Jaguar XFR: Señor radical

Antes de nada, repaso el interior de este Jaguar. Casi no noto diferencias con respecto a los XF más razonables. El logo del volante sí se encarga de recordármelo, al igual que los excelentes asientos específicos. Si vas a meter a la familia, te agradará saber que detrás es espacioso y cómodo. La banqueta es más que correcta, pero como siempre, mejor para dos.

Ahora sí me pongo en marcha. Por ciudad es suave: hace cambios casi imperceptibes y la dirección me ofrece buen tacto, aunque cuando se trata de ir rápido echo en falta más firmeza. Con las llantas de 20 pulgadas que monta de serie y sus 1.891 kilos de peso, no se puede decir que sea un coche ideal para curvear.

Aun así, el V8 empuja con furia desde abajo, cambia en torno a las 6.500 rpm y en reducciones manuales incluso me regala llamativos petardeos que no hacen más que disparar mi adrenalina. Sin duda lo disfruto más en autopista, donde saco partido de una suspensión adaptativa que funciona muy bien. ¿Dudas entre Confort y Sport? Tranquilo, el XFR elegirá por ti... Y acertará seguro. Como lo harás tú si tienes 101.000 euros para una berlina superpotente y eliges esta.