Técnica. Los neumáticos de la F1: magia negra
Los neumáticos de F1 son, sin duda, uno de los componentes más importantes para las prestaciones de un Fórmula 1, pues son el punto de contacto del coche con el asfalto. Los monoplazas aceleran, frenan y giran a través de ellos. Por eso, si éstos fallan, o el tándem piloto-monoplaza no son capaces de aprovecharlos al máximo, los tiempos no salen.
Cuando los neumáticos son iguales para todos, como ocurre ahora en la Fórmula 1, todavía importa más cualquier pequeño detalle. Pirelli suministra a todos los equipos el mismo material. Para Mónaco, este pasado fin de semana, se han usado los compuestos blandos y los superblandos. El rendimiento de un neumático de Fórmula 1 depende, entre otros aspectos, de la geometría de la suspensión, que controla en todo momento la posición del neumático respecto a la pista, la temperatura de la goma, la presión y la temperatura del interior, la carga (que está muy condicionada por la aerodinámica), o el número de vueltas que tenga.
Por eso, con una diferencia de hasta 5 segundos por vuelta entre un neumático perfecto y uno de 20 o 25 vueltas, no sólo es importante todo lo anterior, sino también la estrategia de carrera; si es fácil adelantar o no, lo que se pierde en cada paso por el pit lane, etc. Y eso es lo que hemos visto en Mónaco; el intento de Rosberg de quitarle la pole a Hamilton, frustrado por un bloqueo en la frenada, el compuesto superblando, que no funcionaba en la crono, iba perfecto en carrera con 35ºC de temperatura en pista...
En definitiva, acertar con todo lo que hay que hacer para cuidar bien a los neumáticos y aprovecharlos al máximo es, casi, cosa de “magia negra” .
Luis Isasi Sánchez,
profesor de la Universidad de Nebrija y profesor del Máster de Ingeniería de Competición
Descubre más sobre Adrián Mancebo, autor/a de este artículo.
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