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WTCC desde dentro: descubriendo Vila Real

WTCC desde dentro: descubriendo Vila Real
Después de pasar el fin de semana descubriendo Vila Real, de contamos cómo es el WTCC desde dentro. El circuito portugués ha acogido la cita del Mundial de Turismos y ha vuelto al panorama automovilístico internacional. Atento a su historia.

Cuando a finales del año pasado se confirmó el calendario del Mundial de Turismos (WTCC) para 2015, muchos nos sorprendimos por la cantidad de carreras nuevas que Eurosport Events había incluído y también por la ausencia de Macao, una de las joyas de cada temporada. Llegaban Tailandia, Qatar, Nürburgring y Vila Real, en Portugal. Este último era el más cercano al que nos tendríamos que desplazar para ver una carrera del campeonato, después de que desde 2013 nuestro país dejase de acoger el Mundial de Turismos. Hay que admitir que, conociendo los trazados de Algarve y Oporto en el país vecino, este nuevo circuito urbano pilló un poco por sorpresa… pero ha cumplido y – incluso diría que ha superado -  la expectativas. Nosotros no nos hemos querido perder su estreno y por ello hemos pasado el fin de semana descubriendo Vila Real.

WTCC desde dentro: descubriendo Vila Real

Por mucho que el circuito fuese urbano y estuviese lleno de retos para pilotos, ingenieros y equipos, el dominio del campeonato no ha cambiado de manos y Citroën logró las dos victorias del fin de semana, con Pechito López y Ma Qing Hua en lo más alto del podio. En Honda estuvieron muy contentos al conseguir llegar a igualar los tiempos de su insuperable rival en carrera y al subir al podio en ambas carreras, un buen resultado teniendo en cuenta que en pista hay cuatro C-Elysée muy difíciles de batir.

¿Carreras en Vila Real?

Una pregunta parecida me hice cuando vi el calendario de 2015 y cuando volé hacia Oporto, donde se encuentra el aeropuerto “grande” más cercano al circuito…. a 130 kilómetros. El trazado portugués preparado para el Mundial de Turismos cuenta con 4,6 kilómetros de longitud y 25 curvas, donde los pilotos alcanzan más de 200 kilómetros por hora. Suena bien, ¿verdad? Échale un vistazo a la ‘onboard’ de Tiago Monteiro antes de que entremos en materia.

Vila Real cuenta con una larga historia dentro del automovilismo deportivo, sobre todo portugués. La presencia de carreras en sus calles ha sido un vaivén constante desde que en el año 1931 se celebrara por primera vez una prueba automovilística. Hasta 1991, la carrera anual se mantuvo,  siendo tan solo interrumpida entre 1938 y 1948 por la II Guerra Mundial y entre 1953 y 1958 para una reestructuración del trazado que por entonces era de alrededor de 7 kilómetros, teniendo que completar los competidores 20 vueltas. Vila Real se había convertido en aquel entonces en la capital del automovilismo en Portugal y en sus calles llegó a contar con figuras como Stirling Moss (ganador en 1958 con un Maserati 300S), Ronnie Peterson y hasta un español, Jorge Bagration, vencedor en 1971 dentro de la categoría ‘Sport’ con un Porsche 908. Vila Real acogió también carreras de resistencia y de Fórmula 3.

En 1991 la tragedia azotó al circuito, lo que coincidiendo con la pérdida de popularidad y la llegada de menos pilotos extranjeros, le dejase fuera del panorama automovilístico mundial. Un fuerte accidente provocó la muerte  de cuatro espectadores y la prueba se canceló hasta que entre 2007 y 2010 se decidiese revivir el legendario circuito con la organización de algunas carreras para campeonatos portugueses.

El verdadero renacer del trazado ha llegado esta temporada de la mano del Mundial de Turismos, ya que han debido superar exigentes medidas de seguridad de la FIA junto a otros tantos protocolos para la organización de un evento internacional. Les falta experiencia y un poco de orden. Por mucho que sea un circuito urbano, han de mejorar el acceso a las gradas: para ir de un lado a otro hay que dar varios rodeos, pues de ningún modo te permiten pisar el pit-lane o los pasos inferiores. Se les ha ‘olvidado’ poner pantallas en la pista, lo que hace difícil seguir lo que sucede en otras partes del circuito cuando estás en las gradas.

Es peligroso… ¡ahora lo verás!

WTCC desde dentro: descubriendo Vila Real

Todo sobre el Honda Civic Type R

Estas fueron las palabras - en una curiosa mezcla de italiano y español -  con las que Gabriele Tarquini definió Vila Real justo antes de dar una vuelta al circuito a AUTOBILD.ES.  Tuvimos la suerte de montarnos en el asiento de al lado del Campeón del Mundial de Turismos de 2009 en uno de los nuevos Honda Civic Type R, de nada más y nada menos que 306 caballos de potencia, con los que pudimos acercarnos a lo que sienten los pilotos cuando están dentro de sus coches en este nuevo trazado. La sensación de velocidad entre los muros es bestial y el circuito obliga a tener los cinco sentidos en la pista. Apenas hay rectas y casi todo el recorrido discurre en curvas cerradas y “chicanes” tras las que no sabes lo que te vas a encontrar. Los integrantes de la parrilla del WTCC han tenido que trabajar mucho en el simulador para conocer cada rincón y también analizar curva a curva el trazado, conociendo los puntos en los que mejorar algunas décimas. Uno de los puntos más complicados son los altos pianos que se colocaron en algunas curvas del circuito para obligar a reducir la velocidad. A la máxima concentración hay que sumar el desgaste físico que se produce por las altas temperaturas dentro del habitáculo. Un pequeño descuido, termina con todas las aspiraciones del piloto.

Gabriele, apenas articuló palabra durante la vuelta, totalmente centrado en “domar” por las calles de Vila Real el Type R, un modelo al que Honda ha trasladado su experiencia en competición y que en el circuito se desprende de su disfraz de turismo para convertirse en un verdadero coche de carreras.

Afición incombustible

WTCC desde dentro: descubriendo Vila Real

Banderas en los balcones, pancartas de apoyo a sus pilotos…. y entradas agotadas. Los aficionados portugueses han demostrado este fin de semana vibrar con las carreras. Desde primera hora de la mañana del domingo, el circuito estaba a rebosar, a pesar de los más de 30 grados que nos acompañaron durante el fin de semana. Niños, niñas, adultos de todas las edades… nadie en Vila Real se quiso perder la vuelta de un evento internacional a su ciudad. El gran protagonista, sin duda alguna, fue Tiago Monteiro, el único portugués de la parrilla, que ha tenido la suerte de correr a tan solo unos kilómetros de donde ha crecido y de donde su familia tiene su producción de vino, en Regua. El portugués estuvo  siempre rodeado de los suyos: su esposa, sus hijos, amigos, padres…. En una pequeña comparecencia dentro del hospitality de Honda, comentó que “ha sido una semana muy especial, correr aquí, delante de mis amigos y familia, es muy importante. Vila Real es muy especial, hay mucha historia en este circuito y siempre es una fiesta”. El alcance del evento fue tal que los telediarios nacionales se hicieron eco de todo lo sucedido durante el fin de semana de carreras.

El quinto puesto en la primera carrera, en la que nadie pudo adelantar, fue el mejor resultado del fin de semana para Monteiro. En la segunda manga arriesgó, y podría haberle ido muy bien, pero los Lada salieron muy mal y le encerraron, lo que le llevó a acabar contra las protecciones del circuito. Un abandono siempre es duro, pero mucho más en casa.

La próxima temporada – y al menos otra más -  deberíamos volver a ver los coches del Mundial de Turismos pelear en las calles de Vila Real, un circuito lleno de historia que ha resultado ser un gran descubrimiento.

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