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Los coches de James Bond

Los coches de James Bond son una parte muy importante en sus películas. Ante el inminente estreno de 'Skyfall', la nueva entrega del Agente 007, desde Auto Bild te damos una vuelta en sus vehículos más emblemáticos.

Daniel Craig desembarca en los cines españoles el próximo miércoles 31 de octubre con una nueva entrega del Agente 007, 'Skyfall', con la responsabilidad de salvar de nuevo al mundo. Para ello contará con la inestimable ayuda del emblemático Aston Martin DB5, el mismo modelo que hace más de 40 años Sean Conery luciese en películas como 'Goldfinger' (1964) y 'Thunderball' (1965). Y es que, como se ha podido comprobar a lo largo de la extensa filmografía que aborda las aventuras del espía más famoso al servicio de Su Majestad, los coches de James Bond son parte fundamental de sus éxitos frente a los villanos y, para que omitirlo, con las mujeres.

Martin, Aston Martin. Bien podría ser la frase de uno de los coches de James Bond, si además de ametralladoras, cohetes y clavos retráctiles en las ruedas, el superdeportivo británico tuviera cuerdas vocales y fuera capaz de vestir esmoquin y estrechar la mano con decisión en las fiestas más caras. Es cierto que, a lo largo de los años, el agente secreto por excelencia ha cambiado más de coche que de pareja (y eso que ha tenido unas cuantas). Pero ¿qué se puede esperar de alguien que desde su primera puesta de largo en 1962 le ha usurpado la imagen a Sean Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan hasta a Daniel Craig? Ahora, el Aston Martin DB5 luce orgulloso en la nueva película de James Bond que dirige Sam Mendes, quien además ha manifestado ser fan del modelo desde su infancia.

james bond

Coches que baten marcas antes de arrancar

Todavía es pronto para adivinar si las aventuras del nuevo 007 serán capaces de romper moldes en las taquillas de medio mundo, pero lo que nadie le podrá arrebatar a los coches de James Bond es su trocito de gloria en el Libro Guinness de los Récords, en 'Casino Royale' (2006) su Aston Martin DBS tuvo que dar siete vueltas de campana por exigencias del guión, y las mil y una perrerías que han tenido que padecer a lo largo de todas las películas. El público más veterano todavía se estremece al recordar, por ejemplo, cómo el Lotus Esprit 1 de 'La espía que me amó' (1977) se hundía enterito en el agua (transformándose en submarino), el Renault 11 de 'Panorama para matar' (1958) se partía en dos tras caer por unas escaleras de París (y destrozarse enterito) o cómo una despiadada sierra gigante abría en canal al exclusivo BMW Z8 de 'El mundo nunca es suficiente' (1999) (todavía hoy, la productora jura y perjura que sólo se trataba de una maqueta…).

Un conductor a prueba de balas y de vehículos

Y es que, a la hora de correr delante o detrás de los malos, 007 no es 007 si escatima en derrapadas, abollones o improvisadas cirugías de chapa y pintura sin reparar en gastos, ¡ni en el tipo de 'montura'! Un James Bond como es debido (y todo su séquito de especialistas, claro) tiene que saber conducir coches, pero también motos, aviones, lanchas fueraborda, helicópteros, dirigibles, submarinos, tanquetas, deslizadores... Uno de los vehículos menos dados a persecuciones y que más impacto creó entre los espectadores fue la góndola anfibia que protagoniza una peliculera secuencia en 'Moonraker' (1979), con Roger Moore “al remo”. En cuanto a los coches de James Bond propiamente dichos, parece que sólo los Lotus (seguidos de lejos por los BMW) pueden presumir de hacer sombra a los Aston Martin en la memoria colectiva de los más forófos de 007.

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