Estas son las averías que puedes tener en verano debido a las altas temperaturas

Los meses de verano elevan el mercurio de los termómetros hasta superar en muchas ciudades españolas los 40 grados. Esto implica un sobreesfuerzo para el coche en una época en la que también aumentan los desplazamientos y viajes por carretera. Por tanto, no es de extrañar que las altas temperaturas aumenten las visitas al taller por una serie de averías que son más frecuentes en verano.

Norauto, la cadena de mantenimiento integral del automóvil, explica que solo durante el mes de julio han registrado un incremento de un 30% respecto al mes anterior en las visitas al taller. “La subida de las temperaturas es, entre otros motivos, el causante de este aumento”, aclaran en un comunicado. 

En este artículo vamos a identificar cuáles son las partes del vehículo que más sufren a consecuencia de las altas temperaturas propias del verano en España, para que puedas poner los medios que consideres necesarios con el fin de evitarlas.

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¿Cuáles son las averías que puedes tener en verano debido a las altas temperaturas?

Las altas temperaturas causan daños en la tapicería, el salpicadero, las escobillas limpiaparabrisas, las ópticas, las gomas o las juntas. Acelera el desgaste de estos componentes y envejece de forma prematura un vehículo incluso cuando aún es nuevo.

Además de estas piezas mencionadas, las averías más comunes provocadas por el calor afectan principalmente a cuatro componentes diferentes del vehículo:

• La batería: es un componente sensible a los cambios bruscos de temperatura, ya que el ácido se seca con más facilidad y, si la batería es cerca del final de su vida útil, tiene mayores probabilidades de que se agote por completo.
• El alternador: encargado de generar electricidad mediante el movimiento del motor para cargar la batería, esta pieza es una de las que mayores averías produce debido a las altas temperaturas.
• El refrigerante: es un elemento clave para controlar la temperatura del motor, por lo que el exceso de calor conlleva un sobreesfuerzo para todo el sistema de refrigeración, que debe funcionar correctamente en todo momento.
• Los neumáticos: el calor provoca que los neumáticos se resequen, se endurezcan e incluso lleguen a agrietarse, con el consiguiente riesgo de reventón y pinchazo, además de provocar un desgaste prematuro por la elevada temperatura del asfalto.