Comparativa: 10 modelos diésel vs 10 modelos gasolina (I)

Llegan los coches eléctricos. Pero que no cunda el pánico, los motores de combustión  todavía siguen dando guerra. La eterna pregunta sigue siendo si el diésel o la gasolina es la mejor opción. Y eso es lo que vamos a dilucidar en esta comparativa de 10 parejas. Aquí van las cinco primeras. Aunque el kilometraje de amortización se ha calculado respecto al mercado alemán, es bastante extrapolable al español.

BMW 520i vs 520d

Una berlina con motor longitudinal de combustión clásico, tracción trasera, dirección precisa y un chasis perfectamente afinado. Eso es exactamente lo que es el BMW Serie 5, hoy casi una 'rara avis'.

Esta generación se fabrica desde 2017 y se ha renovado en verano de 2020: diseño moderno, elegante y pulido. Por dentro, todo se ve y se siente de alta calidad y desprende refinamiento. 

El diésel de cuatro cilindros y 190 CV arranca suavemente, y es que como el motor de gasolina, está equipado con un generador de arranque de 48 voltios y tecnología mild hybrid, se activa enfáticamente y luego avanza con un empuje sólido. Por tanto, el sedán de 1,8 toneladas se mueve con rapidez y seguridad. 

No necesitamos hablar más sobre la automática de serie. La transmisión ZF de ocho velocidades es una de las mejores que hay en el mercado, y también en la Serie 5, en el motor diésel y en el de gasolina, está al borde de la perfección. Concentrado, atento, rápido y suave.

El motor de gasolina de 184 CV es fuerte, vivaz, enérgico y gira con ganas. En comparación directa, parece un poco más excitado y tenso, el diésel simplemente permanece más relajado. Y es aún más rápido: de 0 a 100 km / h en 7,2 segundos, el motor de gasolina necesita 7,9. 

Pero, lo que es más importante, sigue siendo sobre todo más económico, llegó a unos 6,4 litros muy aceptables en la prueba, con el 520i fueron 7,7 litros (lo cual tampoco está nada mal)

Ganador: diésel. Potente, relajado y económico encaja mejor en la imagen de esta gran berlina. Incluso aunque solo se amortice relativamente tarde.

Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 4Motion vs 1.5 TSI

Comparamos el popular Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 4Motion (150 CV) con su igualmente potente hermano de gasolina 1.5 TSI, que solo está disponible como tracción delantera. 

Ambos compiten con un DSG de siete velocidades. Con el 1.5 TSI, el consumo se mantiene contenido con un estilo de conducción relajado, nada mal para un SUV de 1585 kilogramos. En términos de ruido no difieren mucho, Sin embargo, subjetivamente, el motor de gasolina ofrece un funcionamiento más suave.

El TDI 4Motion sigue siendo el motor elegido por los conductores frecuentes y aquellos que desean llevar más cosas a cuestas: puede tirar de remolques de 2.5 toneladas (inusual en esta clase) y en eso tiene mucho que ver la tracción total.

El TSI de 1,5 litros solo puede remolcar 1,8 toneladas con su tracción delantera. Por lo demás, las diferencias siguen siendo pequeñas. La dirección, el chasis y la comodidad de rodadura están equilibrados en ambos, con los mejores asientos en esta clase.

Apple CarPlay y Android Auto son inalámbricos, pero nuevo control de clima deslizante no ofrece más que desventajas en comparación con los controles giratorios. Al final, como suele ocurrir, es el dinero el que decide. El TDI solo satisfará a los trotamundos que conducen mucho. Todos los demás elegirán el TSI.

Ganador: motor de gasolina Para los conductores cotidianos que viajan hasta 40.000 kilómetros al año, el TSI de tracción delantera es sin duda la opción más sensata. El Motion TDI puede hacer más, pero esto se asocia con costes por kilómetro más altos.

Hyundai i30 1.5 TGDI vs 1.6 CRDi

No importa si optas por el Hyundai i30 con motor diésel o de gasolina, ambos tienen la caja de cambios iMT a bordo y una red de 48 voltios. Pero ahí acaban las similitudes.

Porque mientras que el motor diésel de 136 CV funciona de forma ruidosa y malhumorada después de un arranque en frío y solo se calma después de unos pocos kilómetros, el gasolina de 1,5 litros con 159 CV es muy silencioso. En términos de rendimiento también deja atrás al diésel, alcanzando los 100 km/h en 8,4 segundos, casi dos segundos antes que su hermano. 

En el pasado, el par motor siempre distanciaba al diésel equivalente. En este caso ni siquiera lo hace significativamente, tiene 280 Nm mientras el gasolina se le queda cerca con 253. Lo único que nos molesta es cómo desarrolla la fuerza, de forma algo sintética. Pero esta es su única desventaja, que se puede remediar con una automática de apenas 2.000 euros. 

Por lo demás es más rápido, apenas más sediento, sensiblemente más barato y, sobre todo, mucho más silencioso. 

Ganador: gasolina. El CRDi murmura confortablemente fuera de juego. Solo vale la pena desde casi 30.000 kilómetros, es más ruidoso y más lento. El motor de gasolina hace casi todo bien y también ofrece un gran potencial de ahorro.

Audi A5 Coupé TFSI vs TDI

El Audi A5 es un coupé con todas las letras (y dos puertas), y al mismo tiempo, con una agradable sensación de amplitud e incluso un espacio decente en la parte trasera. Eso es raro en esta clase.

Debajo de la hermosa cubierta se encuentra, por supuesto, el kit de construcción longitudinal modular del grupo VW. El TDI de 2.0 litros, aquí con 204 CV, lo conocemos de varios modelos de Audi, Seat y Skoda. 

La debilidad inicial en interacción con la transmisión de doble embrague de siete velocidades (DSG) es igualmente conocida. Al inicio o al acelerar en curvas cerradas, siempre hay un segundo en el que se lo piensa antes de que realmente comience. Y el DSG no es demasiado despierto, más bien vacilante.

En comparación directa con el TFSI, el TDI se siente un poco áspero, especialmente a velocidades medias. A pesar de un rendimiento prácticamente idéntico, no transmite la espontaneidad del gasolina. Pero es económico: medimos 6,3 litros en la prueba.

En el caso del motor de gasolina, fueron 8,1 litros. También es muy conocido el TFSI de 2.0 litros con 204 CV. Y como siempre, hace bien su trabajo. Vivo, fácil de subir de vueltas, suave, con un sonido ronco y gutural al girar.

Como el diésel, también el motor de gasolina llega con tracción en las cuatro ruedas, y parece en general un poco más pulido. Incluso el DSG reacciona con más atención. Todo encaja a la perfección con su logrado compromiso entre deporte y comodidad.

Ganador: motor de gasolina. Para nosotros, una cuestión clara: el elegante y dinámico motor de gasolina es más acorde con exquisito coupé. El diésel es de bajo consumo, pero no tan cultivado.

Mercedes GLB 200 vs 200d

A Mercedes le tomó 13 años poner una contraparte adecuada al legendario y exitoso Tiguan. Y al igual que con el Volkswagen, solo el diésel lleva tracción total, el motor de gasolina se conforma con la delantera.

La forma del Mercedes GLB, que recuerda a un pequeño Clase G los cristales verticales no solo proporciona una buena visión general, sino también mucho espacio a bordo. Como es habitual en los SUV, te sientas cómodamente alto, para la segunda plaza te  recomendamos el asiento trasero deslizante longitudinalmente por apenas 500 euros, que es muy práctico.

El motor de gasolina de 1,3 litros, fabricado junto con Renault, viene con tracción delantera y la transmisión de doble embrague (DCT) de siete velocidades. El animado cuatro cilindros con 163 CV responde bien al gas y gira de buen grado, pero en el GLB parece más falto de aire que el diésel.

La transmisión de doble embrague con siete marchas se mueve bruscamente al arrancar y al maniobrar, pero luego clasifica las marchas rápidamente mientras se conduce. En la prueba, medimos un consumo de 8,6 litros. El diésel se quedó en los 6,5. 

El 2.0 litros compite con 150 CV y, junto con la tracción a las cuatro ruedas, no tiene problemas para mover el conjunto, aunque pesa 232 kilogramos más que el motor de gasolina. Al contrario, resulta fornido, poderoso y culto. La transmisión de serie de doble embrague, aquí con ocho marchas, trabaja rápida y precisa.

Ganador: diésel. Aunque se amortiza bastante tarde, a partir de 27.225 kilómetros al año, lo recomendamos para este Mercedes. La combinación de diésel, la DCT y la tracción se siente extremadamente armoniosa en el GLB.