Prueba a fondo del Peugeot 308 1.6 THP 155 CV (2014)

Creo que antes de pasar a la prueba del Peugeot 308 1.6 THP 155 CV (2014) es importante destacar que se trata del compacto de moda y que en una reciente comparativa, este Peugeot 308 ha superado con su motor turbodiésel e-HDI a clásicos del segmento como el Volkswagen Golf o el Seat León. Y eso es mucho decir.

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En esta ocasión pongo a prueba el Peugeot 308 1.6 THP, la mecánica de gasolina más potente de todas. Este motor, con inyección directa, turbo e intercooler me ha parecido uno de los más suaves, progresivos y carente de vibraciones de cuantos he probado de estas características en los últimos años.

Para empezar, ha habido unas cuantas veces que lo he parado sin querer, apretando su botón de 'Start-Stop' al pensar que estaba ya con el motor apagado, y viceversa. Y es que su sonido es tan liviano (lo que te digo, las vibraciones son tan escasas) que, a veces, cuando te pares te costará reconocer si su propulsor está en marcha. Las gratas sensaciones continúan si pisas con decisión el pedal derecho de este Peugeot 308 de gasolina. Es, simplemente, una delicia. No hay vacío preturbo, ni patadón post-turbo. Todo fluye linealmente y con una naturalidad pasmosa, pero contundente. El cuentavueltas avanza hacia la zona roja cada vez más deprisa y supera con holgura la primera cifra 'colorada', la de las 6.000 rpm, momento en el que ofrece todo su potencial y tendrás la sensación de conducir un coche de gama superior. 

Todo tiene un precio: consumo del Peugeot 308 1.6 THP 155 CV (2014) 

Y es el del consumo. Los más de ocho litros reales cada 100 km de esta versión 1.6 THP se convierten en su talón de aquiles. La sexta velocidad podría ser más larga para mantener cruceros de 120 km/h a menos de las 2.300 rpm que ahora marca su cuentarrevoluciones. Es mucho menos sediento el motor diésel. Por lo menos el de 115 CV no pasa de cinco litros de media. Eso sí, no tendrás el poderío de esta mecánica, pero... quien algo quiere, ya sabes.

En lo que sí destacan ambos es en el magnífico chasis, que ha mejorado de forma notable al antiguo Peugeot 308. No es que se haya convertido en uno de los mejores compactos del segmento en este aspecto, pero se muestra muy aplomado en curvas rápidas... aunque todavía le falte algo de agilidad en curvas lentas y enlazadas. Eso sí, sigue siendo bastante confortable para los ocupantes cuando se trata de filtrar las irregularidades del asfalto.

Su dirección también seguirá de forma fiel tus órdenes y el pequeño tamaño de su volante le da un toque de deportividad muy agradable. Vuelvo a insistir en el tema del llamado i-cockpit. Yo, o me bajo el volante a tope y conduzco con él prácticamente apoyado sobre las piernas o sigo sin ver bien los relojes... Quizá tú no tengas mis problemas... Donde seguro que no los tienes es en su nivel de equipamiento. No falta prácticamente de nada y, si lo quieres completar, lo harás a muy buen precio.

Aquí tienes un breve vídeo con las impresiones sobre el Peugeot 308 1.6 THP