Prueba: Mistsubishi Eclipse Cross 2.2 DI-D
Hoy, el diésel es un anatema, pero muchas veces injustificado: en el Mitsubishi Eclipse Cross con este tipo de combustible se cumple la exigente norma Euro 6d-Temp, el consumo no se dispara y tiene potencia de sobra. No lo decimos por decir: ya nos hemos puesto al volante. Prueba: Mistsubishi Eclipse Cross 2.2 DI-D.
Empecemos con cifras: esta versión lleva cambio automático, acoplado a tracción integral. La moderna transmisión de ocho velocidades aprovecha bien le empuje de sus más que generosos 380 Nm de par. Además, lleva de fábrica unos cuantos asistentes que facilitan la conducción. El cambio inserta con rapidez y gestiona muy bien la marcha idónea, siempre a tiempo, incluso cuando haces kick down.
Una buena respuesta, pero...
Una pena que el motor esté algo adormecido en la zona baja del cuentavueltas y solo muestre algo de brío a partir de la mitad. Pero no es hasta las 4.000 cuando despliega todo su poderío. En ocasiones, su ejército de asistentes también merman un poco el potencial de la mecánica. Por ejemplo, el sistema anticolisión reacciona, en ocasiones, con innecesaria frecuencia.
Pero en general, hay que decir que el Mitsubishi tiene un rodar silencioso, y una vez le coges el punto, empuja con fuerza y tiene un comportamiento bastante refinado. El consumo que hemos medido está en torno a los ocho litros. En lo que destaca especialmente es en su capacidad de arrastre: gracias a su sistema 4x4 puede tirar de nada menos que dos toneladas.
Conclusión
Este motor diésel casa a la perfección con el talante de este modelo. Y su tracción integral añadida al moderno cambio automático lo convierten en un coche perfecto para viajar por todo tipo de escenarios... Y a llevar remolques muy pesados. Solo tenemos dos críticas reseñables: el consumo debería ser algo más bajo, y la acción de algunos asistentes, menos intrusiva.
Descubre más sobre AutoBild, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Autobild España.