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Prueba: Toyota Aygo X Cross, candidato para ser tu primer SUV

Más largo, ancho y alto, el Toyota Aygo X Cross sigue dominando la ciudad con un aspecto más de todocamino que le abrirá las puertas a más público. Su motor es modesto, pero suficiente

La espantada de marcas del segmento microurbano es más que evidente y solo fabricantes como Kia, Hyundai o Suzuki siguen apostando por él. Toyota también, y por eso he querido probar a fondo el Toyota Aygo X Cross.

Como novedad, para empezar, añade la denominación 'X Cross' y adopta una carrocería más elevada y con un claro carácter SUV. Como sabes, este es un modelo completamente nuevo (sustituye al anterior Aygo a secas) y se basa en la plataforma acortada del actual Yaris

Eso reporta al Toyota Aygo X Cross suculentos beneficios, ya que es más ancho, más alto y ligeramente más largo, y por tanto, más capaz en su interior, aunque luego veremos que no en todas las filas. 

 

Así es el Aygo X Cross por fuera y por dentro

Por fuera, en el pequeño Toyota Aygo X Cross destacan su pintura bicolor y sus enormes pasos de rueda (las llantas son de 18 pulgadas), con protectores de plástico que redundan en esa idea de dar una imagen más aventurera. 

La sensación desde aquí fuera, en cualquier caso, es de ser más coche y de casi colarse en el segmento del Yaris. Pero esa idea desaparece cuanto te metes en su interior. 

Está claro que el habitáculo en la fila delantera ha mejorado su presentación y, en este completo acabado Chic, no vas a echar en falta nada (con asistentes a la conducción más propios de segmentos superiores), pero no hay milagros en la fila trasera...

Por espacio para las piernas y para la cabeza no es muy recomendable si vas a hacer trayectos largos (los asientos distan también de ser los más cómodos). 

En cuanto a la capacidad del maletero, esta sí que me parece más que meritoria, porque aumenta su volumen de unos escasos 168 a unos más útiles 231 litros (829 con los respaldos traseros abatidos).

En resumen: supera las cotas del anterior Aygo y eso redunda en su capacidad. Delante está bien; detrás, el hueco es escaso. El maletero mejora en mucho.

Motorización Toyota Aygo X Cross

Me pongo en marcha. En la gama solo dispondrás de un motor, el viejo conocido 1.0 de tres cilindros atmosférico y sin electrificación con 72 CV de potencia y 94 Nm de par. ¿Suficientes? Lo son, siempre y cuando te muevas por ciudad. Es su escenario preferido, porque es verdad que al salir a carretera abierta y autovía se muestran escasos y no te permiten adelantar con solvencia. 

En lo que siempre destaca este bloque de gasolina es en el consumo, ya que es complicado superar los 6,0 litros a los 100 km en un uso normal. 

Eso sí, resulta extraño que un especialista en la ciudad solo ofrezca la etiqueta C de la DGT. Un sistema mild hybrid le vendría bastante bien.

Comportamiento Toyota Aygo X Cross

En esta prueba también me ha sorprendido lo ágil que es, algo que se siente cuando pisas el acelerador en marchas cortas. 

Sus poco más de 1.000 kilos ayudan a salir rápido de los semáforos y a moverte entre el tráfico con facilidad, con una dirección que aporta lo suyo, ya que con 9,4 metros de diámetro de giro darás la vuelta en un palmo. 

Precio y rivales nuevo Aygo X Cross

No tiene muchos rivales, pero entre ellos hay que citar a un Fiat Panda en su versión City Cross, con una presentación no tan moderna (pero una eficaz tracción integral) o el Suzuki Ignis, con etiqueta ECO y también la opción a la tracción integral. En ambos casos, el precio juega más a favor del Aygo X Cross.  

El acabado Chic del Toyota Aygo es caro, pero trae absolutamente todo de serie, con un equipamiento más propio de segmentos superiores. Su precio, no es una ganga (17.150 euros), aunque la gama arranca en unos más razonables 14.400 euros

Valoración

Nota6.5

Ponemos a prueba el nuevo Toyota Aygo X Cross, el microurbano japonés que da un claro giro hacia la estética todocamino, pero para un uso 100% urbano.

Lo mejor

Interior alegre y bien equipado, gasta poco y ofrece una respuesta suficiente en ciudad.

Lo peor

Es un urbano convencido, aunque la etiqueta C le condiciona en las zonas más restringidas de las grandes ciudades. Espacio atrás muy escaso.

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