El primer prototipo 100% eléctrico de Mazda a prueba

La verdad es que es una suerte poder trabajar probando coches y más aún cuando te subes incluso a prototipos que sirven como base de desarrollo de futuros modelos como en este caso, que he podido realizar la prueba del prototipo sobre el que Mazda ha desarrollado su primer modelo completamente eléctrico y cuya versión de calle se presenta la semana próxima en el Salón de Tokio.

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Aunque no es más que un prototipo, su denominación interna que le ha dado Mazda, como puedes ver en las imágenes, es Mazda e-TPV (Electric Technology Prove-Out Vehicle) y, como salta a la vista, la base sobre la que lo han desarrollado es la de un Mazda CX-30. No obstante, ya monta la nueva plataforma para vehículos eléctricos de Mazda. Y, aunque no me lo confirman de manera oficial, todo hace pensar que el modelo de calle también será un crossover.

Vídeo: primeras impresiones de conducción del prototipo eléctrico de Mazda

Antes de subirme al coche me advierten de que tenga cuidado, porque de todos los sistemas de asistencia solo funciona el ABS, ni el control de estabilidad, ni los avisos de cambio involuntario de carril ni nada que se le parezca.

¿Qué motor usa Mazda en su eléctrico?

Monta un motor de corriente alterna refrigerado por agua para que mantenga una temperatura idónea de funcionamiento, aunque hoy no creo que sea necesario, porque el tiempo es lluvioso y fresco en los alrededores de Frankfurt. Según me cuentan los responsables de desarrollo de este proyecto, tiene una potencia máxima de 105 kW y una cifra de par de 265 Nm.

Durante la prueba voy acompañado de un ingeniero que se encarga no solo de guiarme (no, el navegador tampoco funciona en este prototipo, ni falta que hace) durante los 45 minutos que dura esta pequeña toma de contacto, sino de comprobar que la temperatura y otros muchos parámetros que se reflejan en un pequeño monitor que lleva acoplado junto a la guantera están en valores óptimos de funcionamiento.

Al acercarme al coche un sonido como de nave espacial me recibe. Me advierten que lo han activado en parado en este prototipo para que pueda comprobar cómo sonará el modelo de serie por fuera cuando esté en marcha para avisar a los peatones de que un vehículo se aproxima. Este sistema AVAS (Acoustic Vehicle Alert System) emite un sonido bastante leve, la verdad. Puede que los peatones se sigan pegando sustos cuando un coche eléctrico se les aproxime y no se percaten de su presencia.

Prueba del prototipo eléctrico de Mazda

El interior de este prototipo eléctrico de Mazda, como puedes ver en mi foto al volante de la galería que abre este tema, no refleja cómo será el modelo definitivo. De hecho, incluso tengo los relojes analógicos con cuentarrevoluciones de la versión de gasolina del CX-30. Lo único que sí se va a parecer, aunque puede que con ligeros cambios en el modelo de serie definitivo, es la palanca de cambios.

Por fin emprendo la marcha. La arrancada es muy suave y tú puedes pensar: "lógico, es un eléctrico". Y yo te digo: "te equivocas". Sí, es un eléctrico, pero este funciona de manera diferente a todos los que he probado hasta ahora, que ya son unos cuantos desde el Mitsubishi i-Miev hasta el Tesla Model 3...

Me refiero a que tiene una entrega de potencia más suave, no es instantánea y tan bruta como en los eléctricos normales. Este es un efecto totalmente buscado por Mazda y me parece que es acertado. Particularmente, me gusta la 'patada' de los eléctricos cuando aceleras a fondo, pero eso es algo que no creo que termine de gustar a gran parte de los conductores. Si son coches ecológicos, tiene todo el sentido que respondan de manera más progresiva. No obstante, si le pisas desde baja velocidad, muestra brío y a mis oídos llega un sonido artificial a través de los altavoces que me recuerda incluso al de un coche de combustión, es una sensación algo extraña, pero mola, transmite poderío.

Según me cuenta Christian Schultze, director de investigación tecnológica de Mazda en Europa, quería buscar un efecto totalmente diferente al conocido como 'One Pedal', es decir, ese concepto de poder manejar el coche de manera casi exclusiva con el pedal del acelerador, ya que retiene tanto que casi no hay que usar el freno. La sensación aquí es más como la que se experimenta en un coche de combustión, es decir, que apenas hay retención cuando levantas el pie del acelerador. Es lo que ellos llaman 'Motor pedal'. Y si quieres recuperar energía debes frenar levemente. Precisamente por eso el tacto de frenada me ha resultado un pelín extraño. Puede que sea cosa del prototipo, habrá que constatarlo en la prueba del modelo eléctrico final de Mazda, pero hay que pisar con demasiado ahínco para que pierda velocidad como me gustaría.

Sin duda, echo en falta unas levas en el volante e incluso un carril secuencial en la palanca para elegir a mi entojo el grado de retención que quiero tener en cada momento. Por suerte, me comentan que es algo en lo que ya están trabajando y, por la cara de pillo que pone el ingeniero cuando le pregunto, me temo que lo veremos en el modelo de serie. Lo que no me han querido asegurar es el número de pasos de retención que ofrecerá. Yo apostaría por que fueran tres.

¿Y las baterías del eléctrico de Mazda?

Está equipado con un paquete de baterías de 35,5 kWh de capacidad, cuya capacidad de carga máxima a través de un cargador tipo Chademo es de 6,6 kW. No me han querido desvelar cuál podría ser la autonomía teórica del modelo eléctrico definitivo de Mazda, pero teniendo en cuenta su capacidad y atendiendo a lo que ofrecen otros modelos de la competencia se puede estimar que rondaría los 250 km según el ciclo de homologación WLTP. Según Mazda es más que suficiente, ya que entienden los eléctricos puros como vehículos eminentemente urbanos y apostar por más autonomía supondría encarecer el precio final, aumentar el peso, empeorar las prestaciones y estropear su comportamiento. Esto también sigue la línea del 'right size', como con su tecnología Skyactiv: no buscan el downsizing, sino el tamaño de propulsores adecuados, ni muy pequeños ni muy grandes.

Para los que quieran mayor alcance, me adelantan que sobre la misma base, es decir, el modelo que verá la luz en Tokio, ya están trabajando en un eléctrico de autonomía extendida, cuyo motor de apoyo (no moverá las ruedas, sino que recargará las baterías) será un ¡propulsor rotativo! Está claro que Mazda marca su propio camino en pro de la eficiencia y eso es digno de aplauso. Desde luego, esta medida, a falta de probarla, tiene toda la lógica, ya que el motor rotativo es pequeño, ligero y no gasta. Así que se podría utilizar para múltiples soluciones y colocar en diferentes posiciones. De hecho, según me informan, el motor rotativo es tan polivanlente, que su uso podría derivar en vehículos híbridos puros, híbridos enchufables, de gas e incluso de hidrógeno, según las necesidades y la evolución del mercado. 

Ya solo me queda mencionar algunos detalles de su comportamiento. La verdad es que me ha gustado su respuesta. Es estable, se muestra equilibrado. Sin duda, ayuda que las baterías vayan bajo el suelo y logren un centro de gravedad más bajo. la suspensión filtra bien las irregularidades del terreno, pero en curvas sujeta bien la carrocería y no he percibido balanceos notables ni cabeceo en las curvas. Por su parte, la dirección tiene un tacto firme, que ayuda a guiar al Mazda eléctrico con precisión.

En general me ha encantado el enfoque del coche y su suave y progresiva manera de entregar la potencia, aunque si me dejaran intervenir en el proceso de desarrollo aportaría como idea un botón para distintos modos de conducción, especialmente por tener uno más deportivo, ya que por encima de 100 km/h la entrega de potencia se me antoja escasa y es algo que se podría variar, porque un eléctrico puede mostrar mucho genio, si se lo requieres, independientemente del ritmo al que circules.