Fracaso estrepitoso del tren de hidrógeno, Alemania se replantea la decisión

Si hace apenas unos días te contamos que Alemania ya tiene la primera línea regional con trenes de hidrógeno, con el Coradia iLint, en un trazado en el estado de Baja Sajonia, hoy tenemos que decir que el tren de hidrógeno está siendo un fracaso estrepitoso, hasta el punto de que el país se está replanteando su uso.

Alemania lleva años apostando por los trenes eléctricos impulsados mediante la tecnología de la pila alimentada por hidrógeno, como hacen vehículos como el Hyundai Nexo y el Toyota Mirai.

Pero, aunque ya existen algunas líneas y el hidrógeno ofrece algunos beneficios importantes para el transporte ferroviario, con respecto a los trenes diésel, también plantea serios inconvenientes que tienen que ver con la viabilidad económica a largo plazo, comparado con los trenes eléctricos o híbridos. 

Fracaso estrepitoso del tren de hidrógeno, Alemania se replantea la decisión

Como recogen los compañeros de Motor.es, un informe publicado por el Ministerio de Transporte del estado de Baden-Württemberg llega a la conclusión de que los trenes de hidrógeno “ya no se considerarán en un futuro cercano por varias razones operativas y económicas”.

Y continúa: “En una comparación directa, esta tecnología no pudo imponerse en ninguna de las rutas examinadas en Baden-Württemberg, debido a la infraestructura y las características operativas”.

Además, el informe subraya que el tren de hidrógeno es muy ventajoso en aspectos como el menor impacto en la transición y operatividad, ya que no exige cambios en la infraestructura ferroviaria, pero sale perdiendo en otros, como el coste de la infraestructura de repostaje, la eficiencia y el consumo de energía, así como el coste y la disponibilidad del hidrógeno.

Mucho más caros

Los trenes con pila de combustible de hidrógeno son mucho más caros que los trenes eléctricos o híbridos. El informe del estado alemán incluye una estimación a 30 años del coste de la infraestructura en una línea concreta, utilizando cada una de las tres tecnologías mencionadas.

La conclusión del estudio evidencia el problema del hidrógeno: el coste total de propiedad de un sistema a hidrógeno sería de 849 millones de euros, una cifra claramente superior a los 506 millones de un tren eléctrico a batería y los 588 millones de los trenes eléctricos convencionales. 

Esto se traduce entre un 31 y un 67% más caro para un modelo de hidrógeno, aunque el estudio señala también que las cifras varían, dependiendo de la línea, pero siempre sale perdiendo el tren de hidrógeno. Por esta razón, Alemania se está planteando si seguir adelante con él o aparcarlo.