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Comparativa: Polo GTI/208 GTi/Cooper S/Fiesta ST200

¿Cabe más diversión? Hemos metido a estos cuatro GTI en un circuito de karting. En esta comparativa del Polo GTI, 208 GTi, Cooper S y Fiesta ST200, queda claro que los tres son divertidos de conducir. Pero, con el crono en la mano, solo puede ganar uno...

Motorizaciones comparadas:

Un circuito de karts: 1.200 metros de recorrido, 23 curvas por vuelta. Me lanzo a la pista con un lema: pisar a fondo, divertirse a fondo. Y lo hago con cuatro pequeños deportivos. Comparativa: Polo GTI/208 GTi/Cooper S/Fiesta ST200.

El Mini Cooper S con 192 CV, el Volkswagen Polo GTI, con la misma potencia; el Ford Fiesta ST200, que llega con 200 CV bajo el capó, y por último el Peugeot 208 GTI, que sube la apuesta a 208 CV. Son máquinas de diversión pura, y vamos a comprobar cómo se mueven en el circuito de karts Schumacher. Hablamos, claro, de curvas muy pequeñas y cerradas, de modo que no podrán correr todo lo que dan de sí. Pero aquí se trata de averiguar qué coche gira más preciso, o con cuál podemos apurar más antes de cada curva. Vamos a ello.

Normalmente, por el circuito Schumacher circulan pequeños karts con motores de un cilindro y cuatro tiempos, pero estos pequeños deportivos no han tardado en habituarse al angosto recorrido. En un par de vueltas, estos mini bólidos ya se encuentran en su elemento. Y con motores de cuatro cilindros y potencias en torno a los 200 CV. Y para un desempeño ágil, cuentan con estabilizadoras y chasis deportivos, y en el Mini y el Volkswagen, incluso amortiguadores ajustables por botón. Pero arranquemos de una vez. Empezamos con el Ford Fiesta ST: Sports Technology. Y desde luego esconde mucha bajo su pequeña carrocería. Con un par motor de 290 Nm, tiene un buen empuje, pero no brutal. Y debajo de las 2.000 vueltas ya tiene una buena reserva de fuerza. 

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Al sentarme en el Ford, siento enseguida que voy en un coche con enfoque deportivo. Los asientos agarran muy bien el cuerpo en las curvas cerradas. La dirección podría ser un poco más comunicativa, pero en general es precisa. Del motor echo en falta un sonido más deportivo, pero lo bueno es que tiene empuje desde bajas vueltas. Y el manejo del cambio es preciso, con buen tacto y recorridos cortos. Lo que no me ha convencido son los frenos. Cuando cambio muy rápido el pie del acelerador al freno, lo interpreta como frenada de emergencia. Y entra en juego el ABS demasiado pronto, por eso me obliga a tratar el pedal con suavidad, y eso le resta eficacia. Las curvas las toma con limpieza, tiene un comportamiento bastante neutral, sale de los giros con fuerza y las voy enlanzando con relativa facilidad. Tengo que decir que el coche tiene una respuesta global muy dinámica. Imagino que en un puerto de montaña tiene que ser extremadamente divertido. Aquí no puedo llevarlo muy rápido, pero la manera aplomada en que hace los cambio de apoyo, y la agilidad con la que pasa por las curvas hacen que me dé cuenta de que no tengo que ir a 120 km/h para pasar un buen rato. 

Pasamos al GTI alemán. El Polo es veloz, pero por desgracia menos espectacular. En modo Normal filtra bien y es perfecto para el día a día. No es demasiado ruidoso y al pisar a fondo, no se nota mucho en la dirección. Tengo que decir que el Polo es tan equilibrado que echo de menos algo de espectacularidad. La dirección es precisa, pero no extremadamente comunicativa.El motor empuja desde muy pronto, y la verdad es que su respuesta tiene mucho brío. Sube de vueltas con ganas y tiene mucho par. El diferencial autoblocante por simulación electrónica me permite tomar las curvas con increíble limpieza.

Tiene un leve deslizamiento, y me permite jugar con el freno y el acelerador para trazar la trayectoria idónea. Lo dicho: le falta espectacularidad, pero no se puede decir que sea precisamente un coche lento. Es muy equilibrado y el turbo de la un punto de carácter. Tiene un sonido atractivo aunque no especialmente deportivo, las suspensiones filtran bien en modo Normal y en modo Sport el chasis adquiere la rigidez necesaria. Y en carretera abierta, es un coche que puede rodar muy veloz sin esfuerzo, tampoco para los ocupantes. Un coche perfecto para el día a día. Pero lo hace todo con discreción, igual que su habitáculo, que aparte de los pedales metálicos y algún detalle rojo, es igual de sobrio que en las versiones normales. Creo que en esta liga hay que ser un poco más arriesgado con el diseño. 

Deportividad a la francesa

El llamativo deportivo francés aparenta lo que es: se lanza al circuito muy motivado. Los frenos detienen con decisión con pisar un poco el pedal, la dirección es muy comunicativa y pasa por las curvas con leves balanceos. El motor responde como un turbo de la vieja escuela, por eso a bajas vueltas le falta empuje. Es un coche con una dirección muy directa que parece ávido de curvas. Pero requiere esfuerzo llevarlo, en parte por unos asientos demasiado blandos que no agarran muy bien el cuerpo. Pero en general es muy divertido: me obliga a reducir mucho para sacarle toda la fuerza a la salida de las curvas, que inserto con mucha precisión dosificando bien el volante. Y es que en cuanto alcanza velocidad, responde como un auténtico deportivo.

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Toma los giros con avidez, y me gusta su volante tan pequeño, que casa muy bien con su dirección tan comunicativa, especialmente en la parte media. Es una gozada manejarlo en los giros cortos. Si me atengo al corazón, este es mi ganador. Su diseño se corresponde con su carácter, y cuando entra la acción del turbo siento su gran empuje, como los clásicos turboalimentados. Es un coche con el carácter radical que uno espera en esta categoría. Un poco ruidoso, muy vivo, es una gozada. Me gusta el tacto y grosor del volante, muy ergonómico para una conducción decidida. Todo casa perfectamente con esta liga de pequeños deportivos. Os aseguro que ahora mismo no echo para nada de menos mi Audi A6. Esta es una máquina de conducción. Una máquina de diversión pura. 

Y pasamos al Mini Cooper S, que monta la función Dynamic, que endurece los amortiguadores y vuelve la dirección más directa. Tengo que decir que me ha parecido más indolente de lo que me esperaba. Es como si le costara más hacer las cosas: acelerar, girar... El cambio no es lo preciso que me esperaba, me obliga a tantear un poco en las inserciones. No es tan exacto como el del Peugeot. Esperaba que tuviera un tacto más de kart, la verdad. Y en general lo noto más blando y perezoso que sus rivales. Tengo la sensación de llevar un coche pesado, y de hecho es el que más pesa de los cuatro. Ojo, porque es un coche veloz: tiene un motor de dos litros que empuja desde abajo, pero al reducir me falta algo de sensación de empuje. El tacto de un turbo. Pero a cambio, tiene una entrega de potencia lineal y sofisticada. Pero en los cambios fuertes de apoyo pierde un poco la compostura y me obliga a corregir más que en sus rivales. Pero el tacto en generales deportivo, y desde luego es un coche divertido para conducirlo en carreteras de curvas. Sobre sus rivales, hay que decir que además de la deportividad añade un plus de exclusividad y de moda, es un coche que marca tendencia. Y el diseño, tanto exterior como interior, está hecho para gustar, con un gran cuidado en todos los detalles. 

Resultados por vuelta

Ford ST200: 1:20,55 minutos. Peugeot 208 GTI: 1:20,90 minutos. Mini Cooper S: 1:22,21 minutos. volkswagen Polo GTI: 1:22,46 minutos. Queda claro que el Ford y el Peugeot se descuelgan. ¿Con cuál te quedarías? Si buscas un pequeño deportivo que se ajuste a ti, encuéntralo en nuestro recomendandor.

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