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Por qué no debes apagar nunca el motor del coche tras un viaje largo estas vacaciones

Por qué no debes apagar nunca el motor del coche tras un viaje largo estas vacaciones

Una avería muy cara.

Estamos en pleno verano y es la época del año en la que se realizan más desplazamientos largos. Y es en estos casos cuando debes prestar especial atención a la mecánica de tu coche, sobre todo, en una parte muy concreta y delicada. Hoy te explicamos por qué no debes apagar nunca el motor del coche tras un viaje largo estas vacaciones.

El mantenimiento de un vehículo implica acciones como pasar la ITV cuando corresponda, hacer las sucesivas revisiones para realizar el cambio de aceite y filtro, los niveles de los líquidos, sustituir los neumáticos y un largo etcétera. 

Pero también forman parte del correcto mantenimiento de un coche una serie de hábitos sencillos, pero que resultan fundamentales para prolongar su vida útil

El automóvil no ha parado de evolucionar a lo largo de más de cien años, hasta convertirse en auténticas máquinas casi perfectas, provistas de muchísimas tecnologías que, además de hacer la vida más fácil y cómoda a bordo, aumentan las prestaciones y disminuyen los niveles de contaminación. 

 

Uno de los grandes avances en la industria del motor ha sido el turbo, una tecnología que, si bien es bastante antigua, no fue hasta finales de los años 70 cuando empezó a perfeccionarse y generalizarse su uso, motivado por la crisis del petróleo. Una década más tarde, aparecería el turbodiésel, produciendo un cambio de paradigma en Europa. 

El turbo en los motores

Por qué no debes apagar nunca el motor del coche tras un viaje largo estas vacaciones

Desde entonces, los motores turboalimentados han ido aumentando su presencia en la industria. Los motores diésel atmosférico hace décadas que dejaron de utilizarse por su pobre rendimiento. En cambio, aún quedan motores de gasolina de aspiración natural, pero reservado a vehículos pequeños de poca potencia o algunos deportivos.

Actualmente, la mayoría de los coches montan motores turboalimentados que proporcionan algunas ventajas: aumentan las prestaciones y reduce el consumo y las emisiones. Pero, por el contra, también requieren de un especial cuidado, del que no todo el mundo es consciente. 

Es fundamental respetar las fases de calentamiento y de refrigeración del motor. Todos tenemos asimilado que hay que dejar que la mecánica del coche gane temperatura hasta que alcance a la óptima de trabajo. 

Durante ese tiempo, es conveniente no subir mucho de revoluciones el motor y acelerar de manera progresiva para que la temperatura vaya subiendo. De esta manera, se evita el desgaste prematuro de las piezas internar del propulsor. 

Además, ayuda a que el refrigerante circule por el circuito y todos los metales se dilaten y acoplen antes de exigirle al motor una carga de trabajo mayor.

Por qué no debes apagar nunca el motor del coche tras un viaje largo estas vacaciones

Por qué no debes apagar nunca el motor del coche tras un viaje largo estas vacaciones

Tan importante es respetar ese proceso como dejar unos minutos que el motor se refrigere antes de pararlo tras un largo viaje. Sin embargo, muchos conductores, cuando se van de vacaciones y llegan a su destino, aparcan e, inmediatamente, paran el motor. Y esto es un error que puede costarte muy caro.

Generalmente, en viajes largos a velocidades de autopista, los motores turboalimentados requieren después de un breve periodo de tiempo para bajar de temperatura.

No tanto el motor como, más bien, el turbo. A esa carga de trabajo, el turbocompresor gana mucha temperatura y si no le das algo de tiempo para que refrigere corres el riesgo de que los rodamientos sufran y acabe desembocando en una costosa avería.

Al apagar el motor, la turbina del turbo sigue girando y no recibe la lubricación adecuada. Si esto se repite constantemente, terminará estropeándose y estamos hablando de una avería muy seria de varios miles de euros

Por tanto, cuando llegues a tu destino después de un largo viaje, ya sea de vacaciones o por el motivo que sea, al aparcar tu coche no apagues el motor. Déjalo al ralentí durante, aproximadamente, unos dos minutos para que el aceite lubrique el turbo y el resto de piezas y disminuya la temperatura. Así, aumentarás su vida útil. 

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