Duelo familiar en la pista: Volkswagen Golf GTI, GTI Clubsport y Golf R

Tercer puesto: Volkswagen Golf GTI

Ya conocemos el concepto estrella del Volkswagen Golf GTI: todo un clásico que sirve  para cada eventualidad: desde ir a hacer la compra al súper hasta viajar cómodamente a buen ritmo por autovía, pasando, sobre todo, por poder escaparse un fin de semana a devorar curvas en una carretera de montaña. 

El conocido turbo de dos litros (EA888) en la proa del compacto de culto de Volkswagen se ha refinado aún más, ahora se llama Evo4 y lo lleva a 245 CV y 370 Nm de par en el GTI. Y eso, desde tan solo 1.600 revoluciones.

Arrancamos desde la línea de salida y nos ponemos a 100 km/h en 6,4 segundos. Significativamente más lento que el Clubsport y el R, pero bastante impresionante, especialmente porque la palanca del cambio manual del coche de prueba no se desliza perfectamente en todos los callejones y, por supuesto, requiere más tiempo en las inserciones que sus colegas con DSG.

Impresión muy similar en el recorrido de pilotaje en Contidrom, cerca de Hannover. El GTI muestra mucho talento, pero no puede seguir el ritmo de sus hermanos. 

Gracias a la conexión en red del bloqueo del diferencial electrónico con el resto de la electrónica del chasis, recorre las curvas en gran parte sin subviraje, el GTI se maniobra hábilmente a lo largo de la línea ideal y es muy divertido. 

Debido a la configuración más blanda del chasis se inclina con más reverencia ante las curvas, se sumerge más profundo y casi nos saca de los asientos, que nos brindan poco apoyo. Sin embargo, el tiempo de vuelta de 1: 37,9 minutos es digno de todos los honores. 

Por supuesto, los ingenieros de Volkswagen no pueden anular la física. Si tomas una curva con demasiada velocidad, aparece el temido subviraje. Y no te dejes engañar: el tacómetro digital sube a 8.000 revoluciones, pero en realidad son alrededor de 7.000.

A pesar de las majestuosas llantas de 19 pulgadas opcionales, el GTI sigue siendo totalmente apto para el uso diario. Esto también se aplica al consumo de 8,4 litros y al precio base, en ambos casos, relativamente contenidos respecto a sus hermanos. 

Segundo puesto: Volkswagen Golf R

Una vez más encontramos el turbo de cuatro cilindros con 1.984 cc bajo el capó, pero aquí con 320 CV y tracción total. VW está muy orgulloso de él porque, entre otras cosas, permite la deriva controlada de la zaga. Un buen truco y realmente divertido, pero que no aporta ninguna ventaja sobre sus hermanos golfistas.

El R, por otro lado, se basa en su poder puro y la distribución inteligente de dicho poder. Los 4,5 segundos para el esprint de 0 a 100 km/h marcan un hito superlativo dentro de la gama Golf, y no menos sorprendente es su punta con el paquete R-Performance: hasta 270 km / h.

En el circuito, una nueva transmisión distribuye la potencia no solo entre los ejes, sino también entre las ruedas traseras. En interacción con los otros  elementos del chasis (bloqueo del diferencial, DCC) aporta una enorme tracción y unas características de conducción muy neutrales. 

Todo esto hace que se sienta muy rápido, y de hecho lo es, pero no lo suficiente para rebasar al Clubsport en Contidrom, aunque por poco: solo le faltaron dos décimas (1: 35.7 minutos). No ha sido suficiente que este atleta de tracción total fuera entrenando en Nordschleife, y (al igual que el Clubsport) tenga su propio perfil de conducción en Nürburgring.

Nos sorprendió mucho el precio del Golf R. El modelo de acceso ya se pone por encima de los 50.000 euros y, equipado como el de prueba, se acerca peligrosamente a los 60.000. 

Primer puesto: Volkswagen Golf GTI Clubsport 

El atleta ágil de la comparativa. Aquí también trabaja el mismo motor que el de sus hermanos bajo el capó, pero tiene 300 CV y 400 Nm que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en solo 5,5 segundos y alcanzar los 200 cuatro segundos antes que el GTI “a secas”. 

El DSG de serie cambia de manera rápida y segura, pero para nuestro gusto debería ser aún más rápido y más despiadado. Porque en la pista, el Clubsport deja una impresión de deportivo puro. 

Con 1.454 kilogramos, pesa 46 más que el GTI, pero también 66 menos que el Golf R, y eso se nota. El Clubsport se lanza ligero y ágil a cada curva, tambaleándose poco y mordisqueando con mucho agarre en el límite de cada giro. 

¿Subviraje? No, para eso tienes que provocarlo con mucha negligencia. Aquí también ayuda el nuevo gestor de dinámica de conducción, que conecta el DCC opcional con el bloqueo del diferencial del eje delantero electromecánico. Y es tan inteligente que no echas de menos la tracción total: incluso saliendo de la curva más cerrada del Contidrom, el Golf de 300 CV se desenfrena sin problemas de tracción importantes. 

Lo bien que lo hace lo demuestra la velocidad máxima de 202 km/h registrada en la recta siguiente. Al final de la vuelta rápida, el crono marcó unos fantásticos 1: 35,5 minutos. De hecho, dos décimas menos que el Golf R con tracción total, y eso que el Clubsport es considerablemente más racional en consumo (9,2 frente a 10,1 litros) y en pecio (unos 15.000 euros de diferencia entre ambos coche de prueba).