Prueba del Volkswagen Arteon Shooting Brake

De entrada tenemos que decir que no nos parece lo más acertado que nos dejen un coche de prueba en color gris… un día gris de diciembre. Vale, digamos que este Volkswagen Arteon Shooting Brake es más bien plateado, pero sigue siendo un color demasiado sobrio para un producto tan atractivo. Por más que, visto su precio (nuestra unidad roza los 70.000 euros) muchos de sus potenciales compradores pinten canas. 

En cualquier caso, nos hubiera ido mucho mejor para la sesión de fotos del nuevo Volkswagen que nos los hubieran prestado en el vibrante rojo Kings Red o el hermoso azul “Martín Pescador” de la gama, que casaría más con el espíritu ‘lifestyle’ del que quiere impregnarse la marca. 

Más largo que el Passat

Pero dejando aparte los colores, no cabe duda de que el Arteon familiar entra por los ojos. Mide 4,87 de largo, por lo que supera en nueve centímetros al Volkswagen Passat Variant. El maletero cubica de 565 a 1632 (Passat: 650 a 1780 litros).

Dentro del maletero, por cierto, hay mucho refinamiento y practicidad: todo está alfombrado, hasta la zona de la rueda de repuesto,  y posee dos ganchos extraíbles para las bolsas de la compra, y una bandeja que se desplaza en dos fases. Una pena que tanto mimo se vea eclipsado por una boca de carga más alta de lo deseable. 

Por dentro

Con sus 2,84 metros de distancia entre ejes, solo podemos esperar mucho espacio en su interior, y así es: cuatro tipos de 1,90 metros viajan muy relajados en el Shooting Brake, con tanto espacio para las piernas y la cabeza como facilidad para entrar.

Pero delante, uno tiene la sensación de estrenar un piso nuevo al que se ha llevado el viejo sofá de sus padres. Lleva el sistema de navegación del Golf 7, sin control giratorio de volumen. Y el head-up display opcional no se refleja en el parabrisas, sino que es un panel transparente sobre el salpicadero. 

A su favor: amortiguadores de gas para abrir el capó como en los viejos tiempos, y asientos deportivos comodísimos, con configuraciones eléctricas de 14 posiciones para el conductor (opcional).

¡En marcha!

El Arteon es un digno representante de la plataforma modulable MQB (Golf and Co). Filtra el asfalto muy bien, gracias a los amortiguadores adaptativos opcionales con un amplio abanico entre deportividad y comodidad, por lo que nunca resulta duro, ni con las enormes ruedas de 20 pulgadas. Y gracias a la tracción total siempre mantiene el agarre, la sensación al volante es de seguridad total. 

Hablando de volante: la dirección es siempre muy precisa, funciona de forma lineal; el coche simplemente hace todo lo que le dice que haga, es siempre predecible y controlable.

¿Y el motor?

Un diésel bien aislado, capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y 6,3 litros de media en  la vuelta de prueba AUTOBILD. Y si en vez de aprovecharte de la Autobahn alemana sin límite de velocidad te mantienes por debajo de los 130 km/h, incluso puedes hacer consumos con un 5 por delante. 

¿Todo bien? No.. porque le cuesta coger brío. A la salida de los semáforos,  parece que pasa una eternidad antes de que suceda algo. 

Conclusión

¿Familiares bonitos? El Shooting Brake demuestra que es posible. Este Arteon combina cualidades de familiar con elegancia, y su buen comportamiento se lo debe a la plataforma modulable. Pero rondar los 70.000 euros, nos parece demasiad. Más si tenemos en cuenta que su sistema multimedia ya está algo desfasado.