Prueba Skoda Karoq 2017 1.6 TDI 115 CV Ambition: convence

En el mes de abril pasado, AUTOBILD.ES fue uno de los dos medios españoles que tuvo la oportunidad de probar varias unidades preserie del nuevo Skoda Karoq. Y ya entonces quien firma estas líneas se llevó una muy grata primera impresión, no solo a nivel estético, sino sobre todo en lo que al apartado dinámico se refiere. Unas buenas sensaciones que han terminado de cristalizar al conducir la versión de serie definitiva. Aquí tienes la prueba del Skoda Karoq 2018 1.6 TDi 115 CV Ambition.

En cuanto al primer apartado, el del diseño, solo cabe aplaudir la decisión de Skoda de olvidarse de las líneas cuadradotas y algo vulgares que gastaba el Yeti –modelo al que sustituye en cuerpo y alma– por el traje –en formato mucho más proporcionado– del Kodiaq, el SUV grande de la marca checa. Eso sí, a pesar de que los responsables de diseño de Skoda se empeñan en destacar las “grandes diferencias” existentes entre un Karoq y un Seat Ateca –primo hermano del checo–, centradas en el pilar C, así como en los grupos ópticos delanteros y traseros, lo cierto es que a cierta distancia y en movimiento, hay que ser un auténtico lince para saber distinguir uno de otro. Sea como fuere, lo cierto es que el diseño de líneas conservadoras del Karoq –marca del consorcio– es una buena receta que a todas las marcas del Grupo VW le funciona.

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Por dentro sí que hay notables diferencias. En primer lugar por las soluciones ‘simply clever’ que, combinadas con el generoso número de huecos portaobjetos, son un gran acierto para viajar en familia. Aunque, sin duda ninguna, el gran aspecto distintivo y joya de la corona –heredada del Yeti, todo sea dicho de paso– es el sistema de asientos VarioFlex (320 euros en opción), consistente en que la fila trasera se divide en tres plazas individuales que se pueden desplazar longitidunalmente de forma individual (hasta 150 mm), plegar en varias posiciones e, incluso extraer fácilmente. Además, si, por ejemplo, se extrae la plaza central, los asientos exteriores pueden desplazarse hacia el centro 80 mm. ¡Chapó, señores de Mlada Boleslav! Y precisamente gracias al sistema VarioFlex, el maletero, con un volumen mínimo de 521 litros y un máximo de 1.630, puede ampliarse hasta los 1.810.

El nuevo Skoda Karoq está disponible inicialmente con 4 motores: dos gasolina TSI (1.0 triclíndrico de 115 y un 1.5 con desactivación de cilindros de 150 CV) y dos diésel TDI (1.6 de 115 CV y un 2.0 de 150 CV). He estado probando el 1.6 TDI de 115 CV asociado al cambio automático DSG. A bajo régimen al 1.6 TDI le falta el brío del 2.0 TDI, pero en carretera a partir de las 2.000 vueltas es un portento, sobre todo gracias al cambio DSG, con levas en el volante. Hay que destacar que es un poco ruidoso, y las turbulencias en los enormes espejos retrovisores generan un ruido un poco molesto en el interior. Es una pena que el Virtual Cockpit –llegará en 2018– solo estuviera disponible en la versión 2.0 TDI 150 CV 4x4, para haber tenido más tiempo para trastear con él.

El balanceo del Karoq en curvas es limitado gracias al Control Dinámico del Chasis (DCC) y a pesar de su peso (casi 1,5 toneladas), el conjunto se detiene firmemente. Las suspensiones filtran bastante bien, máxime si se tiene en cuenta que la prueba se ha realizado en las carreteras secundarias de la isla de Sicilia, en un estado lamentable. En cuanto al consumo, a pesar de someterlo a un fuerte ritmo, se quedó en unos correctos 6,4 l/100 km, eso sí lejos de los 4,5 oficiales.

Con respecto a precios del nuevo Skoda Karoq, está disponible desde 19.700 euros para la versión 1.0 TSI Ambition con cambio manual (no hay acabado de acceso; 21.700 con DSG), que incluye 3.700 euros en equipamiento (climatizador bizona, Care Connect, pantalla táctil de 8’’, Front Assist, cámara trasera…).