La historia del Hindustan Ambassador, el coche indio con raíces británicas
En este artículo hacemos un repaso a la historia del Hindustan Ambassador, el coche indio por excelencia que tenía raíces británicas y se vendió durante 57 años. Este clásico estaba basado en un coche inglés de 1956 y es el vehículo que más representa a la India a pesar de llevar casi una década descatalogado.
El Seat 600 en España, el Volkswagen Beetle en Alemania o el Mini en Gran Bretaña. Estos son coches clásicos fácilmente relacionados con su país de origen, porque todos ellos han supuesto la motorización de un pueblo y hoy son iconos del automóvil en sus respectivas culturas.
No todos los países tienen un coche que los represente con tanta fuerza como los ejemplos anteriores, pero la India tiene en el Hindustan Ambassador el ejemplo de vehículo longevo, multiusos, popular y de producción en masa. En este artículo hacemos un repaso a la historia del coche indio por excelencia, un vehículo de ascendencia británica que estuvo a la venta durante 57 años.
La historia del Hindustan Ambassador, el coche indio con raíces británicas
Basado en el Morris Oxford Series III, un coche fabricado por Morris Motors entre 1956 y 1959, el Ambassador llegó al mercado indio en 1957 bajo la compañía Hindustan Motors (HM), que forma parte del Grupo Birla, con el objetivo de actualizar su oferta de modelos, reemplazando así al Hindustan Landmaster, que estaba basado en el Morris Oxford Series II.
Aunque no hubo apenas novedades del Landmaster al Ambassador, el nuevo modelo de impuso gracias, en parte, a la política del gobierno de la India de promover la industria automotriz local, una medida introducida en 1954 que estuvo vigente durante décadas.
Esto permitió que el Ambassador se consolidara como la opción preferida por los compradores, llegando incluso a tener una cuota de mercado de más del 60% durante su máximo apogeo en la década de 1970.
A partir de ese momento, con la apertura del mercado indio a compañías de otros países, principalmente japonesas y coreanas por proximidad geográfica, las ventas del Hindustan Ambassador se hundieron.
Quienes lo tenían como coche personal o herramienta de trabajo (el Ambassador fue muy popular entre taxistas, empresarios y cargos políticos) destacaban su amplitud y comodidad interior, así como su elevado nivel de seguridad, ya que estaba construido en su mayor parte de acero más resistente en caso de accidente de tráfico.
Sin embargo, el Hindustan Ambassador era bastante caro de mantener, con motores poco eficientes que disparaban el consumo de combustible.
La mayor parte de su vida comercial estuvo disponible con un motor de gasolina de 1.5 litros derivado de Austin Motors que ofrecía una potencia de 55 CV. En 1980, con la llegada del Ambassador Mark 4 (la cuarta actualización del modelo) se introdujo el motor diésel BMC Serie B de 1.5 litros y 37 CV, lo que convertía al Ambassador en el primer coche diésel de la India.
La oferta de motores se mantuvo sin cambios desde 1957 hasta 1992, cuando se introduce el Ambassador 1800 dotado de un motor Isuzu de cuatro cilindros y 1.8 litros con 75 CV y una novedosa caja de cambios manual de cinco velocidades (hasta entonces había tenido solo cuatro velocidades).
En 2013, un año antes de que cesara oficialmente la producción del Hindustan Ambassador, la compañía introduce el Ambassador Encore con el objetivo de cumplir las normativas de emisiones en las ciudades. Con un estilo ligeramente actualizado (se basaba en el Ambassador Grand), la versión Encore incluye un motor diésel de 1.5 litros cuya potencia aumentaba hasta los 48 CV.
Finalmente, en 2014 y tras cosechar varios años seguidos con unos niveles de ventas muy bajos, el Hindustan Ambassador cesa oficialmente su producción. Millones de unidades del mítico coche indio han circulado por las carreteras del país asiático durante décadas y hoy aún hay muchos ejemplares que siguen a pleno rendimiento.
Etiquetas: Historia del Motor
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