La DGT adelanta cómo serán las ciudades a 30 km/h

Muchos son los frentes abiertos sobre la mesa del director general de Tráfico. Pere Navarro se ha propuesto modificar el Permiso por Puntos, crear una ley de riders y reducir la velocidad en vías urbanas. Todo para bajar la siniestralidad vial. En uno de sus tuits, la DGT adelanta cómo serán las ciudades a 30 km/h, con tres rasgos esenciales: más saludables, más sostenibles y más habitables.

Tráfico defiende su decisión de reducir la velocidad máxima en ciudad porque de esta forma "garantiza la protección, en gran mayoría de casos, de los ciudadanos más vulnerables, los que se desplazan a pie, en moto o ciclomotor, en bici y, ahora también, en los llamados Vehículos de Movilidad Personal, entre los que se encuentran los patinetes eléctricos".

Más saludables, más sostenibles y más habitables

Las ciudades a 30 km/h será uno de los temas centrales de la Semana Europea de la Seguridad Vial que el próximo mes de mayo celebrará su sexta edición:

A las tres características de las calles a 30 km/h que defiende la DGT, la organización de la Semana de la Seguridad Vial (la UN Road Safety Week) añade una cuarta no menos importante: también serán más seguras.

La reforma de Reglamento de Circulación que implanta una velocidad genérica de 30 km/h en ciudad no abarca todo el territorio urbano, sino que afecta específicamente a las calles de un carril para cada sentido de circulación. La distribución responde a la Ley 80/20. Solo el 20% de las calles soporta el 80% del tráfico, son arterías principales de dos o más carriles o anillos perimetrales. Estas vías podrán tener una limitación de 50 km/h. El 80% restante soporta apenas el 20% del tráfico

¿Por qué a 30 km/h?

Tráfico quiere imponer el 30 km/h como límite máximo de velocidad permitida en vías urbanas y de un carril por sentido. Lo hace animada por un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre atropellos y velocidad que establece que el riesgo de que un peatón fallezca tras ser arrollado por un vehículo es hasta cinco veces menor si este circula a 30 km/h y no a 50 km/h.

No solo eso. También reduce un 3% el riesgo de resultar herido grave y un 4% el de sufrir un accidente con víctimas mortales; disminuye el ruido (según un informe del Instituto DKV, de un 33% –a 50 km/h– se pasaría a un 6%); los niveles de dióxido de nitrógeno (en Berlín en torno al 10-15%); hay menos atascos, la circulación es más fluida al asemejar las velocidades de circulación de automóviles y, por ejmplo, ciclistas (en Pontevedra se ha logrado una reducción del 70% en el centro); mejora la convivencia entre diferentes usuarios y fomenta el uso de modos más activos y saludables.

Foto portada: DGT