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La increíble historia del Porsche 901

La increíble historia del Porsche 901

El origen del 911

Cuando se le pregunta a alguien por un coche deportivo, en muchos casos la respuesta es: Porsche 911. El nueveonce ocupa un lugar destacado en la historia del automóvil, convertido en un incono prácticamente desde que apareció. Sin embargo, no nació con ese nombre. Esta es la increíble historia del Porsche 901.

En 1963, mientras Bob Dylan arrasaba con su ‘Blowin' in the wind’ y Gerry & The Pacemakers estrenaban su famosa versión del ‘You’ll never walk alone’, Porsche acudió al Salón de Frankfurt con una importante novedad. 

Se trataba de un deportivo que tenía la difícil misión de reemplazar al exitoso y también mítico Porsche 356, nacido a finales de los 40. Un coche que, en muy poco tiempo, se ganaría un sitio en los corazones de todos los aficionados al motor y se convertiría en uno de los automóviles más deseados, generación tras generación.

La increíble historia del Porsche 901

Para entender el nacimiento del Porsche 901, primero hay que hablar del Porsche 356 ‘Nº 1’ Roadster, el modelo que puso en el mapa a la marca alemana. Este prototipo fue construido en Gmünd, un pueblo austríaco adonde Ferdinand y Ferry Porsche se mudaron durante la Segunda Guerra Mundial

En el estado de Carintia, se fabricaron un total de 53 unidades y el 8 de junio de 1948 el coche recibió el permiso para circular. Finalmente, en 1949, la compañía regresó a su sede, Zuffenhausen, a las afueras de Stuttgart. 

5 frikadas de Porsche que pocos conocen

Este pequeño roadster estaba equipado con un motor bóxer de cuatro cilindros refrigerado por aire, de 1.131 centímetros cúbicos, que producía 35 CV y 69 Nm de par. Gracias a su peso ligero, de solo 585 kilos, era un coche muy veloz para la época, alcanzando los 135 km/h. 

Con el paso de los años, Porsche fue perfeccionando el 356 con varias evoluciones, 356 A, 356 B y 356 C, cada una con tres carrocerías disponibles: Coupé, Cabriolet y Speedster. La vida del Porsche 356 terminó en mayo de 1966, cuando se entregó la última unidad. Para entonces, ya estaba vivo el mito.

Nace el Tipo 901

Su característica silueta ha perdurado hasta nuestros días
Su característica silueta ha perdurado hasta nuestros días

El 356 había colocado a Porsche en lo más alto de la automoción, había cosechado un éxito rotundo. Pero había llegado el momento de encontrarle un sustituto y, a finales de la década de los 50, la compañía empezó a trabajar en ello. 

El futuro deportivo debía cumplir con el mismo requisito que convirtió al 356 en un gran deportivo, un equilibrio entre peso y potencia excelente. Además, debía tener una nueva plataforma, ser más grande y potente, pero, a la vez, más refinado y confortable. 

Ferry Porsche encomendó el diseño del coche al carrocero Reutter, después de unas disputas entre su hijo, Ferdinand Alexander Porsche, y el diseñador Erwin Komenda, quienes había realizado un primer prototipo denominado 754 T7. El proyecto de Reutter fue bautizado como Tipo 901 y presentaba las formas que han perdurado hasta hoy. 

Presentación oficial en 1963

Era un coche mucho más refinado que el Porsche 356
Era un coche mucho más refinado que el Porsche 356

El debut del Porsche 901 llegó por fin el 12 de septiembre de 1963 en el Salón de Frankfurt, dejando a todos los presentes con la boca abierta. El coche mejoraba en todos los aspectos a su predecesor, lo cual, ya era todo un éxito.

Era un coupé 2+2 de 4,16 metros de longitud y una distancia entre ejes de 2,11 metros, que mantenía el estilo que caracterizaba al 356, como los faros redondos, las aletas musculosas y una silueta sinuosa, aunque adaptado a los gustos del momento. 

Tenía un parabrisas más alto, con los limpiaparabrisas inclinados hacia la derecha, el logo de la marca en dorado y mucha superficie cromada en los paragolpes, los retrovisores y la rejilla de ventilación del motor. 

Motor bóxer de seis cilindros y 130 CV. Alcanzaba los 211 km/h
Motor bóxer de seis cilindros y 130 CV. Alcanzaba los 211 km/h

El motor era un bóxer de seis cilindros refrigerado por aire, de 2.0 litros y alimentado por un carburador Solex de triple cuerpo, que entregaba 130 CV a 6.100 vueltas y 174 Nm a 4.200 rpm. Aceleraba de 0 a 100 km/h en casi 9 segundos y alcanzaba los 211 km/h, unas cifras bastante respetables para la época. 

El propulsor se combinaba con un cambio manual de cinco relaciones. Además, el coche contaba con dirección de cremallera y unas suspensiones McPherson independientes en el eje anterior, con brazos tirados inferiores, barra de torsión y estabilizadora, mientras que el eje trasero montaba un sistema de brazos tirados, barra de torsión y estabilizadora. 

Los frenos eran de disco en las cuatro ruedas, como en las versiones más potentes del 356. Con todo esto, el nuevo 901 ofrecía un comportamiento en carretera exquisito, muy asentado al suelo y con un perfecto guiado.

La disputa con Peugeot: nace el 911

Porsche tuvo que cambio la denominación por un enfrentamiento con Peugeot
Porsche tuvo que cambio la denominación por un enfrentamiento con Peugeot

Porsche había fabricado ya 82 unidades del 901, pero, unos meses después de su presentación, cuando la marca estaba a punto de empezar su comercialización, llegó la inesperada queja de Peugeot por la denominación del modelo.

La marca francesa interpuso una demanda, porque, desde 1929, tenía registrados todos los números de tres dígitos con un cero en el centro para sus modelos. Esto obligó a Porsche a cambiar el número por 911.

Lejos de perjudicar la comercialización del coche, el cambio de nombre resultó beneficioso, en parte, gracias a que 911 era el número de las emergencias en Estados Unidos, lo que contribuyó a aumentar la fama del modelo. Acababa de nacer el mito.

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