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Prueba Mini John Cooper Works Countryman 2017: ¿te atreves?

Hemos probado el Mini John Cooper Works Countryman 2017 un apetecible puzzle de colores, prestaciones y sensaciones que tiene muchos objetivos, entre otros, conquistar a quienes necesiten espacio, polivalencia, transitar por todo tipo de superficies... sin renunciar a la deportividad ni al buen gusto. ¿Te atreves a conducirlo? Estas son nuestras primeras sensaciones al volante de este curioso vehículo por carreteras de Mallorca.

El crossover de la firma inglesa se hace más atractivo y musculoso que nunca y ofrece un auténtico puzzle de conceptos apetecibles con ese barniz premium en calidad y estética que ya es marca de la casa británica. Y en esta primera prueba del Mini John Cooper Works Countryman por carreteras de Mallorca, hemos constatado lo complicado que es encajar todas las piezas que te cuanto a continuación y el buen trabajo que se ha hecho aquí.

Familiar y aventurero

El Countryman remite por su nombre a campo, a aventuras en familia, a espacio interior. Y ya no es el chico raro de la gama, pues lleva unos cuantos años entre nosotros y su estética resulta de lo más cercana e identificable (como buen Mini), gracias en parte a su éxito en el mercado y, en menor medida, pero también, a sus hazañas en el Rally Dakar, por ejemplo.

Mini John Cooper Works Countryman

La verdad es que le echas un vistazo y te apetece subir en familia, pero mientras otros cargan mentalmente el maletero o se fijan en el espacio interior que hay para cucos y sillitas infantiles, yo no puedo evitar fijarme en sus apéndices aerodinámicos, la doble salida de escape, el difusor, los elegantes semibaquets que hay en su interior o en ese logo "John Cooper Works" que no puede decepcionar... Así que, con la llave en el bolsillo, aprieto el botón rojo (literalmente, de encender el motor, situado en el centro de la consola) y la mecánica ya avisa de que nos vamos a divertir. 

4x4 de verdad

En un momento en el que los SUV compactos están tan de moda y algunos no son más que un utilitario o un compacto con unas cuantas molduras de plástico y algunos milímetros más de altura al suelo, en el mejor de los casos, Mini ofrece este compacto XXL con una tracción integral no permanente que, aunque no le confiere una sensación de big-foot como los grandes todoterrenos 'de verdad' si te permite un agarre real y efectivo en todo tipo de situaciones. 

Su sistema ALL4, asociado al control de tracción DSC, es una solución inteligente para no perder dinamismo ni penalizar el consumo en zonas fáciles (autopista, ciudad, asfaslto seco...) y se emplea a fondo al repartir el par entre las cuatro ruedas en función de las circunstancias, según cuál de ellas pierda agarre.

Prueba del Mini Countryman 2017.

Durante nuestra toma de contacto, esto sucedió muchas veces a pleno sol, cuando forzabas el conjunto en carreteras de montaña y querías salir de las curvas más cerradas dando gas. Y funcionaba, vaya que sí... 

Agilidad

Pero la mejor transmisión del mundo no funcionaría con dos o cuatro ruedas motrices sin un motor adecuado a su 'sobrepeso' respecto a un Mini normal o sin un tarado de suspensiones adecuado. En esta prueba del Mini John Cooper Works Countryman notas en cualquier momento el empuje de su motor de gasolina de 1.998 cc y 231 CV, con una entrega del par máximo desde las 1.450 rpm.   

Comodidad

Dinámicamente este coche te permite muchas posibilidades de conducción y una curiosa polivalencia en su uso, según las circunstancias.

Al arrancar, con el modo Eco conectado por defecto, puedes recoger a varias personas y hacer un viaje muy agradable, en modo automático, con su caja de 8 velocidades (un extra, pues la de serie es manual de 6, que reduce consumos oficiales de 7,4 a 6,9 litros a los 100 km/h y las emisiones, de 169 a 158 g/km) y mucha 'tecnología práctica' y confort:

Navegador, park assist con radares y cámaras, asistente anticolisión, alerta de colisión al detectar peatones con pre-frenada de emergencia, control de crucero adaptativo, head up display que proyecta la información sobre el salpicadero (digo "sobre", porque el visor queda un poco bajo y lo ves más en ese punto que en la luna delantera, aunque no pierdes información) y la tecnología Mini Find Mate, que permite una gran conectividad sobre una pantalla enorme de 8,8 pulgadas enmarcada en el típico 'display' circular de Mini en el centro de la consola. 

Deportividad John Cooper

Pero no hemos venido hasta la isla de Mallorca para charlar del buen tiempo que hace (que lo hace) y meter todo el equipaje de playa en su gran maletero, sino que toca adentrarse en carreteras reviradísimas de montaña.

Bien encajado en su semibaquet -que sujeta bien pero es cómodo-, pongo el cambio automático en modo secuencial para poderlo gobernar con las levas del volante y selecciono el modo Sport, con destellos rojos a juego con el Rojo Chili de la carrocería.

A pesar de sus voluminosas dimensiones, el conjunto acelera muy bien (teóricamente, debo alcanzar los 100 km/h desde parado en sólo 6,5 segundos) y el engranaje de las marchas es relativamente rápido. No hay posibilidad de darse grandes alegrías, puesto que los tramos programados para esta prueba están llenos de gente caminando, coches de alquiler y muchos, muchísimos ciclistas. Lo bueno es que cada vez que suelto el acelerador, un adictivo petardeo del escape me recuerda que este Mini está firmado por John Cooper Works, con lo que cualquier elemento estético (joroba del capó, molduras, spoilers, tomas de ventilación, volante y asientos deportivos...) tiene su sentido y está pensado para una conducción mucho más dinámica... si quieres. 

La dirección no comunica tantísimo como en las versiones no preparadas por JCW, pero es más que suficiente al negociar los giros y, lo bastante cómoda cuando vuelves, de cuando en cuando, a una conducción pausada. 

Cinco virtudes y un defecto del Mini Countryman. 

Sus bonitas ruedas de 18" encuentran un buen equilibrio entre la estética y las prestaciones, si bien el diseño de sus llantas transmiten más sensaciones deportivas que las ganas de meterlo por caminos. 

Como en tantos otros modelos del mercado con bases más generalistas, en este tipo de trazados tan sinuosos se acaban echando de menos levas más largas y en la columna de dirección -disociadas del volante-, para que uno pueda bracear a gusto sin tener que buscar todo el rato el 'más' y el 'menos'. Además, mientras que puedes reducir hasta tercera manualmente sin problema, ante las curvas muy cerradas -por ejemplo, tipo paella-, el coche no te deja pasar a segunda -se marca en el display, pero no reduce- salvo que bajes mucho la velocidad a golpe de freno (la frenada de los Brembo que incorpora de serie es muy efectiva, por cierto). Esto resulta curioso y un poco desagradable, porque por encima de segunda, esto no pasa y a la centralita no parece asustarle tanto que las revoluciones se disparen.

Prueba Mini John Cooper Works Countryman

Dicho esto, hay que reconocer tras esta pequeña prueba que el Mini John Cooper Works Countryman es en su conjunto un vehículo espectacular, se mire como se mire, y difícil de comparar con otros coches de la competencia, por su peculiar propuesta (compacto, familiar, SUV, crossover, refinado, premium, neorretro, deportivo...), su estética, su comportamiento dinámico y sus brillantes prestaciones 'made in JCW'. Ya puedes adquirirlo en los concesionarios españoles a un precio que parte de los 38.700 euros y tres años de garantía. 

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