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Test de remolque Hyundai Santa Fe 2.2 CRDI

Su flamante y poderoso turbodiésel proporciona al Hyundai nada menos que 197 CV y 421 Nm de par. Eso lo convierte, en teoría, en un caballo de tiro magnífico… aunque no es oro todo lo que reluce. ¿Cómo saldrá parado en este test de remolque Hyundai Santa Fe 2.2 CRDI?

Tres toneladas es un montón cuando las pones a remolque de cualquier coche. Y es que pocos son los todoterreno de verdad capaces de esa hazaña… Los SUV fabricados como turismos corrientes fracasan sin remedio si los pones al frente de esta tarea. Sin embargo, la compañía asíatica no duda en enfrentar al test de remolque al Hyundai Santa Fe 2.2 CDRI y asegura que es capaz de subir cuestas de un 8%. Visto así, no parece que haya problemas con las dos toneladas del remolque.

Lo cierto es que la primera impresión no está nada mal. El nuevo diésel, una plataforma de la central de desarrollo europea que también emplea el Kia Sorento, tira con ganas desde ralentí si sabes apañártelas bien con el embrague. El Hyundai Santa Fe también consigue arreglárselas sin problemas en tareas tan exigentes como dar marcha atrás cuesta arriba en terrenos complicados. Sin embargo, en cuanto vuelvo a pegarle otro acelerón, la cosa se me va un poco de las manos y caigo entonces en la cuenta de que si mantengo el pie en el acelerador, el coche se agita como si fuera un automóvil de tracción delantera de los baratos. La tracción integral se ve abrumada por el potente par motor del nuevo motor turbodiésel.

El siguiente paso en este test de remolque del Hyundai Santa Fe es someterlo a la cuesta de prueba de siempre: el todocamino empieza a comportarse exactamente igual que el Kia Sorento, su hermano de plataforma: si arrancas despacito y embragas con mucho cuidado, no tendrás problema, pero el embrague empieza a echar humo. Si arrancas con mayor ímpetu, las ruedas delanteras empiezan a derrapar y la tracción integral no tira con determinación de las ruedas traseras. El ESP entra muy rápido, pues supone que hay algún tipo de situación crítica, trata de evitar el derrape y le cierra el grifo al motor… que desaparece del combate al instante. Enganchar la tracción integral con el botón 4WD Lock tampoco lleva a nada, ya que el embrague de discos múltiples es demasiado débil para ofrecerle suficiente potencia al eje trasero.

Lo que tienes que hacer en este caso es apagar el ESP: las ruedas delanteras derrapan, pero consiguen lanzarse a la batalla… hasta que, pasados unos segundos, se sobrecalienta la transmisión y se acabó lo que se daba. El piloto anaranjado de la tracción 4x4 parpadea y no te queda más remedio que ponerte a esperar hasta que el sistema del Santa Fe se enfríe... Porque tirar solo con la tracción delantera no vale para nada.

Todo esto me llama un montón la atención sobre todo porque no pasaba con el modelo anterior de 155 CV. Por suerte, el Hyundai Santa Fe 2.2 CDRI no tiene problemas para tirar de dos toneladas en cuestas de hasta un 12%... da igual que el terreno esté mojado o poco firme.

Si evitas este tipo de situaciones, estoy seguro de que conseguirás utilizar el Hyundai como mulo de carga con pesos mayores y muy cómodamente. Su equipamiento es generoso y cumple con las necesidades de los conductores que utilizan remolque normalmente. El motor empuja bien y no consume demasiado porque tira poco de revoluciones. El chasis es muy cómodo, pero reacciona con demasiada sensibilidad cuando tiene poca carga de apoyo. Si le pones la correcta, el balanceo se mantiene más o menos a raya y no echo tanto de menos que el ESP no disponga de una función de estabilización de remolque.

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Su flamante y poderoso turbodiésel proporciona al Hyundai nada menos que 197 CV y 421 Nm de par. Eso lo convierte, en teoría, en un caballo de tiro magnífico… aunque

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