan beneficiados.

Las partículas derivadas de la degradación de los neumáticos suelen acabar en el suelo o el agua debido al peso, lo opuesto sucede en las partículas de los tubos de escape que quedan suspendidas en la atmósfera. The Tyre Collective es un proyecto de investigación de la Royal College of Art y el Imperial College de Londres que pretende reducir el impacto de las gomas de los neumáticos. 

El proyecto ha diseñado un recipiente que recoge gran parte de las emisiones contaminantes producidas por el desgaste del neumático. Esta caja se coloca detrás de la rueda y tiene unas placas electrostáticas que recogen las partículas de goma suspendidas después de la fricción con el asfalto. 

El sistema funciona similar a los filtros de un motor, aunque en este caso el propio calor del vehículo no quema la goma, la finalidad es atraparla. The Tyre Collective asegura que puede atrapar hasta el 60% de las partículas que se desprenden durante la conducción. La compañía está estudiando cada cuánto hay que vaciar los depósitos, quién puede manipularlos y el mantenimiento de las piezas.

The Tyre Collective no solo pretende reducir la presencia de partículas contaminantes, también fomenta la reutilización de los materiales. Cuando está lleno el recipiente, los residuos pueden reutilizarse para fabricar otros neumáticos o elementos con caucho como suelas de zapatos. Algunas empresas como Volvo o Google han mostrado interés en desarrollar este proyecto.