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Prueba Norton Commando 961 Sport: vibrante exclusividad

Prueba Norton Commando 961 Sport MKII
No hay otra igual. No pasarás desapercibido... si tu bolsillo te lo permite.

Llevo muchos kilómetros con coches y motos a lo largo de mi vida personal y profesional. Por ello, valoro especialmente los vehículos clásicos, los exclusivos, los raros... y todo artilugio con ruedas que pueda ser medianamente distinto, especial... Así que esta prueba de la Norton Commando 961 Sport MKII, una vibrante y exclusiva motocicleta, me ha gustado especialmente por aquello de que la protagonista es mucho más que una neoclásica o neorretro de la renacida marca británica.  

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Norton desapareció oficialmente en la década de los 80 y, aunque uno las ha visto por ahí, en concentraciones y museos, sus motos siempre llaman la atención hasta por lo bonitas que resultan. Si ya las oyes arrancar, puedes sentir la esencia de lo que era una moto naked, sin más, de décadas bastante anteriores y extrañar esas sensaciones de rudeza, vibraciones y pilotaje sin ningún tipo de ayuda electrónica.

Pues bien, los tiempos cambian, hay que pasar normativas antiemisiones y no jugársela en cada curva con unos neumáticos imprecisos o un par de frenos de tambor. Así que... ¿cómo no agradecer que, a diferencia de lo que sucede con los coches, haya motos antiguas de verdad que se modernicen un poco para poder viajar así en el tiempo? Sin duda, esto es lo que ha sucedido en el enésimo -y parece que más prometedor- esfuerzo por hacer renacer esta marca legendaria.

Entra (también) por los ojos

Lo primero que hago para probar esta Norton Commando 961 Sport MKII, es vibrar yo también con la exclusividad de sus formas. El motor bicilíndrico en línea de 961 cc y 79,9 CV sobresale impoluto a ambos lados del chasis de tubo de acero que también le da un toque distinto hasta por sus formas. Este bloque parece levantar un poco el bonito depósito de 15 l de capacidad (seguro que no nos sobra ninguno al meterle muchos kilómetros) en el que luce el logo de la firma. Me gusta, pero no está rematado con la calidad que se espera de una moto que vale lo que esta, igual que en las tapas laterales donde aparece el modelo.

Prueba Norton Commando 961 Sport MKII
Álex Aguilar
Prueba Norton Commando 961 Sport MKII
Álex Aguilar

Bueno, sigamos con el aspecto 'físico': faro redondo, asiento cómodo de 810 mm, colín monoplaza (la plaza para el acompañante también es un extra)... El bordado de esta zona sí que es acorde con lo que se espera de esta moto clásica; las líneas de escape, también; el piloto trasero, pse... El guardabarros delantero de carbono le da un toque, pero seguro que encarece injustificadamente el conjunto sin necesidad alguna.

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En cuanto a la suspensión, la horquilla invertida y el conjunto trasera llaman mucho la atención en todos los sentidos. Estéticamente, resultan un poco 'pegote', aunque a mí no me disgustan en absoluto y está bien que esta Commando saque pecho de avances en seguridad respecto a su homóloga de los años 60. 

Contacto (con el pasado) y a disfrutar

La postura resulta inclinada hacia delante y uno tiene que buscar el cambio con el pie izquierdo en una posición bastante poco natural y no regulable. Pulso el motor de arranque y empieza el 'baile': aquello suena, vibra y se tambalea como hacía mucho que no notaba en una motocicleta. ¡Bien!

El embrague es una roca y acentúa más la sensación monolítica y de hierro que proporciona esta moldura. ¡Bien, bien! Tanto es así que entre que este gigante de dos 'calderos' está frío y la maneta izquierda no dispone de asistencia electrónica alguna, la Norton Commando se me cala. Y busco sin querer el starter que, obviamente, al contar con un propulsor de inyección Euro 4, no tiene. Hay que quererla así.

Prueba Norton Commando 961 Sport MKII
Álex Aguilar

Acelero y las piezas y yo nos vamos adaptando el uno al otro. Las obligaciones mandan y antes de salir a carretera tengo que hacer unas gestiones improrrogables en el centro de la ciudad. Así que el único partido que le saco a semejante monstruo es el hecho de aparcar en la puerta de varios edificios públicos, ya que la maniobrabilidad y la ligereza de este monstruo de casi mil centímetros cúbicos no son sus puntos fuertes. Tampoco es una sorpresa, ¿eh? 

Tres semáforos en verde, carretera abierta, dos intentos involuntarios de meter una sexta que no hay... y ahora sí: esta moto empieza a soltarse la melena de menos a más y a respirar. Yo sigo embelesado con el sonido de su motor, aunque a 120 km/h tampoco es cuando más se disfruta. 

Así que, en cuanto puedo, pongo el intermitente en busca de vías secundarias y paisajes, que ambos los necesitamos con urgencia. A velocidades moderadas es cuando engranar marchas se convierte en un placer, al igual que la respuesta de esta moto. El motor parece ahora más afinado en comportamiento y decibelios; la suspensión también hace su 'solo' en busca de protagonismo y, sin excesos, la verdad es que encaja bien en la sinfonía de sensaciones. 

No es una motocicleta deportiva ni encaramado a ella te apetece tumbar demasiado en las curvas ni ir al ritmo de ninguna R naked que te encuentres por el camino. Hasta en esto, la prueba de esta Norton Commando 961 Sport MKII deja claro que esta moto es exclusiva, que marca el ritmo como quiere, que es diferente a casi todo lo demás.  

Norton España 3
Norton España 3
Norton España 2
Norton España 2

Por último, queda hablar de otro importante instrumento para sacar el máximo partido a esta Norton: los frenos. También aquí se nota que los años han pasado para bien y que lo cortés no quita lo valiente: grandes discos (dos delante de 320 mm y uno de 240 mm, detrás), rúbrica Brembo, ABS... La brusquedad aquí también está patente, sólo que la efectividad cuenta y mucho y esto, cuando se trata de detenerla, mejora y mucho la confianza. 

Prueba Norton Commando 961 Sport MKII
Álex Aguilar

Toca parar un rato por la sierra de Madrid y tomar un buen caldo junto a esta Norton Commando 961 de nuevo cuño pero clásica esencia. Como ves más arriba o en la web, la hay en otros colores. Reconozco que la Negro Galáctico es mi debilidad, aunque esta Gris Titanio llama la atención a todo el que la mira y, sobre todo, la escucha. ¿Es nueva? ¿Es antigua? ¿Cuánto cuesta? ¿Dónde se vende? 

Bien, pues hay que dejar claro siempre que es antigua pero recién fabricada. Además, que como la marca está vivita y y coleando, en su catálogo dispones de otros modelos (mira la foto inferior) igual de interesantes que ya iremos incluyendo aquí en AUTO BILD. 

Norton España 4
Norton España 4

Y bueno, también hay que comentar siempre que su precio no es precisamente lo mejor de esta exclusiva y vibrante motocicleta, porque el hecho de de uno 'vibre' de arriba a abajo y se erice nada más bajar al garaje o con al retorcer el acelerador y sentir su buen par desde abajo (67 Nm de par máximo a 6.500 rpm) tiene un coste. 

El precio de la Norton Commando

Así pues, el precio de la Norton Commando 961 Sport MKII es de 18.695 euros, nada más y nada menos. Y, si quieres personalizarla y hacerla aún más tuya, pues la cosa se incrementa. Pero es el precio de sonreír cada mañana o cada fin de semana, de que te miren, de tener una de las pocas motos antiguas sin las complicaciones de las clásicas (consumo de menos de 5 l a los 100 km, 106 g/km de emisiones, Euro 4...) que existen en el mercado... y de marcar tu propio estilo con una firma única y legendaria que ahora vuelve con fuerza y que rara vez te encontrarás en los semáforos. Y que si lo haces allí o en un bar motero a cientos de kilómetros de la ciudad... te aseguro que tendrás un buen rato de conversación de esta tu (y nuestra) pasión. 

Por cierto, si después de esta prueba de esta Commando te animas a probar una, que sepas que, además de la web, en la que encontrarás el catálogo completo, Norton Motorcycles acaba de abrir su primera tienda oficial en Madrid, inauguración a la que estuvimos invitados tan solo hace unos días. ¿Gustas?

Valoración

Nota7

Probamos la Norton Commando 961 Sport MKII, una vibrante y exclusiva motocicleta neoclásica o neorretro de la renacida marca británica que ya se puede comprar.

Lo mejor

Marca legendaria, sensaciones de una clásica, estética.

Lo peor

Brusquedad, acabados, dureza del embrague e imprecisión del cambio.

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