Vídeo: prueba Vespa Elettrica 2020, un juguete para no bajarte nunca

En un momento en el que las restricciones a la circulación aumentan en muchos municipios, te ofrecemos en este vídeo la prueba de la Vespa Elettrica 2020, un juguete para no bajarte nunca... y amortizarlo todo lo posible por la ciudad.

Ante todo, es una Vespa esta eléctrica. Y eso se nota fácilmente desde el momento en el que la ves, aunque estés a muchos metros de distancia. Entonces, también es fácil darse cuenta de que no es una Vespa Primavera normal o que ni siquiera se trata de un vehículo de combustión. En primer lugar, porque carece de tubo de escape; y en segundo, porque los laterales -en el ribete, el asiento y las llantas- son de un color llamativo para dejar las cosas muy claras. 

Si ya te acercas y la miras con más detalle, en la rueda delantera puedes apreciar el sistema de regeneración para la frenada que hay junto al disco delantero. Detrás, también destaca el motor eléctrico de 4 kW, cuya batería de ion-litio (debajo el asiento, que es biplaza) se carga (con el enchufe que hay oculto bajo el que sería el depósito de gasolina) en unas cuatro horas.

La autonomía que se consigue es de de unos 100 km, aunque todo depende, como sucede en cualquier coche eléctrico, de tu forma de conducir. 

Para optimizarla al máximo, la pantalla TFT del cuadro incluye un potenciómetro que se mueve en tiempo real, así como diferentes ratios parciales de gasto de energía, autonomía estimada... y dos modos de conducción (Power -hasta 49 km/h- y Eco -hasta 30-) que se activan, a moto parada, al igual que la marcha atrás, pulsando unos segundos el botón 'Maps' del puño derecho. 

Como te contamos en el vídeo de esta prueba de la Vespa Elettrica 2020, con homologación L3, se trata de una moto tremendamente manejable con prestaciones similares a la de un ciclomotor pero con carné A1 o B de coche, para no bajarse de ella en ciudad, que el coste por kilómetro de desplazamiento sea muy reducido... y que puedas amortizar en algún momento su precio de compra. ¡El estilo y la tradición se pagan hasta en la era eléctrica!