Comparativa: Ford Fiesta ST vs Toyota Yaris GRMN y VW Polo GTI

Todo sobre el Peugeot 208

Pista libre para la primera comparativa del nuevo Ford Fiesta ST. Su antecesor, fabricado entre 2013 y 2017, empezó con 182 CV y acabó su carrera con 200, obtenidos de un 1,6 litros de cuatro cilindros turbo. El nuevo llega con tres cilindros. Veremos si son suficientes pata abatir a rivales tan duros como estos, en esta comparativa del nuevo Ford Fiesta ST vs Toyota Yaris GRMN y VW Polo GTI.

Sigamos con el modelo anterior al nuevo Fiesta ST: era muy querido entre los amantes de la conducción deportiva, y se hizo rápidamente famoso por su excelente 'handling', pero también pro la ruda respuesta de su suspensión. Vamos, que el confort no era lo suyo. ¿Tiene el nuevo modelo este afán purista de la deportividad por encima de todo?

VÍDEO: No te pierdas este duelo del Fiesta ST vs Polo GTI

El único de los 3 con 3 cilindros

En potencia y par no ha evolucionado mucho. El Ford rinde ahora 290 Nm y 200 CV. La gran diferencia, es que lo hace con un cilindro y 100 cc menos. Pero te aseguro una cosa: no lo vas a notar. Para empezar, su sonido es "gordo", no remite a un motor pequeño, precisamente.

Y este Ecoboost tiene un brío espectacular: no solo estira sin parar desde las 1.500 vueltas, sino que por debajo de este régimen no se nota el agujero del turbo, y ya está pidiendo guerra casi desde el ralentí. Y no para de pedirla hasta las 6.000 revoluciones.

En ese momento tendrás que insertar la siguiente marcha, pero no te preocupes: tanto en carreteras de montaña como en autovía puedes dejar si quieres la sexta puesta, y limitarte a gestionar el pedal del gas.

El Yaris, ¿un Lotus?

Traemos aquí la variante con el acrónimo GRMN (Gazoo Racing Masters of Nürburgring), y una configuración más convencional: 1,8 litros y cuatro cilindros, con respiración extra asistida por un compresor. ¿Te suena de algo? Lotus utiliza este bloque desde hace años en la zaga de su Elise. Algo muy clásico, y hoy excepcional.

Como el sonido de este Toyota Yaris GRMN, que mezcla el hormigueo de delante con el borboteo y las explosiones del escape. No pega mucho con un coche de esta categoría, como han demostrado las miradas de asombro (y no siempre amables) de los viandantes. Pero lo que es bueno para el Lotus Elise, lo es también para el Yaris: aunque no es fácil controlar el deslizamiento de las ruedas y su motor revoltoso, hemos acelerado de 0 a 100 km/h en solo 6,6 segundos, una cifra notable y solo una décima más de la oficial.

Su respuesta es más típica de un turbo al uso, pero aunque su par motor encuentra su cumbre en las 5.000 vueltas, por debajo nunca notamos una excesiva falta de empuje.

El peso del Polo no se nota en el 0 a 100

Aunque arroja 76 kilos más a la báscula que el Ford (el segundo más pesado), el Volkswagen Polo es el que tiene la aceleración más limpia y, además, el que alcanza antes los 100 km/h. Eso se o debe más a su electrónica que a al pericia del piloto: ESP en posición Sport, DSG en S, y el Launch Control hace el resto: solo 6,4 segundos, y por tanto, el más rápido de la comparativa.

El nuevo Fiesta ST también tiene un Launch Control, que es parte del paquete Performance que cuesta en torno a unos 1.000 euros extra, y que incluye además un diferencial con bloqueo mecánico y un indicador de inserción de marcha. Y esta combinación y los Michelin Super Sport funciona realmente bien, pero no es suficiente para adelantarse a sus rivales en esta prueba: ha tardado 6,9 segundos en pasar de 0 a 100 km/h, frente a los 6,5 anunciados por la marca.

¿Y cómo se comportan?

El Ford es el más deportivo en esta primera comparativa, con un chasis enfocado a la máxima estabilidad en curvas y una dirección rápida que permite un guiado muy preciso. Y gana en confort respecto al modelo anterior. Pero en esto último gana el Polo: es el más grande y espacioso por dentro, por tanto el más práctico, y es el que alcanza las mayores cotas de confort. También te lo pasarás bien por carreteras reviradas, pero no pasarás tan rápido por los giros como en el Ford.

El Toyota no es tan eficaz como uno espera de un coche tan enfocado a la deportividad: el poco grip de sus neumáticos le ha jugado una mala pasada, ya que resulta menos controlable en curvas que sus rivales. Y su precio, es claramente mayor.

¿Cuál es tu coche ideal?