Pere Navarro: "La moto es la gran olvidada en las políticas de movilidad"

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"La moto es la gran olvidada en las políticas de movilidad". Esas no son palabras provenientes de Anesdor o de alguna institución especializada en el mundo de las dos ruedas. Las ha entonado Pere Navarro, ex director de la Dirección General de Tráfico y que actualmente milita en la Fundación Pons ejerciendo el cargo de Consejero de Movilidad y Seguridad Vial. 

Navarro mencionó este aspecto durante la presentación del primer estudio 'Radiografía del motorista en España'. Después de conocer los datos que explicaban cómo es el comportamiento del motorista en nuestro país, Navarro aprovechó su turno de intervención para pedir una mayor apuesta por los vehículos de dos ruedas. 

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Su petición vino a raíz de lo que está sucediendo en grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Los Ayuntamientos están adaptando las ciudades para que tanto peatones como usuarios de bicicletas disfruten de su propio espacio en las calzadas. En relación con esto, Navarro explica que se debería hacer algo parecido con los usuarios de motos. 

Y es que uno de los grandes problemas que tienen los motoristas en las ciudades -lugares donde se producen un mayor número de accidentes- es que no tienen delimitado de ninguna manera su espacio en la carretera. Tienen que compartir dicho espacio con los coches cuando son dos tipos de vehículos completamente diferentes entre sí. 

El motosharing, un ejemplo claro

Otro ejemplo que ha utilizado Navarro para poner en valor la importancia de la moto en materia de movilidad son los numerosos operadores de motosharing que ya operan tanto en Madrid como en Barcelona. Este canal está sirviendo para ver cómo las motos eléctricas están empezando a ser una realidad, quizás incluso mayor que la de los propios coches eléctricos. 

Nadie puede negar las ventajas que supone para la circulación por ciudad tener una moto respecto a un coche. Desplazamientos más cortos, circulación más ágil en la que los atascos dejan de suponer un problema, así como un menor consumo de combustible y también menos contaminación en las grandes urbes. 

Foto: Fundación Pons