En estos últimos años, la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha hecho con todo un arsenal de radares destinados a la vigilancia de las carreteras y al control del tráfico. En total, en España hay 1.325 ubicaciones de radares móviles, 780 radares fijos y 92 radares de tramo, incluyendo los radares del Servei Català de Trànsit y Trafikoa, que tienen sus propias competencias de tráfico.

De todos ellos, los radares fijos y móviles son los que mayor volumen de infracciones detectan debido, principalmente, al elevado número de este tipo de cinemómetros en las carreteras españolas. Sin embargo, la DGT ya ha reconocido que los radares de tramo son en realidad los más efectivos a la hora de hacer que los conductores reduzcan la velocidad.

Estas son las horas en las que hay más radares móviles de la DGT en las carreteras

Por eso, la DGT cuenta actualmente con un total de 92 radares de tramo de los cuales ya te mostramos su ubicación exacta hace unas semanas (aquí puedes consultarlo). Aunque esto no significa que la cosa vaya a acabar aquí, ya que Tráfico tiene la intención de instalar 150 nuevos radares en los próximos tres años, de los cuales el 60% (90 radares) serán de tramo.

Esto significará multiplicar por dos el volumen de radares de tramo que estarán vigilando las diferentes carreteras españolas desde ahora y hasta 2026 o 2027. 

Hoy te vamos a explicar cómo funcionan estos radares con cámaras gemelas que la DGT utiliza desde hace años (el primer radar de tramo empezó a operar en 2010) y que se usan para controlar que los vehículos circulan por debajo del límite de velocidad en un tramo comprendido entre dos puntos (inicio y fin).

¿Cómo funcionan los radares de tramo de la DGT?

El funcionamiento de un radar de tramo es muy sencillo. Según explica la DGT, “esta forma de control de la velocidad se basa en realidad en un sistema con dos cámaras separadas varios kilómetros y sincronizadas por satélite, que lee matrículas y calcula la velocidad media de cada vehículo en ese tramo”.

De este modo, se puede calcular a qué velocidad ha circulado, de media, el vehículo que ha recorrido el tramo controlado y detectar e identificar a aquellos conductores que han circulado por encima de la velocidad máxima permitida en la vía.

Tenemos, por tanto, dos paneles elevados, uno al principio del tramo y otro al final. En cada uno de ellos hay una cámara gemela. La del primer panel cuenta con una cámara por cada carril que graba la matrícula y la hora exacta (sincronizada mediante satélites GPS) a la que pasan todos los vehículos. 

Por supuesto, los radares de tramo pueden multar de noche, en túneles o en condiciones de baja visibilidad provocadas por las inclemencias meteorológicas. Para ello, las cámaras han sido equipadas con iluminación por láser-leds, invisible para el ojo humano, para tomar imágenes que sean nítidas.

En el segundo panel, ubicado al final del tramo controlado, se incluye un sistema gemelo, con una cámara para cada carril que vuelve a reconocer las matrículas de los vehículos que pasaron por el primer punto. Es en este momento en el que el sistema calcula el tiempo que ha empleado el vehículo para recorrer el tramo y averigua cuál ha sido su velocidad media.

Si el vehículo ha superado la velocidad máxima permitida en la vía, los datos se envían al centro de tramitación de denuncias de la DGT para gestionar la pertinente sanción.

En cuanto a las multas que ponen los radares de tramo, los importes y las retiradas de puntos del carné de conducir son idénticos a los de los radares fijos y móviles. Por tanto, si excedes los límites te enfrentas a multas que van desde los 100 a los 600 euros, así como la pérdida de entre 2 y 6 puntos.