Comparativa: Toyota GR Supra 2.0 vs Alpine A110
¿Quién dijo que el Toyota GR Supra 2.0 con cuatro cilindros es solo un modelo económico? En este duelo con el ligero Alpine A110 comprobamos que va mucho más allá
Motorizaciones comparadas:
El motor de “solo” cuatro cilindros de este Toyota Supra no solo tiene que convencernos al equipo de pruebas de AUTOBILD que, sobre el papel, estamos algo decepcionados. También tiene que enfrentarse a un deportivo de raza como el Alpine A110.
El Alpine es un oponente duro de roer en el exigente circuito de Contidrom. Un turbo de cuatro cilindros casi idéntico proporciona la propulsión al A110… pero solo tiene que empujar 1,1 toneladas, de modo que el peso en vacío del francés realmente encaja mejor en términos de relación potencia/peso que en el atleta de Toyota.
De hecho, puede compararse con su hermano mayor, el Toyota GR Supra 3.0 con seis cilindros en línea y 340 CV. Allí, cada caballo de fuerza, como en el Alpine, solo tiene que poner en marcha 4,4 kilogramos. Con el Supra GR 2.0, es la friolera de 5,7 kilogramos por CV. Pero ojo, nunca dijimos que lo tendría fácil en este duelo.
¡Arrancamos!
El turbo de dos litros (código de motor B48), que, como en el Supra "grande", proviene de BMW, emite un leve murmullo que enseguida se convierte en rugido. Los ingenieros de sonido lo han condimentado en consecuencia, y el espectáculo acústico comienza agradablemente temprano.
La potencia está repartida por la transmisión automática de ocho velocidades de ZF. Y hace un trabajo irreprochable. Bien coordinado en todos los aspectos: esa es la primera impresión que transmite Supra básico.
Algo a su favor: como faltan dos cilindros, prácticamente todo el motor está detrás del eje delantero. Y así, la distribución de la carga por eje ahora está perfectamente equilibrada: 50 por ciento en la parte delantera, 50 en la parte trasera.
Olaf Itrich / AUTO BILD
Pero el déficit de rendimiento es notable en comparación con el Alpine, mucho más ligero. Para llegar a 200 km/h, el A110 se mantiene por debajo de los veinte segundos.
Y aparte de la aceleración, el cohete galo está mucho más comprometido con la deportividad pura. Los conductores del Alpine tienen que prescindir de los asientos deportivos eléctricos como los del Supra. Pero sus baquets, que tienen mucho apoyo lateral, se ajustan como un guante. El puesto de conducción es extremadamente estrecha, y está concebido para que no pienses en otra cosa que en la carretera.
Olaf Itrich / AUTO BILD
El A110 cambia con un doble embrague. Y la transmisión ultrarrápida reacciona al más mínimo tirón de las levas, colocando las marchas con tanto énfasis que en apenas segundos suceden un montón de cosas bajo tus pies, especialmente en el modo Track (el Supra “solo” tiene modo Sport).
Cuando los Michelin alcanzan la temperatura, el Alpine se vuelve realmente obstinado, sale disparado de cada curva con mucho agarre, se mantiene ejemplarmente estable al detenerse y mantiene un punto de presión constante y firme en el pedal del freno desde la primera hasta la última vuelta.
El chasis del francés, más blando de lo esperado
Sorprendente: en curvas y al frenar, el A110 se hunde más de lo esperado, incluso parece un poco blando. Cuidado en las curvas alternas con los balanceos, y también al soltar el gas, porque el Alpine gira bruscamente.
Olaf Itrich / AUTO BILD
Con un ajuste de suspensión algo más firme, podríamos haber rodado más rápido todavía. Pero es suficiente para batir al Supra. Al menos en lo que respecta al tiempo por vuelta.
El japonés, una máquina de diversión
El japonés, en cualquier caso, se siente más equilibrado. Incluso si su dirección menos directa ofrece menos retroalimentación, el eje trasero se siente mejor con lo que hace el resto del coche, y sus reacciones son más predecibles.
Olaf Itrich / AUTO BILD
Cuando frenas a fondo, el Supra se tambalea un poco, pero es algo a lo que el conductor puede adaptarse rápidamente.
Y en lo que respecta a los dirfts, son fáciles de producir con el Toyota, que es más manejable y simplemente, más divertido en la pista de carreras. Y no necesita seis cilindros para darnos una de las jornadas más disfrutonas que recordamos en un circuito.
Conclusión
El Alpine A110 es un peso ligero y el más honesto con su condición de atleta. Es más exigente, pero cuando lo domas, es más rápido en circuito. Y lo sería más aún si tuviera un chasis más rígido.
El Toyota Supra saca mucho provecho de sus cuatro cilindros, frena con contundencia y tiene un cambio automático celestial. Es muy manejable y divertido en circuito cuando se trata de hacer el cabra, y al mismo tiempo, muy digerible en un uso diario.
VÍDEO: Aquí tienes el Toyota Supra en acción
Etiquetas: Coches deportivos
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