Audi SQ7 Vs BMW X7 M50d: la comparativa más gorda del año

Hoy toca el Audi SQ7 contra BMW X7 M50d en una comparativa de peso. Figúrate: El Audi mide 5,07 metros de largo, 1,97 m de ancho y pesa 2,5 toneladas, mientras que el BMW tiene 5,15 metros de largo, 2,0 m de ancho y pesa 2,6 toneladas. El SQ7 tiene 435 CV y 900 Nm, mientras que el BMW desarrolla 400 CV y 760 Nm. 

La comparativa entre el Audi SQ7 y el BMW X7 M50d será difícil de superar este año, al menos en medidas. Dos números más: 86 por 36 centímetros. El riñón del X7 es monstruoso, el más grande que se haya instalado en un BMW. Se encuentra muy erguido en el poderoso frontal del SUV más grande de BMW, el X7 tiene ventanas enormes, puertas traseras muy anchas, la línea del techo se extiende mucho y su apariencia es en general impresionante.

En comparación con el gigante BMW, el enorme Audi SQ7 parece algo menos voluminoso, más delicado y estirado. También es seis centímetros más bajo. Pero, sorpresa, al final, el habitáculo es más espacioso, y no es una sensación, lo hemos medido. Comparado con el X7, el SQ7 ofrece más espacio para las piernas tanto en la fila delantera, como en la segunda. 
Aunque lo más sorprendente son los dos centímetros más de altura atrás. 

La unidad de prueba tenía el banco trasero plus con tres asientos individuales deslizantes y un ángulo de respaldo ajustable, que cuesta 390 euros extra, cómodo, práctico y muy recomendable. La cabina del BMW está protagonizada por sus tres pantallas grandes: para cockpit (12,3 pulgadas), multimedia (10,1 pulgadas) y clima (8,6 pulgadas). Todo con una óptica brillante y menús bastante sencillos.

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Lo que más destaca del SQ7, fabricado desde 2016, es que es un Audi de la vieja escuela, con un interior cuidado hasta el último detalle. El cromo barnizado resplandece perfectamente, las costuras están dibujadas con una regla, los espacios y las juntas encajan a la perfección. 

El BMW X7 viene de serie con siete plazas, siempre con dos asientos individuales abatibles eléctricamente en la tercera fila. La unidad de prueba viene con seis plazas individuales, un extra que cuesta 850 euros, que incluye dos sillones extremadamente cómodos y ajustables eléctricamente en la segunda fila. Y, aunque el Audi tenga más espacio, el BMW tampoco es que se quede corto. 

El BMW X7, grácil a pesar de su peso

El equipamiento es lujoso, la madera está lacada cuidadosamente, el cuero huele suavemente y los portavasos enfrían o calientan la bebida, según lo necesites. En la cabina hay dos pantallas de 12,3 pulgadas para instrumentos y multimedia y, por supuesto, el controlador iDrive, impecable. Lejos de ser perfecto: las extrañas pantallas curvas para el velocímetro y el tacómetro, que como en los Peugeot, gira contra las agujas del reloj, son difíciles de leer. Simplemente, no son apropiados para un automóvil de lujo.

En el BMW X7 M50d, el conocido diésel de 3,0 litros, que utiliza cuatro turbos. Este motor de seis cilindros en línea es fabuloso en todos sus rangos de uso y, incluso, tiene un sonido agradable y poderoso. La transmisión automática deportiva de ocho velocidades fabricada por ZF es una combinación perfecta con el motor bávaro, y el resultado es un rendimiento de conducción sobresaliente. 

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El BMW X7 de la comparativa hace el 0-100 km/h en 5,4 s y puede llegar a los 200 km/h en 23,0 s, como un coche deportivo. La unidad probada del X7 tenía el paquete Executive Drive Pro (3.850 euros) y estabilización del balanceo o suspensión neumática con amortiguadores adaptativos. La tracción total es de serie, pero con el M50d hay además un diferencial deportivo en el eje trasero.

Con esta configuración, el enorme SUV de BMW es extremadamente cómodo tanto en autopista, como en carretera, donde absorbe las irregularidades de las pistas con facilidad. Incluso a pesar de ser un coche de este peso y tamaño, es fácil de conducir y tiene una respuesta rápida y precisa, aunque las 2,6 toneladas siempre están contigo, puedes sentirlas, aunque no te molesten. 

El V8 del SQ7 marca la diferencia

Sin embargo, el motor V8 del SQ7 marca diferencias con el seis cilindros de BMW. El 4,0 litros tiene un doble turbo y un compresor eléctrico adicional. Este motor entrega potencia como si fuera un martillo. Y con un rico sonido. Cuando se trata de rendimiento, el Audi va un paso más por delante del BMW. Se precipita a 100 km/h en 4,6 segundos, y llega a 200 km/h en 19.0 segundos. Increíble. 

Al igual que con el X7 M50d, el Audi SQ7 lleva suspensión neumática con amortiguadores adaptativos y tracción total. El Audi de prueba todavía estaba equipado con el paquete Avanced (5.950 euros). Esto incluye la estabilización activa del balanceo, dirección en todas las ruedas y diferencial deportivo en el eje trasero.

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Como resultado: comparado al BMW, el SUV más grande de Audi se siente media clase más pequeño y al menos media tonelada más ligero, aunque en realidad solo pesa 125 kilos menos. Se puede conducir espectacularmente rápido y es preciso como un reloj suizo. Y todo sin ser incomodo. Solo a la dirección a veces es demasiado comunicativa por poner algún pero. 

Además, puedes ahorrarte los 8.500 euros de los frenos cerámicos. No los necesita: ese  material requiere de temperaturas muy altas, más propias de las pistas de carreras que de la carretera. En la prueba, el Audi se detuvo en 35,3 metros con los frenos calientes, mientras que el BMW solo necesitó de 33,2 metros. No hay duda, un valor sobresaliente para un aparato de 2,6 toneladas. Sin embargo, es el Audi el que gana, solo por un poco, esta comparativa.