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Prueba del Peugeot 308 HDI 92 (2014). La versión diésel de acceso

Así es la versión diésel de acceso

Antes de comenzar la prueba del Peugeot 308 HDI 92 (2014), deja que te ponga en situación. Cuesta 1.400 euros menos que la versión 1.6 e-HDI 115 del Peugeot 308 que ha probado mi compañero Enrique Trillo y ofrece el mismo consumo de combustible sobre el papel, por lo que a priori este Peugeot 308 HDI 92 parece el más interesante sobre el papel si buscas una cifra baja porque vas a hacer muchos kilómetros.

En este aspecto, el consumo del Peugeot 308 HDI 92 no ha sido tan bajo como anuncian los datos oficiales, unos deslumbrantes 3,7 litros cada 100 km, aunque sí que ha resultado ser un coche de lo más económico: con 4,4 litros reales, se ha permitido el lujo de bajar incluso la cifra del ultraeficiente 308 e-HDI 115 (4,9 litros). Sin embargo, aquí habría que darle un pequeño tirón de orejas a este Peugeot 308, y es que este propulsor no tiene Start-Stop, con lo que la cifra en ciudad es algo superior, lo que repercute en el resultado final.

Si te preguntas cómo va, te diré que durante la prueba de este Peugeot 308 no he sentido la necesidad de más potencia. Vale, déjame que me explique antes de que pienses que me he vuelto loco. Me he puesto en la piel de alguien que se hace con este modelo: el tema de las prestaciones queda en un segundo plano. Así que durante la prueba me olvidé de las prisas.

Y mejor, porque con unos desarrollos más bien largos y una relación peso/potencia de 12 kilos, el apartado favorito de este 308 HDI 92 no es precisamente la velocidad extrema. Aún así, en cuanto al motor no tengo pegas. Da un estirón cuando la aguja de las revoluciones llega a las 1.800 vueltas más o menos y sube de régimen de manera lineal hasta bastante arriba, aunque su ‘zona buena’ la encuentro desde un poco más allá de las 2.000 rpm hasta las 3.200 revoluciones, más o menos.

En este sentido, circular por terrenos algo más complicados que una autopista con un Peugeot 308 HDI 92 te exige utilizar el cambio más de la cuenta. Una operación que me parece agradable a pesar de que el tacto de la palanca no es el mejor del mundo. Pero al menos su manejo es preciso y relativamente rápido, algo que se puede aplicar a la dirección. El volante, el gran protagonista del controvertido i-cockpit’ a pesar de ser tan pequeño, acciona un eje delantero que es obediente y sigue su trayectoria sin malos modos. Eso sí: no olvides que no deberías exigirle demasiado, puesto que recibirás un comportamiento subvirador y balanceos poco agradables para ti y tus acompañantes.

Este Peugeot 308 entra a formar parte de un club que poco a poco se va quedando desierto, el de los compactos diésel de menos de 100 CV. Aquí te dejo los links a las fichas técnicas de sus rivales más directos (en sus versiones básicas) para que puedas comparar: Citroën C4 HDI 90 Tonic, Ford Focus 1.6 TDCi 95 Trend, Renault Mégane GT-Style dCi 95 y Toyota Auris.

Valoración

Nota6

En la prueba del Peugeot 308 HDI con 92 CV nuestro compañero Luis I. Guisado examina la versión diésel de acceso a la gama.

Lo mejor

Consumo bastante contenido, respuesta lineal del motor.

Lo peor

Carece de Start-Stop, algo ilógico hoy en día. Hay que usar el cambio más de la cuenta.

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