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Prueba Renault Scénic 2017 110 dCi EDC

En esta prueba del Renault Scénic 2017 110 dCi EDC he podido comprobar las bondades de esta cuarta generación. Aunque, como es obvio, también existen cosas que deberían ser pulidas…

Renault se adelantó a su tiempo presentando el primer monovolumen, un segmento que tuvo un boom increíble y que con los años se ha ido deshinchando por la fuerza con la que han entrado los SUV. Años más tarde, la compañía del rombo introdujo en el mercado un monovolumen de dimensiones más compactas que las del Espace. Y precisamente es ese vehículo el que pruebo, el Renault Scenic 2017 110 dCi EDC.

Esa imagen aburrida, característica de la mayor parte de este tipo de vehículos, ha dado paso en esta cuarta generación a una más moderna, más atractiva y desenfadada, e incluso deportiva gracias a esos grandes zapatones de 20” con neumático de sorprendente poca anchura: 20” 195/55. Sus faros afilados, su enorme logotipo y el techo, que tiene una caída en su parte posterior y que porta un color diferente al del resto de la carrocería -lo mismo ocurre con los retrovisores-, hacen el resto.

Prueba Renault Scénic 2017 110 dCi EDC

El mismo camino ha seguido la centenaria compañía en el interior. En él destaca la enorme pantalla de 8,7 pulgadas desde la que se controla el sistema de infoentretenimiento Renault R-LINK 2. Lo cierto es que le da un aspecto futurista, minimalista, pero también de calidad. Lo que no me gusta es que obligue al conductor a controlar la gran mayoría de las funciones desde dicha pantalla. Por ejemplo, para el encendido y apagado del sistema de climatización, algo que debería ser fácil de accionar, es necesario acceder a su correspondiente menú si se está en otro. Por eso, desde mi humilde punto de vista, creo que existen botones físicos que no se deberían suprimir. Pero al César lo que es del César: la gran mayoría de marcas siguen la misma tendencia.

La practicidad de las generaciones anteriores se ha medio esfumado. A esto se suma que es uno de los monovolúmenes con menos espacio para los pasajeros de las plazas posteriores, pasajeros que ya no podrán disfrutar de esos asientos independientes de los que presumía el modelo previo. Eso sí, las banquetas, que están divididas en dos partes, se pueden mover de forma longitudinal. Con esta función, la capacidad del maletero se puede ver ampliada a 506 litros, 69 más que el Scenic de 2009. Asimismo, los respaldos se pueden abatir de forma automática con el sistema One Touch con tan solo pulsar un botón.

Los rivales del Renault Scénic 2017

Gracias a la prueba del Renault Scenic 2017 110 dCi EDC he podido confirmar la buena asociación que realizan motor y cambio. El propulsor diésel de 110 CV es suficiente para mover el vehículo por ciudad y carretera con cinco ocupantes. Otra cosa es que vaya cargado de equipaje, donde su fuerza es escasa para afrontar subidas de moderada inclinación. Para ello está el modo ‘Sport’ que ofrece el sistema Multisense, aunque no termina de solucionar la papeleta. Así que si tu intención es viajar hasta los topes de forma frecuente, te recomiendo que optes por el motor de 131 CV, aunque olvida el excelente cambio automático, porque con este bloque no existe la opción.

El nuevo Scenic es una muy buen opción de compra por su diseño, tanto exterior como interior. El espacio de las plazas traseras es algo justo, no así el delantero, que es más que amplio. El motor 110 dCi con el cambio EDC funciona realmente bien, pero si demandas más fuerza, puede que se te quede corto. Para ello Renault ofrece el 130 dCi, pero sin cambio automático.

Valoración

Nota7

En esta prueba del Renault Scénic 2017 110 dCi EDC he podido comprobar las bondades de esta cuarta generación. Pero también existen cosas que deberían ser pulidas…

Lo mejor

Imagen exterior distinta pero acertada. Interior con buena calidad percibida.

Lo peor

Espacio en las plazas traseras. Respuesta del motor con el coche cargado.

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