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Comparativa: Audi R8 V10 Plus Spyder y Porsche 911 Turbo S Cabriolet

¡1.190 PS! Suficientemente calientes, como para poder rodar a cielo abierto con estos dos coches descapotables atravesando el otoño. Enfrentamos a dos deportivos de quitarse el sombrero (y la capota). Comparativa: Audi R8 V10 Plus Spyder y Porsche 911 Turbo S Cabriolet.

El tope de gama entre los 911 es el Porsche 911 Turbo S Cabriolet, y eso se deja notar desde el primer vistazo, aunque son sutilezas: es un poco más ancho con su tracción integral Pro, y su alerón sobresale más de lo habitual. Pero con todo, el resultado es muy elegante: ahí siguen las líneas limpias y clásicas de las que siempre ha hecho gala este modelo. El Audi R8 V10 Plus Spyder, por contra, busca más llamar la atención con silueta de motor central, la mirada "láser" de sus faros delanteros, las voluminosas branquias, las llantas de 20 pulgadas... Especialmente sin capota, su silueta es extremadamente afilada.

VÍDEO: Fíjate en este Audi R8 V10 plus. ¿Tiene truco? 

Bajo el capó lleva un 5,2 litros V10 que comparte con el Lamborghini Huracán, capaz de girar muy alto en lo que dura un pestañeo, recorriendo las siete relaciones de su cambio automático de doble embrague de forma fulminante con solo rozar el pedal del acelerador. El motor martillea, aúlla, carraspea, escupe, vuelve a aullar... Es todo un espectáculo sonoro que pone las carne de gallina. El sonido del Porsche también es fiero, pero diferente, con el típico tono bóxer, en este caso apoyado en dos turbos. El problema es que para llevarlo al punto de que te ponga la carne de gallina, debes llevarlo al límite, y eso solo puedes hacerlo en un circuito. No importa: en carretera lo compensa con un comportamiento difícil de igualar. Apenas encontrarás un coche que sea más comunicativo y preciso al volante.

Precisión vs confort

Cualquier cosa que sucede en el asfalto, la sientes en las yemas de los dedos. Y te sientes inevitablemente fusionado al coche y, por extensión, a la carretera. La fuerza centrífuga, la sensación de inercia en las frenadas, todo se siente, pero llega de una manera deliciosa y controlable, gracias a su capacidad para pegarse al asfalto y mantener la trayectoria en las curvas con una fidelidad abrumadora. Una pena que el confort se vea algo penalizado, tanto sonoramente (las ruedas hacen más ruido) como en la respuesta ante piso en mal estado. La dirección del Audi es algo más nerviosa, pero a cambio tiene una rodadura más fluida y confortable.

Audi R8 V10 Plus Spyder y Porsche 911 Turbo S Cabrio
Audi R8 V10 Plus Spyder y Porsche 911 Turbo S Cabrio

El escaso recorrido de la suspensión lo aprovecha y optimiza, y es capaz de realizar largos trayectos con sorprendente relajación, sin castigar a sus ocupantes. Una pena que conductor y acompañante tengan un espacio algo escaso para las piernas, y eso merme un poco su confort general. Y la precaria visibilidad perimétrica, puede llegar a poner de los nervios en carreteras estrechas. Y el comportamiento del Audi no alcanza la precisión de este 911: la respuesta de las frenadas desde elevadas velocidades es algo nerviosa, y al entrar fuerte en las curvas, tiende obcecadamente al subviraje.

De modo que si priorizas rodar rápido (y meterte frecuentemente en circuito), hazte con el 911. Si por el contrario prefieres perderte por las carreteras a gran velocidad sin castigar tus riñones, pero sin buscar récords frente al crono, el R8 es tu opción.

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