Siniestro total: su verdadero significado

Especial Toyota
Uno de los temores más comunes de los conductores cuando se produce un accidente de tráfico es que el perito de la aseguradora declare el coche siniestro total. Esta decisión viene determinada por los baremos o las condiciones establecidas por cada aseguradora en función de aspectos tan importantes como el valor venal del coche o la antigüedad del mismo.
Por eso, para saber a qué atenernos es importante tener claras dos cuestiones:
1. ¿Qué es el siniestro total de un coche?
Se dice que un coche es siniestro total cuando el coste de reparación supera entre el 75% y el 100% del valor venal del mismo. Este porcentaje variará en función de lo que tengamos firmado en la póliza.
2. ¿Qué es el valor venal de un vehículo?
Es el concepto que consulta la aseguradora a la hora de indemnizarnos y el que tendrá en cuenta para decidir si el vehículo será reparado o no.
El valor venal de un coche indica el valor de venta del vehículo en el momento de producirse el siniestro. Es decir, es el precio al que se podría vender el vehículo en el momento en el que se produce el accidente. Está íntimamente relacionado con la antigüedad del coche: cuantos más años tenga éste, menor será su valor venal.
Teniendo en cuenta estas dos respuestas, la siguiente pregunta es: ¿qué interesa más reparar o aceptar el siniestro total?
La aseguradora decidirá no reparar el coche si el coste supera el 75% o el 100% del valor venal del mismo. De acuerdo con la página web GTMotive, interesa que apliquen el 75% si el coche tiene entre uno y dos años porque la aseguradora cubrirá el vehículo por ‘valor de nuevo’ (el precio que el asegurado tendría que pagar para comprar su coche nuevo).
También es interesante luchar por el 75% si los daños son graves (en el motor o chasis). En estos casos, lo recomendable sería no reparar el vehículo, que fuera declarado siniestro total y que la aseguradora nos indemnizara.
Sin embargo, interesará que la compañía alargue hasta el 100% si el vehículo es antiguo pero los daños sufridos no son graves y el coche no registra problemas para su correcto funcionamiento. En este caso, lo conveniente sería que el coche fuera reparado en el taller porque la indemnización percibida no nos permitiría adquirir otro coche de similares características.
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