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Prueba Volvo C40 Recharge Twin: complejidad cero

Prueba Volvo C40 Recharge Twin

La salud mental hay que cuidarla la tanto como a la física. Y entre la gran oferta tecnológica que hay en el mercado actual, las zonas de bajas emisiones y los ajetreos cotidianos, es demasiado fácil caer en un estado de angustia constante por no llegar a atender las obligaciones que se te van acumulando cada día. 

¿Te resulta familiar, verdad? Pues para hacer este coche que ves aquí, Volvo ha querido reducir los estreses a la mínima expresión, para que sus clientes sólo tengan que sentarse y conducir, sin pulsar siquiera el botón de arranque ni seleccionar nada más (siempre y cuando esté desenchufado, claro). ¿Así de simple? 

En realidad, lograrlo no ha sido nada sencillo y la inversión para electrificar toda su gama en los próximos años con máquinas así resulta de lo más complejo, aunque suene paradójico. 

Por eso, el sofisticado Volvo C40 Recharge pretende ser un crossover compacto y coupé (lo que suele denominarse más como CUV que como SUV), bonito, premium, agradable de mirar y manejar... pero que sirva para moverse con cero emisiones con la mayor naturalidad. 

Eso sí: su precio no es bajo porque es una marca premium a todos los efectos y parte (acabado Core) de los 48.884 euros, con un sólo motor eléctrico de 231 CV, 330 Nm de par, 433 km de autonomía y tracción delantera. 

A partir de ahí, sí que se vislumbra un claro intento del fabricante sueco por que el cliente encuentre un producto que se adapte a sus necesidades de movilidad, sólo que, curiosamente, en esos 10.000 euros de margen que tienes para equiparlo y personalizarlo, no encontrarás cosas que para algunos resultan indispensables en un eléctrico puro.

Hablamos de modos de conducción o regeneración energética, que según nos contaron desde la marca hace unos meses, ¡sus clientes no los usan! (¿?). 

En cambio, en los acabados Plus (2.376 euros más caro, con algo más de equipamiento) y Ultimate (el tope de gama que probamos aquí, por 5.804 extras) ya puedes optar a un segundo motor eléctrico gemelo, situado en el eje trasero, o lo que es más que para meterse habitualmente por campo-. 

Y creo que justo eso es lo que justificaría el sobreprecio que mencionaba. 

‘Keep calm and'... 

...Relaxing electromovilidad. Todavía me tiembla el cuerpo tras haber probado a fondo el último superdeportivo que ha pasado por el garaje de AUTO y ahora soy yo el que tiene que hacer un gran esfuerzo mental por olvidarme de altas cilindradas, turbos, rugidos monstruosos... y ponerme el chip de la electrificación más calmada, confortable y eficiente. 

"Ooohmmm...". Vuelvo a abrir los ojos y contemplo lo que para mí es uno de los SUV coupé más bonitos y equilibrados del momento. Tiene su mérito que conserve rasgos con los que enseguida lo identifiques con el lenguaje estético más reciente de la marca, al tiempo que presenta formas y materiales de última generación. 

También se agradece que las líneas descendentes desde el pilar B no penalicen demasiado ni la altura del techo para una persona de 1,90 m como yo ni el maletero, cuya capacidad mínima son 413 litros. 

Al volante, los rasgos deportivos dejan paso a cierto toque burgués y refinado, materiales de aspecto más sostenible y un tacto muy agradable y de calidad que invita a practicar una conducción relajada, aunque con el dinamismo -en caso de necesidad- que aseguran los 204 CV de cada eje, para una poderosa aceleración de 0 a 100 km/h en 5,7 s

Todo funciona intachablemente; es un gusto no ocuparte de otra cosa que no sea bajar al garaje y salir; deslizarte por la ciudad sin importarte sus zonas de bajas emisiones; aparcar con las ventajas de un coche con etiqueta Cero -en muchos sitios, sin pagar-; alejarse suavemente con la paz espiritual que da saber que tienes un alcance de más de 440 kilómetros

El coche responde muy bien en todas estas situaciones, es cierto, sólo que se echa en falta un chasis una suspensión más blanda ante las muchas imperfecciones del asfalto urbanita. Tampoco se entiende que en un país como este, por mucha climatización que se tenga a bordo, exista un coche con techo solar panorámico y fijo... sin una cortinilla que mitigue el calor estival ni el frío posterior. 

Pero lo que de verdad rompe mi momento zen es no contar con modos de conducción que me permitan ahorrar batería, ir a vela sin pisar el acelerador o, por el contrario, exprimir al máximo las prestaciones de este Volvo C40

Por lo demás, es un coche que, pese a sus frías pretensiones suecas de sobriedad y practicidad, enamora por su look, su estilo y por la paz que transmite al conducirlo.

Mi opinión

¡A mí sí me gusta jugar con los modos de conducción! Y en un EV, además, puede ser esencial para llegar o no al próximo enchufe. Con todo, aunque no es barato, el C40 Recharge sorprende en todos los sentidos y el 'grip' extra del Twin (tracción total) puede rentar mucho.

Valoración

Nota8

La prueba del Volvo C40 Recharge nos deja claro que es un sencillo pero nada simple crossover pensado para que la electromovilidad no te genere dolores de cabeza.

Lo mejor

Desde el segundo acabado en adelante,puedes elegir tu C40 con uno eléctrico de 231 CV y tracción 4x2 o con dos, para un total de 408 CV y 4x4.

Lo peor

Algunas situaciones piden a gritos algún modo de conducción: no poder 'ir a vela' en llano, ni reteniendo en descensos...

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