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La increíble historia del Alfa 24 HP, a 100 km/h en 1910

Alfa 24 HP

Con el Alfa 24 HP, pensado para obtener la mayor velocidad, la marca italiana dominó los Grand Prix y la Fórmula 1 en la primera mitad del siglo XX.

Desde su fundación en 1910, la marca Alfa Romeo ha tenido siempre un vínculo especial con la competición. Su elemento distintivo frente a sus rivales debían ser las prestaciones y el espíritu deportivo y, con esta filosofía, creó uno de sus primeros modelos, capaz de alcanzar los 100 km/h en aquella época. Esta es la increíble historia del Alfa 24 HP.

Oficialmente, la historia de la marca italiana arrancó el 24 de junio de 1910, con la fundación de A.L.F.A (Anonima Lombarda Fabbrica Automobili), aunque su origen hay que buscarlo unos años antes, en un singular personaje francés, Alexandre Darracq.

Darraq dirigía una fábrica de bicicletas en Burdeos, pero pronto se enamoró de los primeros automóviles del siglo XX y empezó a construir coches, con cierto éxito en Francia, además.  Luego decidió exportarlos, abriendo sucursales en Londres y posteriormente en Italia. 

 

En 1906 inició su actividad en Nápoles, pero estaba muy lejos de Francia, no había buenas conexiones y no era rentable, así que se trasladó a Milán, al número 95 del distrito Portello

Sin embargo, además de los problemas logísticos, las ventas de coches en Italia eran reducidas, debido, en parte, al bajo poder adquisitivo. Además, los coches de Darraq eran pequeños, ligeros y económicos, muy del gusto de los franceses de la época, pero carecían de potencia para el público italiano. 

El nacimiento de Alfa Romeo

Fábrica de A.L.F.A en Portello, Milán.
Fábrica de A.L.F.A en Portello, Milán.

A finales de 1909, Darracq liquidó la empresa con sus más de 200 empleados. Sin embargo, no todo estaba perdido. Ugo Stella, director general de la compañía, vio que la compañía todavía tenía potencial y se hizo cargo de la fábrica con la ayuda de algunos financieros lombardos y la garantía del Banco Agrícola de Milán, volviendo a contratar a toda la plantilla. 

En principio, la maniobra podía parecer arriesgada, aunque ya se sabe el dicho: ‘quien no arriesga, no gana’. Pero Stella tuvo una de las muchas intuiciones con las que está salpicada la historia de Alfa Romeo.  Conocía bien su trabajo, había sopesado los riesgos y entendido qué coches deseaban sus clientes. Además, tenía un as bajo la manga: había encontrado al hombre que los iba a diseñar.

Ese hombre no era otro que Giuseppe Merosi, un aparejador que, igual que muchos otros jóvenes de la época (como Darraq) quedó atrapado por la pasión de ese nuevo invento que eran los coches y ya había trabajado en varias empresas del sector.

En otoño de 1909, Stella le pidió que creara dos coches completamente nuevos con potencias de 12 y 24 CV, es decir, más potentes que los Darracq, adecuados a los gustos italianos y con un chasis que permitiera el montaje de carrocerías de prestigio.

En su casa de Milán, en la Via Cappuccio 17, el joven ingeniero trabajó día y noche, y el 1 de enero de 1909 entregó los bocetos del primer automóvil al departamento técnico: era el Alfa 24 HP.

La increíble historia del Alfa Romeo 24 HP, a 100 km/h en 1910

Giuseppe Merosi.
Giuseppe Merosi.

El Alfa 24 HP se creó antes, incluso, del nacimiento de la propia marca como la conocemos hoy. Estaba equipado con un motor monobloque, algo poco común en la época, de cuatro cilindros y 4.0 litros de cilindrada que desarrollaba 42 CV de potencia, con una sola transmisión de cardán en las ruedas traseras. 

Estaba equipado con un robusto bastidor de largueros y travesaños en chapa prensada en C, lo que permitió que carroceros como Castagna, Schieppati, Sala y Bollani desarrollaran versiones aerodinámicas y limusinas para una clientela más exigente acaudalada. 

El Alfa 24 HP apuntaba alto desde el principio: con un precio que rondada los dos años de salario de un trabajador medio en la Italia de 1910, era un coche al que hoy le pondríamos la etiqueta de premium. 

Pero, lo más sorprendente del 24 HP era su extraordinaria relación entre velocidad y confort. Recordemos que estamos en 1910, en los años previos a la Primera Guerra Mundial y las carreteras de entonces no eran como las de ahora. 

Y, sin embargo, el Alfa era capaz de alcanzar los 100 km/h, sin que los ocupantes se resintieran. Se fabricó con tanto esmero y precisión que no sólo iba rápido, sino que también ofrecía las mejores prestaciones en carretera. No es de extrañar que fuera tan bien recibido. 

Un auténtico Alfa Romeo

El Alfa 24 HP Corsa en la carrera Parma-Poggio di Berceto.
El Alfa 24 HP Corsa en la carrera Parma-Poggio di Berceto.

El primer A.L.F.A. ya era un auténtico Alfa Romeo: elegante y deportivo, tecnológicamente vanguardista y con un carisma inconfundible. Esta ha sido la fórmula mágica que ha acompañado a la marca a lo largo de su larga historia y que ha hecho que sea uno de los fabricantes con mayor prestigio.

Pero, decíamos al principio que la firma italiana ha tenido siempre un vínculo especial con la competición. En 1911, Giuseppe Merosi se dio cuenta de que iba por el buen camino y desarrolló una versión de carreras del 24 HP, denominada Corsa.

El Alfa 24 HP Corsa era más ligero, potente y veloz... el equivalente a los modelos actuales bajo las siglas GTA (Gran Turismo Allegerita).

Con este coche, solo un año después de su fundación, A.L.F.A. entró en el mundo de las carreras. La primera victoria llegó en la carrera Parma-Poggio di Berceto, en 1913, de la mano del piloto Nino Franchini, que quedó segundo en la general y primero en su categoría.

A partir de aquí, la marca italiana empezó a especializarse en el desarrollo de coches de carreras, como el Alfa 40/60 HP, diseñado también por Merosi. Al mismo tiempo, carroceros como Castagna desarrollaron prototipos espectaculares como el ALFA 40/60 HP Aerodinamica, capaz de alcanzar los 139 Km/h.

Después de la Primera Guerra Mundial, que coincide con la entrada de un nuevo propietario, Nicola Romeo, la marca se convierte en Alfa Romeo, pero se mantiene fiel a su pasión por la velocidad y la competición.

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