El futuro de la seguridad: lo primero es prevenir
VisionZero by Continental
Arrancamos nuestra máquina de viajes en el tiempo para ver cómo han ido cambiando las estrategias de seguridad de los fabricantes. Antes, la prioridad era encontrar sistemas que redujeran las consecuencias de los accidentes; ahora, la máxima está en desarrollar herramientas que se adelanten al peligro para evitar que el siniestro llegue a producirse.
El pasado: sistemas para reducir las consecuencias de los accidentes
Durante mucho tiempo, el enfoque principal de los ingenieros automovilísticos en el desarrollo de soluciones de seguridad se centró en reducir las consecuencias de los accidentes (es decir, la seguridad pasiva).
El proceso comenzó con la colocación obligatoria de los cinturones de seguridad en 1974 y continuó con los airbags de conductor y de pasajeros delanteros a principios de los 80.
Ambos tienen dos cosas en común: funcionan de forma puramente pasiva y sólo cuando ocurre realmente un accidente.
En los primeros vehículos producidos en volumen, a mediados de los años ochenta, surgió el sistema de frenos antibloqueo (ABS), que dio inicio a la era de los sistemas electrónicos de asistencia al conductor, entre los que hay que mencionar también el ESC.
El presente: el salto de proteger a prevenir
Hoy en día podemos decir que el futuro pertenecerá a los sistemas de seguridad que no sólo funcionan de forma proactiva sino que también pueden intervenir en situaciones críticas de forma totalmente autónoma. Es lo que se conoce como seguridad activa.
La primera oleada de sistemas que adoptan este enfoque ya está en uso desde hace algún tiempo. Un ejemplo es el sistema de alerta de tráfico cruzado
trasero (RCTA) desarrollado por Continental para ayudar a dar marcha atrás durante el estacionamiento, detectando vehículos que se aproximan a la parte trasera en un rango de alrededor de 35 metros. El RCTA advierte al conductor y, dependiendo de su configuración, también frena de forma autónoma en una emergencia si el conductor no reacciona como debe.
Otro ejemplo: el sistema detección de puntos ciegos (BSD), que monitoriza el área alrededor del vehículo que el conductor no puede ver.
En este caso, los sensores comprueban el área de detrás y al lado del vehículo y activan la alarma si el conductor trata de retirarse sin el tiempo y el espacio suficientes para hacerlo.
El futuro: alertar sobre los peligros y anticiparse a ellos
Los nuevos sistemas de seguridad activa trabajan en lo que se conoce como información vehículo a infraestructura (V2X).
Las comunicaciones V2X permiten a los vehículos recibir información de otros usuarios de la carretera o infraestructuras de tráfico inteligente , condiciones de las carreteras, accidentes, personas en carretera y otros peligros potenciales.
Como resultado, las tecnologías V2X tienen el potencial de generar una mejora masiva en la seguridad vial, alertando con antelación a los conductores sobre los peligros que se acercan y permitiéndoles prepararse.
De esta forma, los accidentes pueden ser evitados por completo y ese es precisamente el objetivo del objetivo a largo plazo de Continental: "VisionZero".
Algunas de las tecnologías V2X que ya son una realidad gracias a Continental son las siguientes:
- Sistema de asistencia a la izquierda : emite una advertencia audible y visual para alertar al conductor de una colisión inminente con un vehículo no visible que se aproxima durante una maniobra de giro a la izquierda.
- Luz de freno electrónica y el asistente Roadworks. La luz de freno electrónica permite una conducción proactiva hasta un grado hasta ahora inalcanzable, al informar al conductor de un vehículo equipado con tecnología V2X que otro vehículo que está por delante está frenando, incluso aunque el conductor no pueda verlo.
Si un vehículo se aproxima a obras viales, Roadworks Assist suministra información sobre su ubicación exacta y longitud, y también recomienda el carril que el conductor debe elegir para asegurar un flujo de tráfico óptimo.
En el futuro la idea es que los vehículos eviten accidentes a través de respuestas totalmente automatizadas o que al menos aseguren una reducción significativa de las consecuencias de cualquier accidente si el conductor reacciona inadecuadamente a las advertencias del sistema o no lo hace en absoluto.
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